Irene Montero y Pablo Iglesias en sus escaños.
El enfado de Irene Montero con un periodista por preguntarle por su relación con Pablo Iglesias
La portavoz de Podemos en el Congreso ha mostrado su cabreo en un programa de radio cuando le han mencionado el beso con su líder captado por las cámaras hace unos días.
2 marzo, 2017 20:26Noticias relacionadas
"De mi vida privada nunca he hablado ni lo voy a hacer ahora", así ha contestado Irene Montero (29 años), portavoz de Podemos en el Congreso, al ser preguntada por su furtivo beso con Pablo Iglesias (38) cazado la semana pasada. La de la formación morada ha participado este jueves en el programa radiofónico de Carlos Alsina (47), Más de uno, en el que contestó a todas las cuestiones de ámbito político, pero prefirió callar cuando la dinámica de la conversación se tornó al lado más íntimo.
Ante la inesperada pregunta del locutor y tras expresar que no iba a hablar de su vida personal, Montero ha mostrado su enfado y ha querido sacar su vena más reivindicativa. "No seré ni la primera ni la última mujer cuyo ascenso se cuestiona por ser 'novia o mujer de', mientras que a los hombres no se les cuestiona, se asume que es por méritos propios", decía con rotundidad Irene en los micrófonos de Onda Cero.
El efusivo abrazo entre Pablo Iglesias e Irene Montero en Vistalegre II.
Antes del vídeo del beso en la cafetería la semana pasada, ya en el congreso de Vistalegre 2 que tuvo lugar entre los días 11 y 12 de febrero la química entre Pablo e Irene estaba más que presente. A pocos minutos de finalizar el encuentro con sus militantes, el líder de Podemos y su portavoz en la cámara ofrecieron una tierna imagen a los asistentes y a los medios reunidos, pues se fundieron en un cariñoso abrazo que no pasó desapercibido para los más curiosos.
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Tras más de un año intentando ocultar su relación, al final la espontaneidad de los actos de amor les dejaron con la guardia baja y las cámaras pudieron hacerse con el esperado momento del beso y confirmar un secreto a voces. Ahora sabemos que su buena sintonía no termina al cruzar las puertas del Congreso.
