Edmundo Arrocet (67 años) llegó el jueves pasado al palafito tras ser expulsado. El concurso del humorista parecía no haber calado en la audiencia, a pesar de que días antes la propia María Teresa Campos (75) pidiera la salvación de su novio. Sin embargo, más que un castigo, el aislamiento del chileno en la casa del árbol hondureña está siendo todo un sueño cumplido para él.
Este fin de semana, Bigote se ponía nostálgico, después de tres días de soledad en su nueva ubicación, y recordaba a su novia, aunque sin nombrarla: "Me gustaría compartirlo con la persona que estoy ahora, pero sé que es muy delicada y entonces ni me lo planteo porque le daría un soponcio", expresaba mientras terminaba la frase con una gran sonrisa en la cara.
Esa mención del humorista sirvió a la organización para ponerse en marcha y contactar con la presentadora que se recupera poco a poco en casa. De esta manera, en el programa de este domingo, Sandra Barneda (41) daba paso telefónicamente a la matriarca de las Campos hacia las diez y media de la noche. Sin embargo, no fue hasta dos horas más tarde cuando María Teresa pudo hablar con su pareja.
"He recogido tus palabras de hoy, de que estás solito ahí, que por otra parte es lo que me dijiste que más ilusión te hacía, que te mandaran al palafito. Tú ahí solo en la naturaleza... La soledad es buena cuando uno sabe que puede volver, ¿no? No cuando uno piensa que la soledad es para siempre", eran las primeras palabras que pronunciaba la presentadora tras saludar a Edmundo en su conexión con Honduras. "Tú sabes que yo soy súper relajado", respondía el chileno haciéndole su primer guiño de complicidad.
Campos fue la que más habló durante su llamada al concursante. En su conversación le dejó entrever varias cuestiones que estaban ocurriendo al otro lado del Atlántico, pero prefirió guardárselo y solo darle pequeñas pildoritas de información: "Quiero decirte que desde que te fuiste aquí han pasado muchas cosas que sabrás cuando vuelvas, porque yo no quiero, primero porque no se puede. He preferido decírtelo cuando llegues aquí. Quiero decirte que estoy feliz de que estés viviendo tu sueño, que no adelgaces más que me preocupas, que tus hijos han estado pendientes de mí, tanto tus hijos como mis hijas, que me han acompañado".
Pero entonces llegó el momento más emotivo para ambos e incluso para los presentes en plató. María Teresa abrió su corazón como nunca antes y se sinceró ante su pareja y la audiencia: "Que sepas que nada ha mermado lo que siento por tí y como yo no tengo incapacidad para sacar de mí los sentimientos, incapacidad que tú tienes, te digo adiós, te digo que te quiero mucho y te digo cuídate, te amo".
Con Edmundo a punto del llanto -que más tarde no pudo remediar- y una María Teresa claramente emocionada al otro lado del teléfono, el humorista solo pudo contestar en voz temblorosa: "Morita, te mando un beso bien grande". E inmeditamente se creó un silencio en el que se palpaban casi los sentimientos. Momento en el que conectaron de nuevo con el plató en Madrid y las lágrimas caían por varios rostros, como por el de Sandra Barneda, que llamó "valiente" a la matriarca de las Campos por expresarse sin tapujos, y por las mejillas de su hija Carmen Borrego (50) que colabora en los programas de cada domingo y escuchaba con atención las bonitas palabras de su madre.