Baile de sillas en el mundo la moda

Los tiempos han cambiado. Y uno de los sectores que más lo está notando es la industria de la moda. Junto a las numerosas novedades que desde hace temporadas están sufriendo las Fashion Weeks -nacionales e internacionales-, son ya muchos los nuevos nombramientos y constantes cambios en las cúpulas directivas y creativas de las firmas de lujo. 

El baile de sillas está a la orden del día. Lejos ha quedado aquella época en la que los diseñadores permanecían al frente de las casas de moda durante décadas. Y aunque hay excepciones -Karl Lagerfeld, por ejemplo, lleva 34 años al frente de Chanel-, lo cierto es que las incontables idas y venidas de los directores creativos de una firma a otra están revolucionando el panorama fashion que, con tanto cambio, es hoy día muy distinto. 

El último movimiento, uno de los más comentados, se ha producido hace tan solo unos días. Tras los numerosos rumores que hablaban de diferencias entre Massimo Giorgetti y Emilio Pucci, finalmente se ha confirmado la salida del joven diseñador. Tras dos años como director creativo de la casa florentina, Giorgetti abandona “de mutuo acuerdo” su cargo para dedicarse por completo a su propia marca de prêt-à-porter MSGM (marca que lanzó en 2009). 

Jenna Lyons en el backstage del evento de Glamour "Women Of The Year 2016" en Los Ángeles. | Foto: Getty Images.

Aunque más sonado ha sido aún el anuncio de la salida de Jenna Lyons de la firma estadounidense J.Crew. Y no es para menos. Tras 26 años, Lyons abandona la presidencia y su puesto de directora creativa. Responsable del prep-wear de J.Crew y el famoso estilo nave, la marcha de esta diseñadora que se ha convertido en un peculiar icono de la moda supone, sin ninguna duda, el fin de una era. ¿A qué se dedicará ahora Jenna? Lo único que podemos confirmar hasta el momento es que se quedará como asesora creativa de la firma hasta que finalice su contrato en diciembre de 2017. 

Pero no todo han sido salidas, abril ha sido testigo también de un nombramiento. El de Lucie y Luke Meier como directores creativos de Jil Sander. Desde el abandono de Rodolfo Paglialunga el pasado mes de marzo -tras tres años al frente del diseño de la firma-, este matrimonio de diseñadores se ha encargado de dirigir el taller, aunque no ha sido hasta hace unos días cuando se ha hecho oficial su nombramiento. Nombres conocidos en la industria, la suiza Lucie Meier ha trabajado para Louis Vuitton junto a Marc Jacobs, en Balenciaga con Nicolas Ghesquière y en Dior, donde junto a Serge Ruffieux, fue nombrada directora creativa tras la salida de Raf Simons. Por su parte, el canadiense Luke Meier ha formado parte de Supreme y de la firma masculina Oamc. Su primera colección como directores creativos será Primavera-Verano 2018 y verá la luz el próximo mes de septiembre. 

DE LOS CAMBIOS EN CHLOÉ A LOS RUMORES DE VERSACE

Con el anuncio de la salida de Clare Waight Keller de Chloé se abría, el pasado mes de enero, la temporada de movimientos de 2017. Después de seis años en la dirección creativa de la firma la diseñadora británica se despedía así de su cargo como responsable de la línea de prêt-à-porter y accesorios de la firma francesa. Salida que, más tarde, quedaría totalmente justificada con la confirmación dos meses después de su nuevo cargo en Givenchy. Tras el adiós de Riccardo Tisci, la diseñadora británica coge las riendas de la dirección creativa de la firma perteneciente a LVMH, convirtiéndose, además, en la primera mujer directora creativa del grupo.

Por su parte, una jovencísima Natacha Ramsay-Levi, mano derecha del diseñador Nicolás Ghesquière en Louis Vuitton y al frente de la línea de mujer, dejaba su cargo para sustituir a Keller como nueva directora creativa de la línea prêt-à-porter de Chloé. Mientras que la diseñadora Luella Bartley anunciaba que se unía al equipo de Raf Simons como encargada de supervisar la línea Calvin Klein Jeans a nivel mundial.

Y a la espera de confirmar si finalmente Tisci se va o no a Versace -como apuntan todos los rumores-, nosotros nos preguntamos: ¿serán las exigencias del mercado y la presión del fast fashion las que propician este continuo baile de sillas? ¿O quizás sea, simplemente, falta de compromiso o aburrimiento por parte de los diseñadores? Se abre el debate