La primera cabalgata de los reyes magos en la etapa de
Manuela Carmena como alcaldesa de Madrid ha generado opiniones contrapuestas entre los asistentes. Firmes defensores y enfurecidos detractores han hablado con EL ESPAÑOL durante la celebración navideña. Unos comprenden y aplauden el carácter multicultural del desfile y otros aseguran estar desconcertados porque no han entendido la temática y dicen haber asistido a un acto más propio de carnaval. En todo caso, la ilusión de los niños presentes ha provocado que no quedase apenas rastro de las polémicas previas sobre este evento.
El rey Melchor en la cabalgata de Madrid.
Juan Carlos Hidalgo
Efe
"Respeto a los que no son como nosotros"
Marina es una ecuatoriana que vive en Madrid desde hace ocho años. Para ella y sus acompañantes, esta cabalgata de 2016 es mejor que las anteriores porque "ha sido más rápida y más divertida" que las precedentes. Ella entiende que hayan desfilado por el centro de Madrid asociaciones africanas, indias o chinas porque es un reflejo de "la variedad de culturas" que hay en la ciudad. Una pareja de jóvenes madrileños que han asistido acompañados de su bebé, Luis, de apenas un año, van en la misma línea al señalar a este diario que “ha sido muy completa porque se representaban las diferentes partes del mundo” y “eso hace falta para que todos nos respetemos y enseñemos respeto a los que no son como nosotros”.
Estos son justo los mensajes que quería transmitir el ayuntamiento de la capital de España. El equipo de Manuela Carmena ha planteado la cabalgata como “un viaje por los cinco continentes” con la participación de grupos chinos, indios, africanos o árabes precisamente para trasladar esa idea de la diversidad étnica que existe en la urbe.
Pero este mensaje y la estética utilizada para transmitirlo no han gustado a parte de los adultos presentes, que no entendían por qué en una cabalgata de reyes aparecían dragones de oriente, unos seres inidentificables llamados “pictoplasmas”, personajes de La guerra de las galaxias liderados por el mismísimo Darth Vader, niñas bailando danzas sudamericanas o un DJ que aparecía vestido de lobo. El cóctel era variopinto, en verdad, aunque no puede olvidarse que esta variedad de atuendos y disfraces es habitual cada año en el desfile que recorre el Paseo de la Castellana.
"Era horrible"
José Antonio es un madrileño de avanzada edad que asegura que lleva acudiendo a este evento desde hace más de veinte años. “Y no he visto una cosa más horrible en mi vida”, afirmaba. “Mis sobrinos ni reconocían a los reyes magos”, decía visiblemente enfadado al final del acto. “Lo mismo digo de mis nietos”, añadía también enojada una señora. “No había pajes, no había nada de la navidad, parecía que estábamos en carnaval”, apostillaba. La verdad es que el atuendo de los magos de oriente y la forma de sus carrozas eran radicalmente distintos a lo visto en años precedentes. De ahí la confusión que algunos denunciaban. Sin embargo, otros asistentes miraban cariacontecidos a los críticos y no entendían estas quejas.
Una de las participantes de la cabalgata de Madrid.
Juan Carlos Hidalgo
Efe
El grupo de ciclistas que encabezaba la cabalgata, bautizado como “pelotón fugaz” por el consistorio y utilizado para mostrar las bondades del transporte sostenible, tampoco ha sido aceptado de buen grado por todos. En un desfile custodiado por más de 500 agentes de la Policía Municipal y por 300 efectivos del SAMUR, no han faltado las habituales carrozas propagandísticas de patrocinadores como Coca Cola o El Corte Inglés.
Eso sí, más allá de estas opiniones divergentes entre unos y otros, la ilusión de los más pequeños ha apagado cualquier polémica. Todos ellos gritaban al saludar a los magos de oriente y luchaban con uñas y dientes por hacerse con más caramelos. Como ocurre cada año en la cabalgata de reyes, sean cuales sean la ética y la estética de la misma.
Un policía frente a soldados de asalto de Star Wars.
Juan Carlos Hidalgo
Efe
Varias polémicas previas
Antes de que los hechos se impusieran este martes 5 de enero en Madrid, lo cierto es que esta cabalgata, la primera con Ahora Madrid al frente del Ayuntamiento, ha sido la más controvertida en mucho tiempo en la capital de España. Una de las novedades más impactantes ha sido que, como desveló EL ESPAÑOL en exclusiva, Ahora Madrid ha dejado sin asiento VIP a unos 1.800 invitados que cada año disfrutaban de un lugar de privilegio en la cabalgata en el Palacio de Cibeles. Además, desde la oposición se ha arremetido contra el equipo de Carmena por algunas innovaciones que ha introducido en esta celebración navideña.
El gobierno municipal ha impulsado este año las cabalgatas en los distritos de la ciudad. Y precisamente en algunos de estos barrios han surgido las principales polémicas. Sin duda, la más sonada ha sucedido en el distrito de Carabanchel, donde Ahora Madrid ha impedido la participación del colegio religioso Arenales, vinculado al Opus Dei, porque segrega por sexos a los alumnos. El PP y Ciudadanos han censurado dicha decisión, han hablado del "sectarismo ideológico" de Carmena y han señalado que hasta 800 niños de dicho colegio quedarían sin participar en la cabalgata. Ahora Madrid niega la mayor y asegura que ha puesto los medios necesarios para que los niños sí participasen.
Otra de las polémicas más comentadas surgió hace unos días, cuando se conoció la propuesta de la coalición liderada por Podemos de incluir “reinas magas” en las cabalgatas de los distritos de Puente de Vallecas y San Blas Canillejas. La propia Esperanza Aguirre afirmó al respecto ser “partidaria de la paridad pero no de las paridas", expresión que después han repetido varios portavoces de su partido. Claro que esta controversia ha perdido fuelle al conocerse que el propio papa Francisco utilizó a una reina maga en la misa de año nuevo que ofició en el Vaticano.
Otra crítica que se ha escuchado en los días previos es que en la cabalgata central de Madrid por primera vez se haya contratado a actores para interpretar a los reyes magos, en lugar de continuar con la tradición de contar con concejales para este menester. Incluso, se han escuchado voces contrarias a las carrozas elegidas por el consistorio que dirige Carmena o a la ausencia de animales en el recorrido.