La entrevista con el próximo representante de España en Eurovisión, Manel Navarro (20 años), tiene lugar mientras el joven renueva su pasaporte para poner, unas horas más tarde, rumbo a Ucrania. Allí cantará, este sábado por la noche, como artista invitado en el marco de la tercera semifinal del país anfitrión. Irá solo, sin su banda, sin saber qué se encontrará allí. Los tiempos no lo permiten.
Será la primera actuación internacional de Navarro después de que, el pasado fin de semana, fuera seleccionado para representar a nuestro país en una elección no exenta de polémica.
"Ha sido una victoria agridulce. Ni mucho menos fue como me esperaba ni como me hubiera gustado. Pero estoy bien, rodeado de mi familia y de mis amigos. Intento no pensar mucho en lo que ha pasado estos días. Los que peor lo han llevado han sido mis padres. Lo han pasado realmente mal", confiesa en conversación con EL ESPAÑOL.
Sus progenitores presenciaron la controvertida elección de Manel como representante en Eurovisión y, a juzgar por sus palabras, sufrieron desde primera fila los abucheos y acusaciones de amaño. El cantante explica que su desproporcionada reacción se debió precisamente a la presión fruto de tan tensa situación. "Me arrepiento totalmente, no lo tendría que haber hecho. Pero mis padres no lo estaban pasando bien y yo sólo veía sus caras mientras escuchaba insultos", intenta justificarse el catalán.
Lo que sí tiene claro es que no piensa renunciar a su candidatura. "Ni nos lo hemos planteado. He ganado legalmente y, aunque sé que no era el favorito de muchos, estoy aquí para representar al país lo mejor posible. Si todos vamos juntos en esto, irá mucho mejor", confiesa.
Ni siquiera tenía claro el catalán que fuera a ser el elegido para tal papel. "Siempre tienes en mente esa posibilidad, pero no al 100%", señala en conversación con este medio.
Manel y su equipo ya se han puesto manos a la obra para preparar la próxima actuación que se celebrará en mayo. Aunque aún quedan flecos por ultimar, lo que ha podido saber EL ESPAÑOL por boca del representante es que la idea es hacer "algo grande, más espectacular que el año pasado. Creo que vamos a sorprender", afirma convencido.
El catalán prefiere centrarse, por tanto, en su próxima misión eurovisiva y alejarse de la polémica cuanto antes. Algo a lo que ha contribuido el aluvión de mensajes de apoyo que ha recibido en los últimos días, que los ha habido. "El 90% de los comentarios han sido buenos. Los negativos son menos, pero hacen mucho más ruido. Entre esos apoyos he recibido el de cantantes como Soraya (34) o Barei (34)".
Por ello ni siquiera entra a valorar las cuestiones políticas que rodean al festival, incluida la decisión de varios partidos políticos de llevar al Congreso una batería de preguntas para que Televisión Española dé explicaciones acerca del proceso de selección. "Lo único que sé es que todo esto se ha salido de madre", concluye mientras pone rumbo a Ucrania.