Sebastián Palomo Linares (69 años) permanece en la UCI, sedado y con ventilación mecánica después de que el pasado viernes fuera intervenido a corazón abierto en el Hospital Gregorio Marañón. La operación duró más de cinco horas y se le practicó un doble bypass, la sustitución de la válvula mitral y la reparación de la válvula tricúspide, según ha indicado el Servicio de Cirugía Cardíaca del centro.
Aunque la intervención transcurrió sin incidencias, la delicada situación del torero y la compleja cirugía hacen que el diestro requiera de "un soporte circulatorio con dispositivo mecánico", como ha especificado el equipo hospitalario. Y es precisamente así como Linares ha pasado todo el fin de semana.
A su lado permanece en todo momento su novia, la juez Concha Azuara (40), quien se ha mostrado muy preocupada por el estado de salud de su pareja. Así lo ha explicado en una entrevista concedida a Vanitatis donde se ha mostrado esperanzada de que "en menos de veinticuatro horas su corazón consiga arrancar", pues de no ser así habría que realizarle un trasplante.
El corazón de Palomo Linares "llegó al límite", según ha desvelado Azuara, por lo que los médicos han querido extremar las precauciones para evitar un posible empeoramiento en su fase actual que pueda derivar en hemorragias o efectos neurológicos secundarios. Pero su novia confía en su fortaleza y en su condición de torero, pues el motor físico siempre fue su punto fuerte.
Frente al amor incondicional de su novia, los que no han aparecido por el hospital son los tres hijos del diestro -Sebastián (39), Miguel (36) y Andrés (28), fruto de su matrimonio con Marina Danko (62)-. Concha habla de un "auténtico abandono" por parte de los descendientes de su pareja y ha revelado que "ni siquiera han llamado ni se han interesado", al mismo tiempo que les pide que "ahora ya es mejor que no vayan", ya que sería contraproducente para el delicado corazón de Linares.