La segunda edición de las Magas de enero de Valencia, una cabalgata laica, con orígenes republicanos e ideales feministas, que el pasado año desató la polémica, ha sido multitudinaria. Cientos de personas han acompañado este desfile por las calles de Valencia. El alcalde, Joan Ribó (69 años), las ha recibido finalmente desde el balcón del Ayuntamiento pero, al contrario que el pasado año, no ha participado en los discursos. Cerca de una veintena de personas entre integrantes de España 2000 y del partido de nueva creación Avant Valencians ha acudido a protestar frente al consistorio ante lo que consideran un "ataque a las tradiciones". Sus pitidos han sido acallados por aplausos del resto de asistentes.

La cabalgata laica y republicana de las tres magas se consolida en Valencia

La cabalgata laica y republicana ha partido este domingo a las doce de la mañana en un recorrido en el que han participado decenas de asociaciones culturales y que ha culminado con las tres Magas (Libertad, Igualdad y Fraternidad) en el balcón del Ayuntamiento de Valencia. El desfile ha estado acompañado por decenas de asociaciones culturales valencianas, 'muixerangues', cabezudos, bailes tradicionales, etc. y algunos de los asistentes han acudido con los colores republicanos.

La cabalgata laica y republicana por las calles de la Ciudad de las Ciencias y las Artes. Lorena Ortega

El pasado año, una entidad cívica valenciana (la Sociedad Coral El Micalet) propuso la celebración de esta particular cabalgata con la coincidencia del 80 aniversario de Valencia como capital de la República y rememorando un desfile infantil que se celebró únicamente en 1937 con el objetivo de distraer a los niños de la guerra. Las Magas y sus nombres pretenden ser un símbolo de aquella fiesta y una propuesta "complementaria" a la de los Reyes Magos. La cabalgata estaba prevista para el 8 de enero pero la organización optó  por retrasar la fecha para evitar un posible enfrentamiento con una concentración prevista por Avant Valencians.

El choque, no obstante, no ha desaparecido porque una veintena de personas han decidido acudir con banderas de España y silbatos a protestar por esta cabalgata infantil. "No es una cabalgata tradicional, se hizo solo una vez hace 80 años, no es nuestra tradición, es una intromisión", ha asegurado José Luis Roberto, líder de España 2000. Detrás de él, una joven con bandera de España y gafas con los colores de la bandera insistía: "Esto no es ninguna tradición".

La protesta de este pequeño grupo no ha pasado de  la anécdota. No ha habido enfrentamiento porque el resto de asistentes, cientos de personas, intentaban acallarles con aplausos a las Magas de Enero. "Tengamos la fiesta en paz", le decía un policía a uno de los que se alejaban del grupo cuando intentaba entrar en la parte dedicada a la cabalgata.

"Esto es horrible, todos tienen derecho a la fiesta. Yo he vivido siempre la fiesta de los Reyes Magos pero esta es una fiesta más", decía una vecina de Valencia (no ha querido decir nombre) ante la actitud del pequeño grupo ultra. Ella afirma que este año se ha hecho bien porque no se ha hecho el día de Reyes. Es un caso más de los malentendidos que agrandaron la polémica el pasado año. La de las Magas fue una cabalgata que el pasado año se celebró varios días antes y que no sustituyó a la de los Reyes Magos, que se celebró como el resto de años. "No venimos a suplantarlos - decían las mujeres que interpretan a los tres personajes a EL ESPAÑOL- sino a complementar, no todas las familias son religiosas".

César Gilet, también vecino de Valencia, ha acudido con su hijo. Ya vino el pasado año. "No entiendo la polémica, tienen todo el derecho a hacerla", asegura sin más.  A pocos metros una mujer asiste a la cabalgata junto a su nieta. Van vestidas de 'misa'. Literalmente. "Hemos salido de la Catedral por la festividad de San Vicente Ferrero y nos hemos encontrado esto, está muy bien, es todo muy valenciano", dice la mujer ajena a toda polémica que rodea a la cabalgata laica y enseña como su nieta porta el medallón que le ha puesto el arzobispo Cañizares.  

Las tres Magas subían al balcón del Ayuntamiento dos horas y media después del inicio del desfile. Allí les esperaba Joan Ribó, que este año no había aclarado si las iba a recibir o no. Junto a él también estaba Alejandra Soler, una mujer de 103 años (fue atleta y maestra, además de una de las primeras mujeres universitarias españolas y militante comunista) que el pasado 9 de octubre se convirtió en la primera mujer que recibió la Alta Distinción de la Generalitat. Soler ha saludado muy emocionada a los asistentes.

LLAMAMIENTO POLÍTICO Y SOCIAL

Ya en el balcón, las Magas de Enero han tomado la palabra. La primera en hacerlo ha sido Libertad, representada en Manola Roig. Tras ella, Fraternidad (Cristina Escrivà) que ha realizado un alegato por la igualdad y "la ayuda entre las mujeres contra las desigualdades inducidas por la falsa superioridad del hombre, que provoca dolor y muerte”. “Hago un llamamiento a las fuerzas políticas y sociales para que hagan que los valores que representamos sean puestos en práctica”, ha dicho.

En el balcón del Ayuntamiento de Valencia. Lorena Ortega

La última en hablar ha sido la maga Igualdad. Ella ha recordado el drama de los refugiados y ha llamado a "conseguir un mundo en paz, más justo, libre y más igualitario". "Leed, aprended y sabréis", les ha dicho a los niños.

Las Magas se han despedido desde el balcón al grito de “felicidad, paz y cultura” y convocando  para la próxima edición: "¡Os esperamos el año que viene!".

Imagen de las tres magas el año pasado durante la cabalgata. EFE

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