Ser 'it-girl' con más de 60, porque la moda no entiende de edades
De una divertida Iris Apfel a la vivaz Daphne Selfe. Estas "abuelas" demuestran que la edad y las arrugas no son impedimento para triunfar en la moda.
17 julio, 2017 07:10Son modelos, empresarias y tienen un sentido de la moda muy particular. Nos han enseñado que las arrugas pueden ser bellas y que las canas son sinónimo de elegancia y sabiduría. Rondan entre los 70 y 90 años, pero siguen trabajando igual –o incluso más- que cuando tenían 20. Su sola presencia levanta admiraciones allá por donde van y aunque nos encontramos en una época en la que los influencers están a la orden del día, ellas aparecen para darnos una verdadera lección de estilo cargada de humildad, belleza honesta y elegancia natural.
Iris Apfel, la “adolescente” más vieja del mundo
Para la más veterana de todas -el próximo 29 de agosto cumplirá 96 años- la edad nunca ha sido un impedimento para estar e ir siempre perfecta. O, al menos, a su manera. Popularmente conocida por la industria como la ‘rara avis’ de la moda, actualmente Iris Apfel es una de las mujeres más respetadas por su estilo original, ecléctico y maximalista.
Empresaria estadounidense, diseñadora de interiores, modelo ocasional y prescriptora de moda incombustible; aunque siempre ha estado en menor o mayor medida ligada a la moda –de hecho, comenzó como asistente del ilustrador Robert Goodman en la revista Women’s Wear Daily-, no fue hasta su matrimonio con el comerciante textil Carl Apfel y la creación de su compañía de diseño de interiores Old World Weavers, cuando el nombre de Iris comenzó a atraer toda la atención de los medios y fotógrafos. Llegando, incluso, a protagonizar en 2005 una exposición en el Museo Metropolitan de Nueva York.
Mi estilo es o muy barroco o muy zen. Todo lo de en medio me chirría.
Su pasión siempre han sido los complementos. Jamás sale de casa sin sus maxi pulseras –tres o cuatro en cada muñeca-, collares étnicos y sus ya tan características gafas XXL de pasta negra y forma redondeada. Se confiesa una experta en el regateo y ha convertido el arte de combinar prendas de mercadillo con diseños de alta costura en su seña de identidad. Un arte que también ha trasladado a su hogar convirtiendo su casa en algo parecido a un museo en el que obras de estilo barroco comparten habitáculo con muñecos, como la rana Gustavo, y peluches de toda clase y tamaños. Y es que, pese a que roza ya los 100 años, a Apfel le gusta denominarse “una adolescente vieja”.
Carmen Dell’Orefice, una diva humilde
A sus 86 años puede presumir de seguir desfilando y enamorando a las principales marcas y pasarelas del mundo. Es la modelo más longeva del mundo. Y no, no lo decimos nosotras. Declarada así por el libro Guinness en 2008, desde que fuera descubierta con tan solo 15 años, Dell’Orefice ha pasado toda su vida en torno a la industria de la moda.
Ha posado para los mejores fotógrafos de moda como Richard Avedon o Irving Penn, ha sido portada de revistas de la talla de Vogue, W y Harper’s Bazaar. Fue musa del reconocido artista Salvador Dalí e, incluso, tiene su propia muñeca diseñada a su imagen y semejanza. Y aunque todos estos hitos bien podrían haberla convertido en toda una diva superficial, lo cierto es que la modelo y actriz norteamericana –también ha hecho sus pinitos con el cineasta Woody Allen- siempre ha tenido los pies en la tierra manteniéndose fiel a su integridad sin caer en la soberbia. De hecho, en más de una ocasión ha declarado estar muy desconforme por la forma en la que la profesión de modelo ha evolucionado, dejando de ser un arte de musas para convertirse en un simple negocio.
Las arrugas a veces no se pueden esconder, pero la alegría y la sonrisa tampoco. He ahí la verdadera belleza.
