Bertín Osborne lo dejó claro antes de empezar a hacer preguntas: “Quiero que la gente conozca al Aznar como persona”. El expresidente del Gobierno se sentaba este miércoles en los sofás de Mi casa es la tuya, el programa de Telecinco. Después de la hornada del políticos que pasaron por este espacio durante la jornada de elecciones, Aznar es el primer expresidente del Gobierno que acudía al programa.
El presentador fue calentando el terreno de juego preguntando sobre aficiones, infancia y familia. “Siempre me ha gustado competir y no me gustaba perder. Tuve una gran ambición personal y siempre tuve una gran ambición para España. La falta de exigencia y de ambición no me gusta. Puedes estar sentado en la mesa tomando decisiones y puedes estar alrededor de la mesa mirando a los que toman las decisiones”, decía el expresidente en su carta de presentación.
El fútbol y el Real Madrid ocuparon una parte importante del programa. Deportista declarado, admite que siempre quiso dedicarse a pegar patadas al balón desde pequeño. “Quería ser Di Stefano, directamente. No quería ser otra cosa ni tener otro equipo. Luego tuve una relación estupenda. Era un conversador estupendo. Venía muchas veces a La Moncloa a ver partidos y hemos pasado muy buenos ratos. Nos hicimos muy buenos amigos y lamenté mucho su fallecimiento. La historia del fútbol no se puede contar sin él”.
Azores, la guerra de Irak y el 11M
“España no mandó ningún soldado a la guerra de Irak. Los EEUU nunca nos pidieron que mandásemos a un soldado. España participó en la fuerza de estabilización con 50 países más. ¿Por qué? Porque el interés nacional de España estaba en juego y yo por el interés de España hago lo que sea”, explicó José María Aznar sin que Bertín Osborne tuviese la oportunidad de preguntar. El expresidente tenía muy claro el discurso que tenía que dar con este tema. Los espectadores tuvieron que esperar casi hasta el final del programa para que el presentador pusiese el tema sobre la mesa.
“Bush había ofrecido la solidaridad en materia antiterrorista a España y había cumplido su compromiso. Fue muy importante para la derrota del terrorismo. Cuando a mí me piden ayuda yo no digo que no a mi principal aliado porque la solidaridad es de ida y vuelta. No podía negarme cuando me lo pidieron”, sentenció Aznar su sí a la guerra.
Uno de sus momentos más cuestionados en su carrera política fue la foto que el entonces presidente se hizo con sus aliados en las Azores de cara a su alianza con EEUU. “Nunca he tenido una mejor foto que la de las Azores, con mis aliados, la política atlántica de la democracia”, aseguró. “Por el interés de España voy a las Azores y a la Patagonia”
El expresidente decidió contestar así a los que siguen cuestionando si en aquel momento España estuvo en el papel correcto. “Decidir una intervención es muy difícil y puede provocar una consecuencia. ¿Y no intervenir? Mira Siria. ¿Es mejor no intervenir en Siria que intervenir en Irak? ¿Es mejor? Las decisiones cuesta y los costes son duros pero son inevitables”.
Asegura, sin embargo, que su país apoyó sus decisiones: “Recuerdo que había personas preocupadas. Yo también. Después fuimos a las elecciones municipales y autonómicas y los resultados fueron brillantes. Le cedí el testigo a Rajoy y los sondeos nos daban 15 puntos de ventaja”. Tres días antes de las elecciones generales una célula yihadista hacía explotar varias bombas en la estación de Atocha.
“Fue el peor día de la historia de mi vida. Yo había tenido siempre un temor. Habían intentado que no entrase al Gobierno, por lo que estaba obsesionado con que no me dejarían salir sin tener un problema grave”, relató Aznar ante un Bertín que no abría la boca. “El primero que sale diciendo que había sido ETA fue Ibarretxe. El segundo, Zapatero. Yo dije que no se salía a decir nada hasta que los servicios de inteligencia no nos dieran su opinión. Y nos dijeron que habían sido ETA. La orden era decir todo lo que estaba pasando”.
