Que Antonio Banderas (56) es un apasionado de la Semana Santa de Málaga no es ningún secreto. Cada año, el actor viaja hasta su ciudad natal para desfilar en la procesión de la Virgen de Lágrimas y Favores. Lo que no se sabía es que su devoción es tal, que cada vez que firma un nuevo contrato para realizar una película, exige que le dejen ir a la Semana Santa.
Así se lo contó este lunes a Bertín Osborne (61) en Mi casa la tuya en una distendida entrevista en la que también reveló las tres fechas históricas que han marcado de alguna manera su vida: el 20 de noviembre de 1975, el 23 de febrero de 1981 y el 11 de septiembre de 2001.
La primera de ellas, la de la muerte del dictador Francisco Franco, siempre será recordada por el actor porque sólo dos días había sufrido una lesión que, al igual que le ocurrió a Julio Iglesias, le truncó su carrera deportiva. “Mientras unos veían el funeral con el puño en alto, yo lo ví con la pierna izquierda en alto”, bromeó el malagueño.
“Yo jugué en equipos profesionales en Málaga y llegué a jugar con el Real Madrid, Las Palmas…. Sin embargo tuve una lesión en el pie izquierdo y aquello acabó con mi carrera deportiva”, relató.
La siguiente fecha, la del 23F, también es recordada por Banderas porque aquel día realizaba su primera prueba en el Centro Dramático. “Recuerdo que salí de allí y estaban los tanques. Y yo sólo podía pensar en qué pasaría con mi prueba”, comentó.
El tercer momento histórico que de alguna manera ha marcado al actor es el 11S. “Melanie y Stella se fueron antes a Estados Unidos y yo me quedé en Málaga. Iba a parar en Nueva York para no hacer el viaje de seguido. Pero no encontré billete y me volé directo a Los Ángeles el día 10”.
Ya al día siguiente, tras los atentados, Banderas convirtió su casa en centro de acogida para los artistas españoles que se había quedado quedaron en tierra tras haber acudido a Los Ángeles para celebrar la primera edición de los Grammy Latinos
“Allí estaban Chucho Valdés hijo, Estrella Morente, Alejando Sanz… Estaban todos acojonados. Yo tenía un montón de guitarras y las saqué para relajarnos. Si hubiera grabado lo que pasó aquella noche, no tendría precio”, recordó.
"Ya no me caso más"
Otra fecha importante en su vida fue el día que conoció a Pedro Almodóvar. Y es que gracias a Mujeres al borde de un ataque de nervios se le abrieron las puertas de Hollywood. “Lo conocí en la terraza del Café Gijón. Un grupo de actores estábamos tomando café y llegó un tío con un maletín rojo. Empezó a hablar, me pareció muy gracioso y me dijo que tenía una cara muy romántica. Al poco tiempo vino al teatro y me ofreció hacer una película: Laberinto de pasiones”.
Una película que le costó mucho hacer ya que se metía en la piel de un joven homosexual. Tuve que romperme para poder acceder a esos mundos y esos universos. Tenía que quitarme mis prejuicios y colgarlos en una percha. Interpretaba a un personaje que no era”, explicó. “Pensaba en mi familia, en lo que iban a pensar. De hecho a mi madre no le gustó. Lógicamente. Ella tenía su educación, se había criado en otras cosas. Después lo aceptó”.
Durante la charla también hubo tiempo para hablar del amor y su actual relación con Nicole. “Nos conocimos en el Festival de Cannes. Fue muy curioso. Nicole tiene una hermana, Bárbara, que es exactamente igual que ella. Comencé a hablar con ella y fue llegar ella y me hizo el corazón: catapún. Hubo algo que la diferenciaba que me hizo tilín”.
“Está muy separada de mi mundo. Es muy reposada. Y yo soy todo lo contrario, hiperactivo, y necesito alguien que me calme”, respondió cuando Osborne le preguntó qué le había enamorado de ella. “Tiene un carácter increíble. Es distinta a las personas que conocí antes”, añadió el actor, que reconoció que ya no se casaría más.
En cuanto a su relación con su ex Melanie Griffith, el actor confesó que “seguimos hablando. Comemos juntos, desayunamos. Nos llevamos bien. No sólo por nosotros, sino por la gente que nos rodea. Yo no podía permitirme enterrar 20 años de mi vida. Sólo nosotros sabemos por qué se fue apagando. Pero lo que se vivió, queda vivo en nuestra memoria.