Cristina Almeida (72 años) afronta una de sus semanas más difícil en el terreno personal. La abogada ha tenido que despedir a dos personas muy importantes de su vida con apenas dos días de diferencia, algo que le ha afectado de tal manera que se ha visto incapaz de acudir al programa de TVE, Amigas y conocidas, esta semana.
El pasado viernes la comunicadora Paloma Gómez Borrero decía adiós tras toda una vida dedicada al periodismo, donde pasó de la corresponsalía del Vaticano hasta la silla de Amigas y conocidas, donde compartía mesa con Almeida. Un duro revés para todas las mujeres que cada mañana forman parte de esa tertulia en la cadena pública y en la que la ausencia de Borrero será evidente, tal y como expresó su presentadora Inés Ballester entre lágrimas.
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"Si hubiera podido hubiera ido aunque solo fuera para hacerle un homenaje", explica Cristina Almeida a EL ESPAÑOL. Y es que este mismo lunes la abogada se enfrentaba a una despedida aún más dura, la de su madre: "Lo de Paloma claro que me ha afectado, pero ya lo de mi madre ha sido...", Almeida no podía siquiera acabar la frase cuando su voz se volvió un sollozo. Estaba muy unida a su progenitora y deseaba verla soplar las velas de su centenario: "Estábamos esperando a sus 100 años, que los cumplía en julio". Sin embargo, las fuerzas de su madre no aguantaron más: "Sabíamos que podía pasar, pero no así... ha sido muy rápido, pero al menos se ha ido tranquilita", contaba a este medio.
"Fíjate que de los últimos mensajes que tengo de Paloma, todos eran preguntándome por mi madre", explica Almeida sin poder contener las lágrimas al pronunciar esta última palabra. Su voz, siempre enérgica, suena hoy mucho más apagada mientras nos cuenta que su semana de baja en el programa la ha dedicado a ir asumiendo la gran pérdida, acudiendo a su entierro y despidiéndose de ella.
Pero, como si de un ave fénix se tratara, y a pesar de estar atravesando un triste momento, la Cristina Almeida más fuerte y poderosa, esa a la que nos tiene acostumbrados en sus apariciones públicas, vuelve a resurgir de sus cenizas para dejarnos con un buen sabor de boca y con una frase llena de positivismo: "Siempre hay que seguir adelante, el lunes estaré ahí al pie del cañón".