“En mi opinión, hay un grupo en España que decide que era el momento de ganar las elecciones. Se nos acusó de mentir y se empiezan a inventar bulos. Se dijo que yo había presionado a La Zarzuela para que no hubiese elecciones. Todo eso con un único objetivo: ganar las elecciones. ¿Y el precio que hemos pagado por esa actitud? ¿Y todo lo que pasó después, incluida la crisis? La acción del Gobierno en aquellos momentos terribles”, dice, asegurando que no se arrepiente de ninguna de las palabras que pronunció aquel día.
Ana Botella, su mayor adversaria política
“Puedo explicar mi vida pero no puedo explicar mi vida sin ella”, comentó Aznar para hablar de su mujer Ana Botella. Así arrancó el relato del expresidente en el programa de Telecinco. Están a punto de cumplir los 40 años de casados y quiso que ella fuese una parte destacada del programa. Su historia de amor ocupó un lugar importante del discurso más desenfadado de Aznar en Telecinco.
Se conocieron en el viaje de fin de carrera en Atenas y le pidió matrimonio a los tres días. “Dijo que sí. Yo quería casarme pero no teníamos los medios para hacerlo. Nos presentamos a las oposiciones para ser funcionarios. No paré y al año aprobé con nota. Ana, también. A los ocho meses ya estábamos casados”.
La pareja se intalaría en Logroño, donde consiguió su plaza. Allí es donde Aznar empezó a coquetear con el mundo de la política con altos mandatarios de Alianza Popular. “Voté a UCD, pero en ese momento ya era algo inestable”, explicó Aznar. “En Logroño tuve mis primeros escarceos con la política. Allí me nombraron Secretario General de Alianza Popular de La Rioja. Mi mayor adversario político era Ana Botella. No quería que me dedicase a la política de ninguna de las maneras. Al final ella fue acompañándome y acabó disfrutando de la misma pasión”.
El Aznar que pidió su dimisión
Fue en el año 89 cuando José María Aznar empezaba a llamar la atención entre las filas del Partido Popular. “Cuando me nombraron candidato de cara a las elecciones Fraga me dejó todos sus poderes”. Agobiado o no, el futuro presidente del Gobierno quiso dejarlo todo en el momento. “Escribí una carta y se la entregué a Fraga en Sevilla. Él era una persona muy aguda y me dijo que esa carta no le iba a gustar. La sacó en el discurso de Sevilla y la rompió delante de todo el mundo”, explicó en el programa.
Una carta que ahora mismo es todo un momento en el Partido Popular. Fue Álvarez Cascos el encargado en recoger los trozos de la carta y reconstruirla. Hace dos años, el propio Cascos le entregó a Aznar este galardón nostálgico como muestra de lo que estuvo a punto de hacer un día.
“En aquel momento fue cuando me dieron vía libre para la refundación del partido. Si llega a salir mal mi carrera política hubiese descarrillado. Se trataba de salvar los muebles, no se pedía otra cosa”, considera. Llegarían entonces los primeros debates televisados entre Aznar y Felipe González. “Los resultados de aquellas elecciones fueron muy importantes para nosotros. Pasamos de cinco millones a ocho millones. Y ellos perdieron la mayoría. Cambió la historia de la política española”.
Cascos, el hombre que le salvó la vida
“Había recibido la vista de Jaime Mayor Oreja y me dijo que tenía una información de una fuente del Gobierno vasco. Se estaba preparando algo muy fuerte e importante contra alguien del PP. Yo pensé en él. Le dije que fuese al ministro del Interior y nos dimos un abrazo. El ministro dijo que eso era imposible. Tres días después pasó eso”. Así relató José María Aznar uno de los episodios de su vida más complicados.
“Lo normal es que yo fuese viuda desde hace muchos años”, relató Ana Botella a través de un testimonio grabado en el programa. “Ese momento lo viví boca abajo. Tenía una sensación espantosa. Lo primero que hice fue tocarme. Tengo brazos. Tengo piernas. Me picaba mucho la cara. Pregunté al conductor si estaba bien. Ana lo escuchó desde casa en la radio”, relató el expresidente.
