El gentleman Carlos Falcó (80 años) quiere seguir los pasos de Mario Vargas Llosa (80). Será cosa de la edad. O de que ambos están viviendo un arrobamiento fruto del amor. El caso es que si el escritor se sometía el pasado año a varios retoques de cirugía estética por consejo de su pareja, la inefable Isabel Preysler (65), ahora es precisamente uno de los ex maridos de ésta el que se ha animado a iniciar toda una 'Operación efebo' que le permita estar a la altura de su joven novia, la malagueña Esther Doña (38).
Al margen de que pasen por el altar este otoño, después de haberse convertido en 'pareja de hecho', el aristócrata, presumido y con fama de conquistador, lleva unos meses intentando frenar el paso del tiempo. La 'operación efebo' del aristócrata sigue en marcha.
El doctor Vila Rovira, conocido por operar a Belén Esteban (42), y el doctor Millán, se encargaron hace unas semanas de realizarle una microcirugía sin anestesia local y sin necesidad de hospitalización para poner remedio a la alopecia que le caracteriza y le preocupa. Así, el Instituto del Pelo fue el lugar elegido para llevar a cabo la intervención, que duró varias horas y le supuso un desembolso de casi cuatro ceros. Eso sí, el dolor de bolsillo fue el único que sintió el marqués de Griñón, pues los avances médicos han permitido que este tipo de operaciones puedan realizarse sin dolor y sin cicatrices.
Ahora tendrá que esperar unas semanas más para comenzar a ver los resultados. Tras la cirugía capilar -la clínica, pionera en trasplantes de este tipo, la realiza mediante varias técnicas que pueden ser microinjertos pelo a pelo, trasplantes o regeneración-, el cabello comienza a crecer y en menos de medio año los frutos se aprecian perfectamente.
El instituto del doctor Vila Rovila suele aprovechar las sesiones de sus pacientes para someterles a otras intervenciones relacionadas con la cirugía plástica, reparadora y estética. El médico es una eminencia entre las celebrities y son de sobra conocidos sus tratamientos de ácido hialurónico, botox, micropigmentación, radiofrecuencia y vitaminas, por lo que no sería extraño que Falcó, que actualmente luce una imagen mucho más rejuvenecida que antes, hubiera recurrido a algunas de estas técnicas.
En concreto, todo apunta a que el padre de Tamara Falcó (34) habría optado por eliminar las bolsas de los ojos, recibir inyecciones de toxina botulínica para reducir las arrugas del entrecejo y las patas de gallo y someterse a una cirugía de párpados, además de recurrir al láser para quitar las manchas de la piel, al ácido hialurónico para las arrugas del rostro, a los hilos tensores para mejorar la flacidez del cuello y a los tratamientos de vitaminas.
Con todo, no es la primera vez que Carlos Falcó recurre a la cirugía. Si esta vez su relación con Doña ha tenido mucho que ver, en la anterior ocasión fue otra mujer, precisamente Isabel Preysler, la que influyó en su decisión, aunque aquella vez, hace 30 años, no se operó para conquistarla, sino que lo hizo tras su separación. En ese momento el marqués ya comenzaba a preocuparse por su alopecia y recurrió a la cirugía capilar.
LA 'HUELLA' DE ISABEL PREYSLER
Parece que la sombra de la reina de la prensa del corazón sobre sus parejas es alargada. Prácticamente todos los hombres que han pasado por su vida han pasado por las manos de un cirujano para mejorar su imagen y, de paso, quitarse unos cuantos años de encima.
El caso más claro es el de Julio Iglesias (72). Él mismo ha reconocido en no pocas ocasiones haberse sometido a varias intervenciones. La primera, cuando tenía 40 años. Se sometió entonces a una cirugía de los ojos cuyo resultado no le agradó en absoluto y le mantuvo alejado de los escenarios durante dos años. La segunda operación tuvo lugar años después. En esta ocasión le tocó el turno a la papada y, según el cantante, el estirón de cuello fue demasiado exagerado.
OTROS FAMOSOS OBSESIONADOS CON LA ALOPECIA
El caso de Falcó no es, ni de lejos, el único. Muchos rostros conocidos se someten a operaciones de cirugía estética. De hecho, según un estudio, el 12% de este tipo de intervenciones las protagonizan los hombres. Los famosos no son una excepció, aunque en la mayoría de los casos su preocupación suele ser por la pérdida de pelo. Los nombres más conocidos son el del político José Bono (65) -que, como Falcó, optó por la cirugía tras su separación matrimonial- y el del presentador Hilario Pino (54).