Había una vez, una reina maga llamada Carmena que gobernaba en la ciudad de Madrid. Su primera noche de Reyes quiso cumplir el sueño de más de 700 niños con discapacidad o en riesgo de exclusión social.
Por unas horas les convirtió en VIP, cediéndoles la tribuna de honor a pie de la diosa Cibeles para disfrutar de la Cabalgata de Reyes. Un privilegio que hasta ahora sólo habían tenido cargos públicos y famosos del papel couché que llevaban a sus hijos para posturear y no hacer colas de pie, como el resto de madrileños.
El día 30 de diciembre, el área de Equidad, Derechos Sociales y Empleo del Ayuntamiento de Madrid habilitó durante unas horas el teléfono de la esperanza. Allí las familias de discapacitados o en riesgo de exclusión social pudieron llamar para conseguir dos invitaciones por familia. Rosa, de 10 años, es una de las afortunadas y no deja de sonreír desde su silla de ruedas en primera fila. "Estamos felices aunque su hermana se ha quedado fuera, pero ella nunca podrá olvidar esto", explica su padre.
Como si les hubiera tocado la lotería, pancarta en mano, están los 130 miembros de la Asociación INCREFAM del madrileño barrio de Vallecas. "Hemos votado a la alcaldesa y por eso estamos aquí. No nos ha defraudado. Traemos niños acogidos por sus abuelos porque sus padres están en la cárcel o tienen problemas de drogas", defienden. Quieren conocer de cerca a Carmena, la han invitado a la Asociación pero aún no ha podido, por motivos de agenda, hacerles la visita. "¡Hoy somos VIP!", gritan mientras muestran orgullosas la pancarta. No olvidarán esta tarde, al igual que el día que les concedieron el Premio a la Infancia de la Comunidad de Madrid.
Entre la multitud, está sentada la reina maga de la noche, Manuela Carmena, abrigo negro sintético, su inconfundible melena rizada y sus gafas. Hoy es su gran noche. Laura, de nueve años se acerca espontáneamente a ella para darle las gracias. Esta le responde "gracias a ti, espero que lo disfrutes". Sus padres no tienen trabajo, viven en un piso de acogida y comen de lo que les da Cáritas.
Los discapacitados también aplauden la idea de que se haya abierto el abanico a las familias con exclusión social. Aunque eso les haya supuesto menos plazas para ellos.
Es la primera cabalgata en la que nadie quiere figurar. Hasta la portavoz de Ciudadanos, Begoña Villacis, el popular Íñigo Henriquez de Luna o la socialista Puri Causapié huyen de los flashes. Este año las revistas del corazón no llenaran páginas con los futbolistas, cantantes, o famosos que ocupaban las primeras filas con sus hijos. Los VIP de Carmena son anónimos, se cubren con mantas y sus rostros de felicidad contagian. Solo se oye "gracias alcaldesa". Esta noche es imposible que a Carmena le dejen carbón. Los reyes son mágicos pero las magas también.