El intérprete sevillano ha demostrado con creces que los tabúes sociales no van con él. Su famoso Kiki cinematográfico ya se posicionó como un estilo novedoso, excéntrico y muy liberal de hacer una obra para el séptimo arte. Aunque la película en sí no hablaba de sexo, el hecho de insinuarlo y la sugerencia que se percibía en su perfecto juego de gestos e imágenes hacían que el mensaje de libertad que quería expresar Paco León (41) quedara bastante claro.
El amor por lo terrenal así como el amor propio son rasgos muy identificadores del actor y director. Tanto que su ideario no es algo que solo muestre en sus creaciones fílmicas sino que además lleva a la práctica en su día a día. El nudismo y la autoestima de uno mismo es el primer paso para sentirse libre y no caer en la esclavitud de los estándares sociales, por eso el andaluz, que tampoco se tiene por adonis digno de un cuerpo apolíneo, nos invita a todos a querernos y presentarnos al mundo tal y como somos.
"Que los complejos no nos quiten ninguno de los placeres veraniegos" dice el actor, con lo que nos pide renunciar a los cánones de belleza establecidos y confiar en nuestras imperfecciones como signo de naturalidad y originalidad personal. Con un "disfruten de las carnes" termina su mensaje positivo, desde luego todo un empuje para quienes se muestra reticentes a ponerse el bikini y bajar a la playa por miedo a mostrar sus curvas de más o las partes menos agraciadas de su anatomía.
La prueba de su estilo de vida liberal la podemos encontrar en su perfil de Instagram. Paco se muestra sensual a la par que discreto dejando en suspense a la imaginación, aunque en ocasiones no hay nada que dejar a la creatividad porque todo está implícito en la fotografía. A este último caso pertenece la instantánea que subió el director de sus vacaciones en Puerto Rico. En la imagen se ve la sombra del actor reflejada en la arena en la que pueden apreciarse cada una de sus extremidades, las cinco. La foto está tomada en la playa de Guaynabo - nombre muy apropiado para el caso - en el paraíso puertorriqueño.
El hijo de Carmina Barrios hace una oda al amor propio y a la libertad de sentir el viento entre los rincones de su cuerpo. Además sabe jugar con el morbo y con los límites de lo vulgar; él insinúa o emplea con estrategia la iluminación para no caer en una actitud sucia y censurable. Por encima de todo, a sus 41 años, busca la reivindicación al quererse uno mismo y dejar de lado los prejuicios y las discriminaciones que impone la sociedad a quienes no poseen las medidas asociadas con la belleza. Como diría Paco León, ¡fuera complejos y fuera la ropa que ayuda a esconderte!