Susana Díaz, flanqueada por Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero.

Susana Díaz, flanqueada por Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero. Efe

Famosos RUMBO A LAS PRIMARIAS

Susana Díaz, la catequista que quiere liderar el PSOE

La presidenta andaluza se daba este domingo un baño de masas cual estrella de rock para presentar su candidatura. Lo hacía con un especial recuerdo a sus padres, que acudieron a arroparla, al igual que su marido y el hijo de ambos. Tampoco las Segrelles quisieron perderse el acto.

26 marzo, 2017 18:42

Noticias relacionadas

Hija de un fontanero y de una ama de casa, Susana Díaz (43 años) quiere llegar a lo más alto pero sin olvidarse de sus raíces. Por eso, este domingo, llenaba uno de los madrileños pabellones de Ifema -cual estrella de rock- para presentar su candidatura a las primarias del Partido Socialista con un especial recuerdo dirigido a sus progenitores, que quisieron apoyarla en el significativo acto. Con ellos estuvieron asimismo su marido José María Moriche, conocido como el tieso, y el hijo de ambos, José María (2). Una de las asistencias más curiosas y que más llamó la atención de los presentes fue la de las Segrelles, madre e hija, cuya pasión susanista era desconocida hasta el momento.

Díaz estuvo asimismo arropada por los barones e históricos del partido. Allí se dejaron ver desde Felipe González (75) hasta José Luis Rodríguez Zapatero (56), pasando por José Bono (66), Pepe Blanco (55), Alfredo Pérez Rubalcaba (65) y Alfonso Guerra (76). También quiso acompañarla la savia más fresca del partido, representada por Carme Chacón (46), Eduardo Madina (41) o Trinidad Jiménez (54).

Susana Díaz dice que se presenta a las primarias "por el PSOE y por España"

No imaginaba Díaz que llegaría tan alto cuando impartía catequesis a los grupos de sus tres hermanas menores en la iglesia de su barrio, en Sevilla, algo que le serviría posteriormente para desarrollar su oratoria y perder el miedo a hablar en público. Ya entonces su compromiso y responsabilidad para con los cargos de relevancia quedaba de manifiesto cuando fue nombrada delegada de clase en el colegio y de alumnos en la facultad de la universidad.

[Lea aquí: Duerme sólo cinco horas y otras 22 cosas que no sabías de Susana Díaz]

Hija de un fontanero del Ayuntamiento de Sevilla y de una ama de casa, Díaz pronto se decantó por el Derecho, carrera que cursó en la Universidad de Sevilla, curiosamente el edificio estaba justo enfrente de la sede de la presidencia de la Junta de Andalucía, donde recalaría años después.

La vocación de maestra seguía haciendo acto de presencia y fue entonces cuando comenzó a dar clases particulares y a vender productos de cosmética de la firma Avon a domicilio. Su capacidad de empatía y su facilidad para la comunicación las adquirió durante estos años, sin saber que recurriría a ellas en el mismo momento de dar el salto a la política.

Lo hizo con 17 años, ingresando en las Juventudes Socialistas, una actividad que retrasó su graduación casi una década. De ahí pasó a la Concejalía de Sevilla y, posteriormente, al Congreso de los Diputados y al Senado.

Entre medias contrajo matrimonio con 'el tieso', José María Moriche, empleado de una librería y costalero del Cristo de las Tres Caídas. La boda se llevó a cabo sin la aquiescencia del padre de Díaz, al que no le hacía ninguna gracia que su primogénita diera el sí, quiero a un chavalito normal y corriente del barrio de Triana. Estaba seguro de que su hija "merecía algo mejor". Con él tuvo un hijo en 2015 al que puso el nombre de su marido: José María. 

Mujer de confianza de José Antonio Griñán (70), antes de dar el salto a la Presidencia de la Junta de Andalucía ejerció como consejera de Presidencia e Igualdad y de secretaria general del PSOE hispalense. Fue la crisis interna del partido la que llevó a Díaz a hacer caso a los barones e históricos de su grupo y a presentar la candidatura a la Secretaría General del Partido Socialista, una campaña que continuará este lunes con un periplo de entrevistas por varias televisiones.

Lo de este domingo, con un lleno total en el pabellón de Ifema, fue un auténtico baño de masas que ya lo quisiera Madonna (58) para sí.