Jaume Matas (61 años) condujo a su hija Marta (27) al altar. Para ser más exactos, hasta la puerta de la parroquia de Nuestra Señora del Carme del Puerto de Andratx. Con el revuelo mediático que ha causado estos días el enlace de la hija del ex presidente de Baleares, inmerso en un remolino judicial de causas corruptas, Matas era consciente de que todas las miradas estarían puestas en las formas.
Por eso el padre de la novia quiso ser él personalmente, y no un chófer, el conductor del vehículo nupcial.
El otrora todopoderoso president estuvo rodeado de familia y amigos. Ni rastro de los que un día le bailaron el agua hasta ahogarse, todos juntos, en un mar de oro que se convirtió en charco de fango. Al único que no le importó dejarse ver junto a Matas fue al Marqués de Cubas, Fernando Falcó (77), ex marido de Marta Chávarri y de Esther Koplowitz.
Más de 300 invitados a una boda religiosa a la que siguió la cena en Biniorella, una de las fincas de la zona de Camp de Mar, privilegiadas por su situación, en medio del campo y con vistas al Mediterráneo.
Antes de la cena, un grupo de xeremiers y de ball de bot tocaron y bailaron canciones populares para los recién casados.
El ex ministro de Aznar y su mujer se olvidaron durante unas horas del complicado momento personal que viven, repudiados socialmente y en vísperas de conocer la sentencia del juicio Nóos, en el que Matas asumió parte de la culpa que le ha funcionado para enfrentarse a una petición menor de cárcel.
Todavía sin cerrar la columna vertebral, el sobrecoste del velódromo Palma Arena, del que derivan el resto de causas, esta semana se han conocido las intensas negociaciones entre el acusado Matas y la Fiscalía Anticorrupción, aún encabezada y muy a su pesar por Pedro Horrach.
La prensa local, volviendo al enlace, ha calculado el coste del "sí quiero" en 60.000 euros, una cantidad muy ajustada teniendo en cuenta el despliegue de personal en la organización de la boda,que ha contado con wedding planners y personal de seguridad tanto para la ceremonia religiosa como para la fiesta posterior.