Tras un primer documental en el que todo parecía que había sido color de rosa, la segunda entrega de OT: El Reencuentro mostró la otra cara de la fama, críticas de los propios concursantes al formato, la productora o sus discográficas y la pregunta más incómoda para David Bisbal (37): ¿Se siente más feliz que sus compañeros por haber sido el que más éxito ha logrado?
“Me siento feliz porque he podido disfrutar de mi trabajo y lo comparto con la gente que quiero. No necesito ser el número uno para ser el más feliz del mundo. Siempre he dicho que mis compañeros son felices estando donde están. Nadie es más que nadie”, dijo el cantante almeriense en uno de los momentos donde se produjo más debate.
“En este país si no sales en la tele, parece que estás muerto. Yo hago mis musicales, me dedico a lo que me gusta”, explicaba Gisela (37). “A mí me dicen ‘Qué bien Bisbal y Bustamante. Qué pena que los demás no estéis haciendo nada. ¿Cómo qué nada? Hacemos musicales, otras cosas…”, añadía Mireia (34).
Aunque sin ninguna el testimonio de mayor peso fue el de Javián, el tercer expulsado del concurso y que actualmente tiene un pequeño grupo de rock con el que toca los fines de semana. “Yo tengo un grupo de rock y cuando vamos a tocar, ayudo a cargar los amplificadores y escucho: ‘Mira para lo que ha quedado’”.
“Tengo todo lo que deseo. Soy una persona con mucho éxito: tengo mi casa, mi coche y dos duro en el bolsillo para irme a tomar una tapita. No quiero más. Mis objetivos son ser feliz, no separarme de mi familia, de mi Sevilla y de mi música. De estos objetivos, si tú me entregas un Grammy, pierdo uno o dos”, comentaba el sevillano, que es propietario de dos heladerías gracias a las cuáles puede dedicarse a la música.
Los concursantes también hablaron de lo difícil que fue pasar a ser conocidos de la noche a la mañana, así como de pasar de tener mucha fama a mucho menos. “Todos hemos estado para ir al psicólogo. Y quién me diga que no, miente”, resumió Nuria Fergó (37). “Hemos tenido mucha fama, un cambio brutal, pero luego llegaba a casa y estaba sola. Yo lloraba lo más grande”.
“Cuando íbamos saliendo, nos metían en un piso en el que muchas veces me quedaba sola. Nadie sabe lo que es llamar a tus padres con 19 años diciéndole que tienes miedo”, recordaba Natalia (33). “La catarsis es buena, pero el proceso es difícil”, decía Naím Thomas (36).
El abrazo de Bisbal y Chenoa
Pero dejando a un lado los debates sobre la fama y el éxito, uno de los momentos más celebrados de la noche en las redes sociales fue cuando David Bisbal se levantó para dar un abrazo a Chenoa cuando criticó que en el concurso se intentaron crear rivalidades. “Mucha gente se cree que David y yo, o Laura y yo estábamos un poco mal, cuando no era así”, dijo el cantante.
Un momento, el del abrazo, que provocó las lágrimas de Rosa. “Me ha dado mucha alegría”, confesó la granadina en lo que para muchos internautas era la representación del sentimiento de muchos seguidores de ambos cantantes. “Cortad, tíos, cortad”, dijo entonces Chenoa.
Aunque durante sus últimas entrevistas la mallorquina se había mostrado un poco cansada de hablar sobre su relación con Bisbal, en esta segunda entrega no tuvo ningún reparo para hablar de sus sentimientos, e incluso comentó aquella imagen mítica a la puerta de su casa vestida con un chándal cuando rompió con su ex. "Yo en chándal no salgo más. Es un clásico como el de la Faraona de 'si me queréis, irse'. Además podía haber elegido un color más llamativo, no el gris", bromeó.
“Me resulta muy tierno porque es muy verdad. Me reía porque cuando alguien me gusta, me rio mucho. No podía decir según qué palabras… Me provoca ternura. Fue una linda historia. Entiendo que la gente siga con el recuerdo. Yo estoy encantada de tener un documento“, dijo comentado sus vídeos con Bisbal en la Academia.
También se mostró muy sincero Bustamante, demostrando una vez más ser de los más naturales. "Nos hicimos millonarios con 19 años. Miré el banco y nunca había visto tanto dinero en mi vida. Tener la salud mental de tomar las buenas decisiones, de saber digerir cada cosa… Éramos carne de psiquiatra".