Carolina Barrio se sienta junto a su hijo Mario donde dos años antes lo hacía Jaime de Marichalar con Froilán. Para estos 'tronos' azules ya no hace falta estar vinculado a la Corona o tener un apellido de renombre. Hoy, los protagonistas de las historias de lucha han superado a los personajes de las portadas de revistas. Ese es el palco de los privilegiados de Carmena.
Mario tiene un 78 % de discapacidad motora, pero eso no le impide animar como nadie a su equipo del alma, el Real Madrid. Precisamente este niño de 11 años se sienta hoy en una de las sillas que hace dos años ocupaba uno de los jugadores del Atlético de Madrid, Juanfran. Gracias a que por segundo año consecutivo la alcaldesa de Madrid cede el palco a las personas con alguna discapacidad y deja fuera a los rostros famosos. El pequeño e incluso su madre, que cuando era niña nunca había visto las carrozas desde tan cerca, han tenido un huequecito frente al desfile de los Reyes de Oriente.
Mario le va a pedir a los Reyes el FIFA, ese vídeojuego en el que no faltará David Villa, un futbolista que también se benefició de su popularidad para estar en la primera fila de la Cabalgata hace dos años. Detrás de él, más o menos donde en 2013 veían desfilar a SS.MM. de Oriente el presentador Ramón García y su familia, estaba anoche el tímido Rubén Gutiérrez, de 10 años, que ha pedido unas gafas de realidad virtual.
Quizá sea porque hasta hace muy poco estaba lejos de su madre ya que no tenía recursos económicos suficientes, por lo que el menor vivía con su abuela. Pero este jueves, con su madre al lado, pudo disfrutar de la Cabalgata.
En primerísima fila, desbancando a quienes antes copaban ese puesto de honor, como Ana Botella y Ana Aznar o la actriz Lydia Bosch con sus pequeños, estaba Patricia Villao con su hijo Samuel. El niño, que sufre distrofia muscular de Duchenne, no estaba solo ante la llegada de los Reyes a Cibeles. "Mandamos un email a la alcaldesa contándole nuestra situación y doña Manuela Carmena nos dio toda la primera fila a Samuel y a varios de sus amigos del cole". La enfermedad del niño aún no tiene cura, por eso lo único que ha pedido a los Reyes es una solución.
"Al fin se hizo justicia", explicaba Patricia, "los famosos se pueden pagar todos los lujos que quieran y no viven la cruda realidad que nos toca a los padres con niños con enfermedades como la de mi hijo, que son una lucha constante". En la vida de las familias que se reunieron en las sillas azules este jueves no hay privilegios, por este motivo la iniciativa del Ayuntamiento hace más especial estas fechas, esto es lo que cuentan a la periodista de EL ESPAÑOL.
Los hijos de los futbolistas que se han sentado alguna vez en estos asientos pueden disfrutar del palco principal de los estadios, los hijos de actores tienen las mejores filas asignadas para ver a sus padres en el teatro o el cine, pero estos palcos azules de Cibeles son los únicos que pertenecen a hijos como los de Patricia o Carolina. No salen en la televisión ni sus padres tienen cuentas millonarias, pero Samuel, Mario y Rubén miran a los Reyes Magos con un brillo que merece el lugar VIP que ocupan en noche que nunca olvidarán.