Paco Lobatón (64 años), promotor de la fundación 'Quién Sabe Dónde Global Europea por las Personas Desaparecidas', se ha hecho cargo de la organización de una gran búsqueda de Manuela Chavero Valiente. Esta mujer desapareció en Monesterio (Badajoz) el pasado 4 de julio y su búsqueda no ha proporcionado ninguna pista sobre lo ocurrido. Hasta junio de 2016, Lobatón tuvo un espacio matutino en La Mañana de TVE. "Un espacio que una televisión pública, en cierto modo o sentido, debe a la sociedad", explica Lobatón a EL ESPAÑOL.
Ahora a pesar de que la audiencia acepta y sigue este tipo de información y formatos, nadie le ha ofrecido volver. Atención a las famlias y a la parte de la sociedad que esta sobrevenida. Tener a un ser querido que ha desaparecido sin que se sepa la forma clara y sin que se tengan indicios.
¿El caso Diana Quer beneficia o perjudica al resto de desapariciones?
La expectación que ha despertado el caso Quer beneficia a los demás y ayuda a que los focos estén más sensibles a orientarse hacia este tipo de situaciones y este tipo de noticias.
¿No hay desaparecidos de primera y de segunda?
No los puede haber. Una cosa es que en la dinámica informativa se produzcan escalas de atención distintas, pero eso no tiene que ver con la naturaleza de las desapariciones sino que responde a otras dinámicas y otros intereses más relacionados con el mundo del business. El dolor es igual en cualquier familia, independientemente de su condición social.
¿Mediatizar una desaparición puede entorpecer la investigación?
Depende de cómo se trate. No hay que olvidar que cuando desaparece una persona no hay que olvidar sus derechos, todo lo contrario, deberíamos pensar que esa persona al estar en una situación vulnerable necesita ser atendida con más cuidado que ninguna otra. El ejercicio de informar que le pude estar pasando, qué puede estar haciendo, qué parte de responsabilidad puede tener su propia actividad, su propio estilo de vida. Todo eso, no contribuye a resolver lo más importante que es rescatar a una persona de una situación de riesgo. No se puede olvidar esa prioridad.
Lobatón tiene una productora en Madrid, con un apoyo en Córdoba, que se dedica hacer documentales para Canal Sur. "Son trabajos muy cuidados profesionalmente, muy artesanos. Esto me permite tener tiempo para dedicar a la fundación", indica.
¿Le gustaría que volviese 'Quién sabe dónde'?
Por supuesto. No me lo han ofrecido. Pero las nuevas tecnologías facilitan más aún la ayuda que este formato presto. Este programa abordó 1.500 casos en seis años de emisión ininterrumpidos en TVE. El próximo año se cumplirán 25 años desde su primera emisión. Creo que sería bueno, pero no por mi expectativa profesional sino porque creo que es una demanda social.
¿Algún caso le marcó más?
Hubo casos que fueron y han seguido siendo referente. Hace poco ha sido noticia el caso del niño pintor de Málaga, uno de los primeros que abordamos. Tuvo un impacto tremendo el caso de las niñas de Alcásser. Luego un niño gallego al que conseguimos reunir con su familia, un programa extraordinario sobre el secuestro de Anabel Segura...
¿Conseguía dormir en aquella época?
Claro que sí, lo digo claramente. Si me apuras ahora tengo muchos más momentos en los que me despierta la preocupación y la última conversación que he tenido con una familia porque en la fundación tenemos menos recursos que los que teníamos en el programa. Yo tenía un equipo de 68 personas en total y, por tanto, tenía mucha ayuda. Teníamos esa tranquilidad que te da que has atendido todo lo que humanamente has podido. Había muchos casos que atendíamos sin sacarlos en antena. Ahora sigo teniendo mucha conexión con las familias y relación directa con ellas pero menos recursos para poder atenderles.
Hace cuatro años, Lobatón se separó de la también periodista Mari Pau Domínguez con la que llevaba 20 años de matrimonio y una hija en común. Fue un momento duro para ambos pero el cariño y el respeto de la profesión hacia ambos no hizo correr ríos de tinta a una separación nada amistosa. Ahora no le cuesta reconocer que en terreno personal está muy bien, pero sin entrar en más detalles. "No hay mayor premio que trabajar en aquello en lo que crees. Si tu ves sufrir no puedes mirar hacia otro lado. Los periodistas no podemos ser seres que nos beneficiamos de la notoriedad de determinadas circunstancias que nos elevan y nos convierten en interlocutores de un montón de gente sino que tenemos un deber de correspondencia con la sociedad", explica.
¿Se ha sentido alguna vez atacado por la prensa?
En esta época en absoluto. En los comienzos de Quién sabe dónde hubo unas reticencias, pero quedan ya en un plano muy remoto.
¿Le queda tiempo libre?
Intento liberar tiempo para las causas que creo y esta la primera de todas. La mayor parte, pero no todo porque hay un tiempo que debo reservar para la subsistencia de mi empresa, y para la familia. Me encanta dedicarle tiempo a la gente que quiero.
Su mayor deseo ahora mismo es encontrar este sábado cualquier pista a lo largo de los 40 kilómetros de marcha que les ayude a encontrar a Manuela Chavera. Lobatón no se rinde y aunque ya no busque en prime time televisivo, lo hace desde su Fundación y con apoyo de patronos privados.