El dicho 'nunca las segundas partes fueron buenas' no puede ser más desacertado en el caso de Jesulín de Ubrique (43 años) y María José Campanario (37). Este miércoles han anunciado que el próximo julio reafirmarán su amor con una segunda boda que posiblemente también les servirá para mejorar sus ajustadas cuentas.

Quieren hacerlo el 27 de julio, cuando se cumplen 15 años de su primer enlace que acaparó todas las portadas del corazón después del complicado noviazgo con Belén Esteban (43) y su fatídica ruptura. El torero y su mujer se habrían embolsado, según se publicó en aquel momento en distintos medios, cerca de un millón de euros por la exclusiva del enlace. Por aquel entonces, además, las cosas le iban muy bien al torero. Desde que se cortó la coleta (hace ya diez años) sus cuentas se han visto mermadas. Mientras en los años 90 podía llegar a cobrar hasta 150.000 euros por una corrida, ahora, según las cuentas de sus empresas, sus ingresos superan por poco los 57.000 euros anuales y aunque se ha ido deshaciendo de patrimonio, solo el mantenimiento del chalet donde vive con su mujer e hijos en Arcos de la Frontera (Cádiz) tiene altos costes de mantenimiento, igual que la finca familiar Ambiciones, que sigue en manos del torero a pesar de que ha habido rumores de que intentara venderla.

En la entrevista en exclusiva publicada este miércoles, la revista ¡Hola! especifica que la pareja no ha cobrado nada por adelantar la noticia de la boda y contar los detalles de la enfermedad que padece María José Campanario, una fibromialgia que apareció hace 12 años y habría condicionado el matrimonio por los fuertes dolores diarios que provoca.

Pero estas entregas suelen ir en 'paquetes', por lo que es de prever que la pareja ofrezca la exclusiva de la boda a esta revista, en ese caso, pasando por caja. Los dos han apostado ya en varias ocasiones por hacer públicos momentos importantes de su vida, como los bautizos de sus hijos o la compra de su casa (2011) en una urbanización de lujo de Arcos de la Frontera (Cádiz).

LAS CUENTAS DE JESULÍN, ESTANCADAS

La estabilidad es la nota predominante del matrimonio de Jesús Janeiro Bazán (Jesulín de Ubrique) y María José Campanario y parece que también la de sus cuentas que se ha dedicado a sanear en los últimos años y que, aunque sin sustos, no podría decirse que sean boyantes. Una de las dos empresas que el torero gestiona de manera individual, Torrecostas SL, dedicada a actividades recreativas y de entretenimiento, tuvo en 2015 unos beneficios anuales de poco más de 57.000 euros después de dos años de pérdidas de casi 1.800 euros en 2015 y 2.500 euros en 2014.

Retirado de los ruedos desde hace ya 10 años, Jesulín de Ubrique también es el administrador único de la empresa Taurovox SL, fundada en 1996 y en la que también estuvo su hermano pequeño Humberto. La empresa tuvo unos beneficios de unos 55.000 euros en 2014 (el último año que presentó cuentas), aunque también tiene una deuda a corto plazo de 245.000 euros. 

En 2004, tan solo tres años antes de cortarse la coleta, Jesulín de Ubrique montó la empresa Explotaciones Ganaderas de la Sierra el Rosalejo SL con Francisco Javier Chico de Guzmán Girón (duque de la Ahumada) que ya no está activa. También tuvo una empresa inmobiliaria (Lodoja Sociedad de Responsabilidad Limitada) que cerró en 2005 con unas pérdidas de unos 300 euros.

Jesulín de Ubrique vive con María José Campanario y los dos hijos de ambos, Jesús y Julia, en la finca familiar Dehesa Ambiciones de Prado del Rey (Cádiz). Una finca que fue embargada parcialmente en el año 2012 por una deuda contraída por el padre del torero, Humberto Janeiro, de 251.000 euros. Desde los años 90 el torero ha visto mermado su patrimonio de manera sustancial. Entre 1990 y 1994 Jesulín vivió sus años dorados, llegó a ingresar el equivalente a 150.000 euros anuales con las numerosas corridas en las que participaba. Ahora, esos ingresos no alcanzan una tercera parte de aquella cantidad.

Su mujer, que terminó sus estudios de odontología el año pasado, quiere comenzar a trabajar pronto si su enfermedad se lo permite. Aunque de momento, los únicos ingresos familiares corren a cargo del torero.