“Tendieron 200 metros de cable por la calle. Llevaba un coche blindado con tres capas. Cascos quería cambiar el coche y yo estaba empeñado en que no lo cambiara porque costaba mucho dinero. Lo cambió sin decirme nada. Si yo hubiese ido en el otro coche ahora no estaría vivo”, contó.
Sin embargo, no era la primera vez que ETA intentaba terminar con la vida de José María Aznar. El propio expresidente contó en Telecinco que la banda terorrista ya quiso matarle hasta en tres ocuasiones. “Lo intentaron con misiles hasta en tres ocasiones en los aeropuertos de Bilbao, Fuenterrabía y Vitoria”, aseguró. En ese momento Bertín Osborne comenzaría a tratar punto por punto los momentos más importantes que se vivieron durante su legislatura.
El secuestro de Miguel Ángel Blanco
“Estaba concediendo una entrevista a un medio gallego cuando me pasaron una nota”, contó José María Aznar para entrar a hablar en el secuestro de Miguel Ángel Blanco. “Me dí cuenta de que la sentencia ya estaba producida. A Miguel Ángel Blanco le iban a matar. Removimos Roma con Santiago para que no se produjera. Buscaban la humillación del asesinato con chantaje. La reacción de la gente fue impresionante. Socialemente, después de tantos años, se produce un cambio”.
“No tengo palabras para explicar el ejemplo de la familia Blanco. Aquello marcó un hito y fue de las cosas terribles que te toca vivir. Estás haciendo todo lo posible pero sabes que hagas lo que hagas estaba sentenciado. Y Miguel Ángel estaba sentenciado desde el momento en que le secuestraron”, relató Aznar.
“La Guardia Civil había liberado a Ortega Lara unos días antes y esto era la venganza de los terroristas. Aquella operación la dirigió el juez Garzón y estuvieron a punto a abandonar la investigación porque no le encontraban. Le pedí media hora más. En esa media hora dieron con su paradero”.
Rajoy, su heredero
El nombre de Rajoy estuvo escrito en una libreta mucho antes de que nadie supiese que sería el elegido para suceder a Aznar. El entonces presidente viajaba a Santo Domingo a la cumbre iberoamericana cuando el avión comenzó a tener serios problemas para aterrizar. Tras hablar con el Rey, en otro avión, Aznar escribió el nombre de su heredero al frente del Partido Popular para que su equipo conociese su último deseo.
"No he tenido una relación muy intensa o personal con Rajoy. Nunca hemos sido una pareja que salga a cenar. Hemos tenido otro tipo de relación. Somos muy distintos. Es un tipo con mucha retranca. Tiene muchas cualidades y le deseo mucha suerte", dijo Aznar sobre el actual presidente.
Se atrevió así a hablar de los líderes políticos que ahora mismo tiene el país. "Hay un problema de carácter general. Hay un decaimiento del nivel de las personas que se dedican a la política. Los países tienen que estar gobernados por la mejor gente posible. Más responsabilidad. Hay que hacer cosas porque nos vienen bien, no porque Bruselas nos obliga".
Sobre Pablo Iglesias dijo: "No me gustan ni sus ideas ni cómo las expresa. Intentar convertir a España en Venezuela me parece un disparate. Si este señor estuviese en el Gobierno tú [Bertín] y yo [Aznar] estaríamos como Leopoldo López en Venezuela. Este populismo no nos lleva a ningún sitio.
Algo más agradecido fue su discurso sobre Albert Rivera. "El centro derecha español estaba desunido y por alguna razón se desune. Yo estoy orgullo de haberlo unido. Ese partido tiene algunas interesantes y otras menos. Le he conocido y me parece una persona interesante. Tiene una tarea política importante por delante".
Su regreso a la política: "No volveré"
"Todos los días te pica el gusanillo. Todo el que ha conducido un Fórmula 1 todos los días le pica el gusanillo", dijo admitiendo que echaba de menos la vida política. "Perpetuarse no es bueno. Me lo piden todos los días. La respuesta sigue siendo la misma. Hay una canción muy buena que se llama No volveré".
Niega así que vaya a fundar cualquier partido político. "No voy a destruir lo que construí. Lo que espero y deseo es que no lo destruya nadie", dijo para despedir la entrevista.