Ni las caras de Bélmez son un misterio tan inquietante como el de por qué nos interesa la vida de algunos famosos que no pegan palo al agua. No contribuyen a la cultura, ni a la ciencia y, en la mayoría de los casos, no son un gran ejemplo para futuras generaciones. Entonces, ¿qué es lo que ha hecho que nos enganchemos a sus vidas como a la nicotina? He aquí seis ejemplos.
Kim Kardashian (35 años)
La única mujer cuyo trasero tiene vida propia saltó a la fama en 2007 gracias a la filtración de un vídeo porno. En él, Kim aparecía manteniendo relaciones sexuales con su entonces novio, Ray J (35). ¿Avergonzada? Ni mucho menos. La mujer de Kanye West (39) demandó a la empresa que lo distribuyó y así se hizo con su primera fortuna: 5 millones de dólares. Aprovechando el tirón, y dado que su madre, Kris Jenner (60), es su representante, lanzó el reality familiar 'Keeping Up With The Kardashian', un perfume, una línea de ropa, vendió sus dos bodas, se abrió un blog y se apuntó al negocio de los selfies. ¿Resultado? Acaba de ser portada de Forbes (sí, la revista sobre economía) tras haber ganado 45 millones de dólares con la aplicación para móvil que sacó al mercado en 2014.
¿Por qué nos gusta?
Porque no se avergüenza de la manera en la que se gana la vida. Para Kim, todo está en venta. Su familia, su intimidad, su ropa interior… El que no tenga ámbito privado es lo que nos da morbo y nos engancha. Eso, y que ha sido capaz de rentabilizar un 'polvo' que podría haber pasado sin pena ni gloria.
Kiko Rivera (32)
Convertido en el pequeño del alma de toda España, el hijo de Isabel Pantoja (59) es el Enrique Iglesias de serie B. Ni es guapo ni canta bien. Sin embargo, Kiko mantiene sus cuentas corrientes saneadas gracias a la venta de exclusivas, a su 'carrera' como Dj y a sus esporádicas apariciones en realities y programas de televisión.
¿Por qué nos gusta?
Porque representa todo lo que adoramos en España; picaresca, sentido del humor y buen corazón. Es un ser sin maldad (como un pequeño pony) y juega la baza de hermano feo de Francisco y Cayetano Rivera (39). Imposible no quererlo.
Paris Hilton (35)
Su padre es el propietario de los hoteles Hilton y ella, en vez de seguir con el negocio familiar, se ha montado uno en torno a su vida. Tras ser amiga temporal de Kim Kardashian, convertirse en la rubia más alocada de todas las fiestas, tener algún problemilla con la justicia y ser desheredada por su abuelo (hombre listo), Paris decidió hacer carrera como Dj. Que lo de ejercer como Dj es como el que se queda paro y monta un bar, que se cree que todo el mundo puede hacerlo.
¿Por qué nos gusta?
Porque es una Barbie a tamaño natural y porque en el fondo sabemos que es más lista que las pesetas. A ver quién es el listo que renuncia a la fortuna familiar y supera a sus padres en millones gracias a vender su imagen. Pues eso.
Belén Esteban (42)
La novia en la boda, el niño en el bautizo y el muerto en el funeral. 'La Esteban' debería ser asignatura obligatoria en la universidad, como ya lo fue David Beckham (41) en Inglaterra. La única española que ha estirado una relación sentimental (con churumbel de por medio) durante más de una década. Su amorío con Jesulín de Ubrique (42) le ha dado para un chalet en Paracuellos, vacaciones en Benidorm y hasta para que le robe si antiguo representante. Ah sí, y para ser la gallina de los huevos de oro de Mediaset.
¿Por qué nos gusta?
Por la manera en la que ha contado su historia en Ambiciones como si de Falcon Crest se tratara. Porque mientras otra hubiese salido una vez en portada contándolo todo a la primera, Belén ha sabido ir racionando la información y vivir del cuento. ¿Me entiendes?
Borja Thyssen (36)
El hijo de Tita Cervera (73), no el del propietario de la marca de ascensores. Con un museo que lleva su apellido, Borja decidió pegarse la vida padre y disfrutar de herencias y de su amor por su esposa, Blanca Cuesta (43). Con cuatro hijos a sus espaldas, suponemos que sobrevive gracias a las rentas y que su nombre no debe de estar en la lista del INEM como demandante de empleo.
¿Por qué nos gusta?
Porque nos da vidilla saber que cada cuatro o cinco meses se enfada con su madre y se hablan a través de la prensa. ¡Maravillas de la prensa rosa! Gracias a Blanca y Borja nos hemos dado cuenta de que el papel cuché puede ser a veces el mejor psicólogo de los famosos.
Eugenia Martínez de Irujo (47)
"Trabajo desde los 20 años porque no se me daban muy bien los estudios y los dejé en tercero de BUP", confiesa la hija de la Duquesa de Alba. ¿Qué es para ella trabajar? Pues lo mismo que para ti, seguro. Ir a fiestas, posar en photocalls, casarte con un torero, divorciarte, acompañar a tu madre a saraos, ligarte a José Coronado (58), diseñar un par de joyitas para Tous… Lo típico, vaya.
¿Por qué nos gusta?
Porque es un espíritu libre, como lo fue su madre. Hace y dice lo que le da la gana sin importar el qué dirán. Y eso, amigos, es lo que querríamos todos.
En fin, pura y verdadera envidia, querido lector. La de servidora primero, por supuesto.