"Dios quiera que venga. Ojalá pudiese fundirme en un abrazo con mi padre. Eso es lo que quiero", expresaba Manuel Díaz (48 años) horas antes de dar comienzo el ruedo en la plaza de toros de Morón de la Frontera. Finalmente todo ha quedado en un deseo del torero porque su padre no ha acudido al encuentro de sus dos hijos. La no asistencia del Quinto Califa ha sido una sorpresa, ya que todos en la plaza tenían la esperanza de que apareciera. De hecho, varios medios anunciaron que el veterano matador tenía reservadas seis barreras en la zona sombra del redondel para disfrutar de la faena con su círculo más íntimo, pero no ha habido rastro de El Cordobés padre en el tendido.
Tras 48 años esperando que Manuel Benítez (80) aceptara ser el padre de Manuel Díaz, quizá la esperanza de que apareciera ante todos los focos este sábado era un deseo demasiado ambicioso. Pero lo cierto es que después de que hace unos días El Cordobés "él es mi hijo y yo soy su padre" y a la cita histórica que suponía este encuentro en tierras sevillanas, todos esperaban la foto del Quinto Califa abrazando a su ya reconocido hijo.
Sin embargo, a falta del padre, lo que no han faltado han sido muestras de cariño de admiración mutuas entre los hermanos. "Espero que este principio de amistad llegue algún día a algo más", decía Manuel Díaz sobre Julio Benítez (31) hace unos días, y sin duda, a juzgar por lo ocurrido este sábado, poco a poco esa afirmación podrá llevarse a cabo. Ya antes de entrar al ruedo, los dos toreros, vestidos de luces, ambos en tonos azules, no podían parar de sonreír ante los testigos y han estado muy cercanos y cómplices en todo momento. La emoción en sus rostros era evidente, cosa que no era de extrañar pues se encontraban a pocos segundos de pisar la plaza que inauguró su padre hace 16 años.
Tras la primera intervención del diestro Diego Ventura, el segundo toro de la tarde era recibido por Manuel Díaz con una gran ovación por parte de las 6.000 localidades repletas del lugar. Consiguió las dos oreja y ante este triunfo su hermano Julio no quiso ser menos y recibió al animal arrodillado en mitad de la plaza. Ya en el segundo bravo de Manuel Díaz, éste lo brinda a su hijo Manuel (12), su primer hijo en común con Virginia Troconis (36), con el que tras una gran hazaña da la vuelta al ruedo. Pero uno de los momentos más emotivos llegó con el último toro que recibió Julio Benítez. El torero quiso brindar su faena a su hermano Manuel, mientras se llevaba la mano al corazón y miraba atento a Díaz que se encontraba frente a él tras la barrera.
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También en el tendido estaba el torero Cayetano Rivera (40), que no ha querido perderse el encuentro y saludar a sus dos amigos que por fin toreaban juntos: "la relación a partir de ahora entre ellos mejorará", expresaba feliz el marido de Eva González (36).
Y es que ya en su llegada esta mañana al hotel sevillano ambos hermanos tenían el deseo de que su padre estuviera presente en la plaza aunque no las tenían todas consigo: "No sé si vendrá. Él me ha dicho que vaya con ilusión, ganas y al toro", decía Julio en su entrada al centro.
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Pero quien sí ha estado animando sin cesar desde la grada ha sido Virginia Troconis. La esposa de Manuel Díaz estaba expectante ante la cita de este sábado y horas antes del encuentro colgaba una foto en sus redes sociales halagando a su marido: "Cuando se va por la vida como tú...con verdad, humildad y honestidad". Una bonita reflexión que hubiera tenido un gran final con una imagen de El Cordobés apoyando a su dos hijos en el ruedo.