"Me he cruzado con mucha gente en todos estos años y sobre todo me han sorprendido esos que tienes mitificados. Por ejemplo Antonio Banderas. Una vez en Estados Unidos y otra en Mónaco. Y, claro, ¡es Antonio Banderas! De repente ves que se gira, que viene a por ti y... '¡Hombre, Antoñito! Dame un abrazo'. Antonio Banderas me conoce, a mí".
Antonio Lobato (Oviedo, 1965) se define a sí mismo como una persona tímida, a la que no le gusta la fama ni que hablen de él. Pero no tiene más remedio. Si alguien ha tenido éxito en el periodismo deportivo más allá de los popes futboleros, ése es él. "La verdad es que estoy muy orgulloso, muy satisfecho con todo lo que hecho". Desde luego, razones (profesionales) no le faltan. De ABC a Radio España y Onda Cero, después a Tele5. Más tarde a LaSexta y a Antena 3 y ahora a TVE.
Su ego no es precisamente desmedido, aunque Desafía tu mente, el nuevo programa que presenta en La 1 y del que ya se han emitido seis programas (han grabado un total de 35 que volverán a emitirse desde la última semana de agosto) le da motivos sobrados. Sin embargo, el audímetro le importa poco -"Nos quedábamos a un punto o dos de El Hormiguero, le ganábamos al programa de Sobera..."-, lo que de verdad le pone es la reacción de la gente: "Hacía tiempo que no me paraba tanta gente por la calle". Más aún: "Es que vas a un bar o a un restaurante y el camarero te pone retos: '¿A que no os sabéis éste?'".
Desafíos a él
"Acepté el cambio para salir de la zona de confort", explica Lobato en conversación con EL ESPAÑOL. "La Fórmula 1 empezaba a ser demasiado fácil, demasiado rutinaria. La mayor parte del tiempo resultaba demasiado confortable". Más claro, imposible, aunque las razones reales eran más familiares que profesionales: "También es verdad que la F1 tiene una exigencia personal, física, muy grande y quería liberarme un poco. 170 días de trabajo al año fuera de casa...".
Desde 2005 a 2015, Antonio Lobato fue la voz de la Fórmula 1, la otra cara visible de un deporte que alcanzó cotas de audiencia inimaginables de no ser por Fernando Alonso y sus dos títulos mundiales con Renault. De no ser por el propio Lobato, aunque él sigue sin verse: "Yo era un ser extraño dentro de la F1. En otras televisiones no existía mi figura. Me encargaba de todo y el trabajo nunca terminaba cuando terminaba el Gran Premio".
De hecho, años después la explicación es la misma que tantas veces ha ofrecido: "Pretendí quedarme detrás, pero no me dejaron. Me fueron empujando hacia delante". Y todo por un Giro de Italia ("Lo vieron los jefes y les gustó"). Quizás de ahí su afición al ciclismo. O quizás por puro vicio -esta entrevista tiene lugar en plena etapa pirenaica del Tour de Francia-.
Titan Desert
"Soy una persona muy competitiva. Más que con el resto, conmigo mismo. Vivo de retos. Necesito retos. Uno era dejar la Fórmula 1 y hacer este programa. Otro, dentro de lo personal, de lo que me gusta, es montar en bici. Hacerlo con los amigos cinco o seis veces por semana está bien, pero las cosas hay que hacerlas con una meta, con un objetivo".
Lobato se propuso explicar la Fórmula 1 y presume de haber conseguido que la entienda hasta su propia madre, pero lo del ciclismo es otro nivel. "Tenía la Titan Desert en mente desde hace años -una prueba de Mountain Bike a través del Sahara marroquí de seis días de duración- y cuando empecé a hacer la F1 en Madrid vi la puerta abierta. He vuelto este año pero tuve que abandonar en la tercera etapa por una gastroenteritis".
Y luego está el running. "A mi correr ya me gustaba. Cuando hice carreras de 10 kilómetros, me pasé al medio maratón y luego tuve claro que había que correr el maratón, aunque ahora estoy jodido de la rodilla", aclara para insistir en casi lo que sería una forma de afrontar la vida: "Hay que meterse retos". Como el que tiene ahora en TVE, donde el primer día, junto a su adorado Fernando Alonso -le dedicó el Premio Ondas que ganó por el Mejor Programa de Actualidad o Cobertura Especial- firmó un 6,3% de share y algo más de 1.588.000 espectadores.
Poco importa en este caso que el 25% de los españoles crean que es el Sol lo que gira en torno a la Tierra y no al revés. O que, según un estudio de conocimientos científicos de la población patria en 2015, ese porcentaje suba entre los que piensan que el ser humano convivió con los dinosaurios. "Tampoco queremos explicar mucho. Lo que nos gustaría es que la gente se divierta. Y cuando se divierta y vea que no termina una prueba, entonces les explicaremos por qué". Otro desafío. El penúltimo.