“La verdad acabará saliendo, todo llegará a su fin y las cosas caerán por su propio peso”. La diseñadora cordobesa Juana Martín es rotunda al defender su inocencia. Y su actitud sorprende en alguien para quien la Fiscalía Anticorrupción pide una pena de 8 años de prisión por dos delitos de malversación y prevaricación y 20 de inhabilitación.
Juana descuelga la llamada de EL ESPAÑOL. La comunicación se produce una vez ha terminado el plazo dado por el juez de Instrucción número 16 de Sevilla para que la modista depositara una fianza de 949.749 euros. Según aseguran a este medio fuentes de la acusación particular, la diseñadora no ha realizado el depósito. Después de las presentaciones pertinentes, Juana Martín explica amablemente que ahora no toca hablar con la prensa.
“Hablaré cuando las cosas salgan como tienen que salir, como no hay otra forma de que salgan”, puntualiza en los primeros compases de la conversación. Era la respuesta esperada. Es el mensaje que lanza habitualmente una persona que está siendo investigada por la justicia. En su caso, por recibir presuntamente ayudas por un importe de 850.000 euros entre los años 2006 y 2011 de manos de la sociedad de capital riesgo Invercaria, empresa pública participada únicamente por la agencia Idea de la Consejería de Empleo, Empresa y Comercio de la Junta de Andalucía.
“Ahora no estoy para eso, estoy para un caso más grave: el cáncer de mi padre”, advierte la diseñadora cordobesa con voz afectada. Y, disculpándose, sigue defendiendo su inocencia y cómo el proceso judicial abierto está agravando la enfermedad de su progenitor. “Yo vivo de lo que diseño, pero mi padre es ajeno a esto y todo lo que se dice de mí le está perjudicando mucho en su enfermedad”, explica a EL ESPAÑOL.
"HE SIDO CABEZA DE TURCO"
“Es que son ya cuatro años”, se queja amargamente sin que el periodista formule pregunta alguna. “Cuatro años de ver publicado mucho y cosas que me parecen surrealistas”, apunta Martín. “Las cosas saldrán, porque espero que todo salga, porque he sido cabeza de turco”, insiste la diseñadora. “Lo tengo todo atado”, apunta.
“Y en este tiempo, solo he recibido la llamada de dos medios: la que estamos manteniendo ahora y otra más; así que gracias por tenernos en cuenta”, detalla la diseñadora, siempre amable durante la conversación, que se alarga a los casi diez minutos y en la que se queja del trato recibido por la prensa. “Cuando se sepa la verdad, que se sabrá, ya no interesará nuestra versión”, sostiene.
De momento, en la versión que aparece en el escrito de la Fiscalía se explican las distintas operaciones desarrolladas por la diseñadora junto a Invercaria desde enero de 2006, que comenzó con un préstamo participativo de 120.000 euros, concedido mediante un cheque nominativo cinco días después de la constitución de la compañía.
También la petición, en 2011, por parte de Invercaria a Juana Martín de la devolución de un préstamo por valor de 200.000 euros, reclamación que se reiteró en dos ocasiones más sin éxito, según el auto de procesamiento del juez de instrucción 16 de Sevilla, Juan Gutiérrez Casillas.
TAMBIÉN ALZAMIENTO DE BIENES
Junto a esta petición de cárcel para la diseñadora, la Fiscalía pide, en una causa que se sigue en los juzgados de Córdoba, otros tres años de cárcel para Martín por un presunto delito de alzamiento de bienes. El Ministerio Público apunta a un inmueble embargado y con el que Invercaria pretendía cobrarse la deuda de la diseñadora con esta sociedad pública por los préstamos concedidos y no devueltos.
Sobre esta última petición, su abogada —con quien no ha logrado hablar EL ESPAÑOL pese al intento y a la invitación de la diseñadora a hacerlo— mantiene que la calificación “adolece de un manifiesto error” al imputarle delitos de prevaricación y malversación cuando Martín no ha tenido “en ningún momento la cualidad de autoridad o funcionaria pública”.
Y, mientras se esclarecen sus litigios en los tribunales, la modista sigue haciendo desfilar sus creaciones en la pasarela. Lo hizo en Pasarela Costura España a finales de abril con diseños para novias y meses antes en SIMOF, el Salón Internacional de la Moda Flamenca, en la zona EGO, una ‘cara b’ donde la cordobesa hizo una retrospectiva con varios trajes de flamenca.
“He aprendido a tener paciencia y a que las cosas caigan por su propio peso”, zanja Juana Martín. “Ya llegará el momento de hablar, cuando se sepa la verdad, porque se sabrá”.