Theresa May, blanco de las críticas por posar con un pantalón de 1.200 euros
Lío político en Gran Bretaña por los pantalones de cuero de la primera ministra. Aficionada a la moda, no tiene asesor de imagen y suele comprar en Fluidity, una tienda de Henley conocida sólo por los aficionados a la moda.
15 diciembre, 2016 00:17Noticias relacionadas
Suele ser habitual en Reino Unido, a cada polémica le ponen un mote. Y en este caso, le han dado un punto político. Se trata del Troursergate -lo que vendría a ser el pantalóngate- y aunque parezca que nada tiene de político, el trasfondo está dañando la imagen de la primera ministra, Theresa May (60). Y todo, lo han adivinado, por unos pantalones.
No es poca cosa: May concedió una entrevista este fin de semana al The Sunday Times en la que posa en su salón vestida con unos pantalones de cuero marrón que se venden por unos 1.200 euros. Son de la firma Amanda Wekeley y se venden en múltiples tiendas en Londres y alrededores, además de por internet.
En estos momentos en los que la economía británica no acaba de despuntar y el Brexit todo lo empaña, aparecer con una prenda tan cara ha servido para levantar ampollas en algunos sectores de la sociedad. Sobre todo si tenemos en cuenta que el apoyo de la premier a la salida de la Unión Europea le está granjeando enemigos furibundos.
La cuestión ha salido incluso en The New York Times, donde el reportero Dan Bilefsky ha publicado una entrevista a Nicky Morgan, ex ministra de Educación, quien ha llegado a decir que los pantalones de May han sido una elección "debatida" en el partido conservador británico. "Yo no tengo pantalones de cuero, creo que nunca jamás me he gastado tanto dinero en nada excepto para el vestido de mi boda", ha dicho una crítica Morgan en el citado artículo del NYTimes.
No es esta la única vez que la vestimenta de la dirigente provoca chanzas y críticas. Amante del buen vestir y de las marcas exclusivas, May combinó sus pantalones con un suéter de cuello cisne de la marca Mulberry conocida por sus altos precios. Los detractores de la primera ministra han aprovechado el filón y la han llamado incluso "ridícula" (Allison Pearson en The Telegraph).
Una de las diseñadoras de cabecera de May es Amanda Wakeley, de quién ya vistió el Day One -'primer día' en argot político británico- en Downing Street. Los medios británicos han publicado, sin embargo, que a diferencia de otras dirigentes o primeras damas (incluso reinas), May no tiene asesor de imagen.
"Tengo una tienda particular a la que suelo ir y allí saben las cosas que me gusta llevar, así que a veces me llaman y me dicen ‘tenemos algo realmente bonito para ti’". La tienda en cuestión es Fluidity, en Henley, un municipio a unas 25 kilómetros de Maidenhead (donde vivió hasta hace poco). La tienda es conocida entre las seguidoras de tendencias de la capital británica y algunas habitantes de la zona, donde hay dos colegios privados de elite y la sede de algunas empresas de renombre.
Es posible que la primera ministra recibiera hace unos días esa mágica llamada a la que hace referencia y sin pensarlo, se compró unos pantalones que la llevan de cabeza. No será la última vez, si tenemos en cuenta su trayectoria fashion.