Antes de recibir en su casa al invitado, Bertín Osborne (61) se documenta un poco de cara a la entrevista. Este miércoles, como no podía ser de otra forma, el presentador buceaba en internet buscando información sobre Rosa López (36). Entre otras noticias, Osborne se encontró con la operación de garganta a la que tuvo que someterse la cantante o que estuvo a punto de abandonar su carrera.
Sin embargo, lo que más le llamó la atención fueron unas fotografías de la granadina ligera de ropa. Unas instantáneas de las que no pudo evitar hablar más tarde con la cantante. “Hay unas fotos tuyas muy apretaditas”, le dijo. “Lo pasé fatal haciendo estas fotos por lo que mi madre pensara. Lo hice para quitarme una atadura.
“Estabas de juzgado de guardia”, le piropeó el presentador. “¿Te salieron novios?”, continuó preguntando. “¡Qué va! Si en la vida cotidiana no es fácil, en esta es peor. Me he enamorado dos veces en la vida: de pequeña y luego al salir de Operación Triunfo. Era un chico maravilloso, un buen médico”, contó la cantante.
No ligo porque no me ven como mujer.
“Hace como dos años largos que no estoy con un hombre. Desde el futbolista no estoy con nadie. No ligo porque no me ven como mujer. Antes estaba mi padre y me los buscaba. Yo ahora estoy muy centrada en mi disco”, explicó. “Pero, ¿no te apetece un meneo contra la nevera?”, le preguntó el presentador. “Yo el gusto me lo sé dar sola”, contestó.
Fue entonces cuando el presentador le preguntó qué tenía que tener un hombre para enamorarla. “Me pone muchísimo un tío que me aporte y me da igual la edad. Estoy enamorada de Juan Y Medio. Lo quiero con locura. Lo que pasa es que es muy mayor para mi. Me gusta un hombre que me haga sentir atractiva, detallista. También tiene que tener sentido del humor y que sea deportista (...) Un tío tiene que tener cabeza…La arriba, pero la de abajo también”, resumió la artista antes de llevarse las manos a la boca avergonzándose de lo que había dicho.
No sería la única confesión picante de la noche. La ganadora de Operación Triunfo también contó quién fue la primera persona que le vio sus partes más íntimas. “Yo estaba en el baño de la Academia y alguien abre la puerta y me ve el ‘potorro’. Mi Busta es el primero que me lo ha visto”, recordó.
Unas confesiones subidas de tono que el presentador aprovechó para recordar que el cantante Cristian Castro les aconsejó a los concursantes de Operación Triunfo no mantener relaciones sexuales antes de cantar. “¡Por eso estoy yo tan grave!”, bromeó la cantante. “Te digo yo que eso no es verdad”, explicó Bertín.
El momento más duro
Dejando a un lado estos momentos picantes, Rosa contó uno de los momentos más duros de su vida: sus problemas vocales. “No fue una explotación de la voz. Pasó lo que tendría que pasar. Estaba en una gira impresionante, concierto tras concierto todos los días. Lo que detonó todo esto que la gente decía que me quedé sin voz fue que un día me trajeron un médico, que no sé si era médico, y me pinchó no sé qué coño en el culo”.
“El primer día canté fenomenal; el segundo, también, y el tercero en El Escorial en la sexta canción me estaba asfixiando… No podía ir ni para adelante ni para atrás. Me quedé inconsciente detrás del escenario. Esto no lo he contado en mi vida”, siguió recordando la cantante. “De la lesión que tenía de aquello, estuvo meses sin hablar. Mi ex era médico y fue el que se cargó el marrón y me operó. Nadie quería operarme las cuerdas vocales”.
Una historia que contó porque estaba su madre delante, una mujer dura pero a la que le debe su entrada en Operación Triunfo. “Mi madre ha sido muy exigente. No quería que me dedicara a la música porque decía que había mucho putiferio (...) La primera La primera vez que me depilé por si mi madre me reñía”, contó Rosa. “Pero fue ella la que llamó a Operación Triunfo. Si yo no sabía nada más que fregar”, reconoció.