El Conde Lecquio (56 años) cobró 7 millones de las antiguas pesetas por ser entrevistado en el colorido Tómbola de Canal Nou. Ricardo Bofil (41) alcanzó los 12 millones. Así es como se las gastaba antes el mundo del corazón. Cheques en los que no entraban los ceros y promesas inimaginables se movían en los despachos tras las bambalinas de un mundo rosa que movía millones.
Pero el corazón ha cambiado drásticamente. Los clásicos han pasado a otra liga y los famosos que antes vivían de conceder una entrevista mensual ya fuese en papel o televisión han tenido que reinventarse o morir. Y es que la crisis también afectó duramente al mundo del 'canutazo'.
Todo empezó con Gran Hermano en el año 2000. La primera edición del reality de Telecinco se convirtió en todo un fenómeno a nivel nacional y la prensa se sacó de la chistera a 14 nuevos personajes que interesaban a la gente de a pie. Sus vidas y sus miseries fueron dignas de aparecer en las portadas de las revistas. Y así es como los famosos de primer nivel comenzaron a pasar a una segunda fila.
Las revistas y los programas de corazón se dieron cuenta de que ya no hacía falta pagar millonadas para tener personajes que atrajesen a la audiencia. Pagar por puntos de share ya era cosa del pasado desde que los nuevos famosos llegaron como ordas de zombis a colapsar el panorama.
La llegada de Sálvame Deluxe
Sin embargo, todavía había espacios de la vieja guardia que seguían dando cabida a este tipo de personajes. Tómbola no desapareció hasta 2004 y DEC era el rey del trono del corazón hasta la llegada de Sálvame en 2009. Estos espacios seguían tirando de personajes más cercanos a las portadas de la revista ¡Hola!, sin apenas competencia.
La llegada de Sálvame a la noche de los viernes creó una guerra sin precedentes en el mundo del cotilleo. Ambos espacios lucharon durante meses por ser los más competitivos de la noche. El programa de Antena 3 pasó de tener un 20% de cuota de pantalla a un 14% con la llegada de Jorge Javier Vázquez (46) y su clan de colaboradores.
Pero la verdadera competencia se vivía detrás del telón, entre los talones que se llegaron a pagar a algunos personajes para que se decantasen por alguno de los dos espacios. El programa presentado por Jaime Cantizano (43) llegó a pagar cifras que se movían de los 70.000 euros a los 120.000 euros por personajes como Romina (64), Al Bano (73), la ex empleada de Carmina Ordoñez, Lara Rodríguez, o el entorno de Isabel Pantoja (60).
Pero estos famosos también jugaron al 'quién te quiere más' con Telecinco y engrosaron sus cuentas con presupuestos que se movían entre los 70.000 y los 90.000 euros. Aquello no era una guerra entre programas, sino una batalla entre cadenas. Y los famosos fueron los que salieron ganando.
El fin de DEC
DEC aguantó esta guerra hasta septiembre de 2011, cuando las audiencias ya rozaban el término irrisorio y Antena 3 decidió cambiar su modelo de televisión para diferenciarse de una competencia a la que no le comía tarta del pastel. Y Sálvame se quedó con el monopolio de un mundo que jamás volvería a ser como antes.
Sin competencia, Sálvame comenzó a marcar los precios del mercado y los famosos tuvieron que rendirse a sus pies. También los de antes. Con personajes salidos de Gran Hermano y realities por doquier deseosos de fama y de dinero rápido, los clásicos del mundo del corazón ya no tenían nada que hacer en este mundo.
Si quierían luz de foco tendrían que aceptar los nuevos precios. Ahora, cobrar una cifra cercana a los 15.000 euros se hace de forma muy excepcional. Alguien como Ylenia (28) mueve su caché desde los 12.000 hasta los 18.000 euros en sus mejores momentos.
Este lunes, Bárbara Rey (66) era la invitada especial del programa Hable con ellas en Telecinco. Un conocido nombre del sector rosa que se ha pisado todos los programas de corazón que ha habido en España. Su supuesto affaire con el rey o sus denuncias por malos tratos contra Ángel Cristo ocuparon portadas de revistas y minutos en televisión como para llenar un edificio entero.
Ahora, sin embargo, Rey no puede pedir un excesivo caché por su participación en un programa. Y es que a las viejas glorias también les ha tocado jubilarse para dar paso a las nuevas generaciones del mundo rosa.