En este sentido, y pese a los años, Dell’Orefice continúa conservando un envidiable físico y belleza inigualable. Ha sabido adaptarse a los tiempos y a su propia edad, aceptando sus cuerpo tal y como es. Dejó de teñirse a los 43 porque comprendió que había que disfrutar del proceso del cambio. Y, gracias a esto, su melena blanca se ha convertido en clave fundamental de su elegancia y en todo un reclamo para la industria.
Linda Rodin, la defensora de la belleza honesta
Modelo, galerista, propietaria de la tienda Linda Hopp en el Soho, editora de Harper's Bazaar, estilista y, más recientemente, empresaria. Si hay algo que destacar de Linda Rodin –además de su evidente belleza y gusto por la moda- es que se trata de una mujer polifacética donde las haya.
A sus 67 años, este icono de estilo de larga melena plateada sigue insistente en su búsqueda de la belleza “perfecta”. Su relación con la industria comenzó con 18 años cuando, tras pasar una época estudiando en Italia, ya de vuelta en Estado Unidos, empezó a trabajar como asistente del popular fotógrafo sueco Gösta Peterson. Y aunque Linda puso todo de su parte, poco tardaría en darse cuenta de que más que la fotografía su lugar se encontraba en el backstage. Fue su hermana quien le hizo darse cuenta de la gran habilidad que tenía para crear estilismos. Desde entonces, no ha parado de trabajar para revistas como Harper’s Bazaar, Victoria’s Secret o Vogue Italia; marcas como J Crew y The Row (la marca de las gemelas Olsen) y como estilista de numerosas famosas de la talla de Madonna, Giselle Bundchen o Halle Berry, entre otras.
Creo que debemos ser honestos con nosotros mismos y ver qué es lo que mejor nos queda.
La moda le gusta y le divierte. No hay más que verla, siempre vistiendo con la última tendencia e inseparable de sus gafas de sol. Pero ha sido en el mundo de la belleza donde ha encontrado su verdadera pasión. Tanto es así que en 2008 Linda decidió poner en marcha uno de sus proyectos más personales, su propia línea de cuidados cosméticos para la piel basada en los aceites natulares. Bajo el nombre Olio Lusso, esta idea que nació en la cocina de su casa hoy se ha convertido en una firma de culto gracias a sus aceites, cremas y lipsticks a los que ya se ha rendido todo el star system.
Daphne Selfe, la modelo que triunfó a los 70
Junto con Carmen Dell’Orefice, es una de las modelos en activo más longevas del mundo. Tiene 88 años, ha sido bailarina y actriz, y tras un parón en su carrera para dedicarse a sus hijos, Daphne Selfe volvió a la industria de la moda a los 69 años motivada por unas inmensas ganas y espíritu vivaz.
Desde su regreso, su belleza continúa desafiando los estereotipos de la moda: larga melena plateada, rasgos definidos de nariz puntiaguda y 1,67 de estatura y mucha sabiduría. Ha colaborado con las casas de moda más importantes y posado para Mario Testino o Nick Knight. La hemos visto sobre la pasarela de Dolce&Gabanna y también protagonizando campañas para &Other Stories, Moschino, Nivea y Olay. E, incluso, participando en videoclips musicales como el de la canción de Paul McCartney 'Queenie Eye junto a Johnny Depp, Lily Cole, Meryl Streep y Jude Law.
La gente que actualmente destaca en la industria de la moda es la que tiene un rostro peculiar, distinto y, sobre todo, una personalidad interesante, que es lo que luego se expresa en el exterior.
Selfe asegura que jamás se ha planteado la cirugía estética y considera que la clave de su éxito es haberse aceptado tal y como es. No teme a las arrugas, presume de ellas y, lleve lo que lleve, se sigue viendo igual de bien que cuando tenía 20 años. Y a diferencia de las modelos actuales –a las que ha tachado de vagas y maleducadas- su actitud frente a la moda es abierta y muy positiva. Por eso, tras su vuelta, creó su propia escuela de modelaje para ayudar a todas aquellas jóvenes que quieran comenzar en este complicado y, a veces, tan competitivo sector.