El hijo de Santiago Cañizares, un pequeño gran luchador

El exportero del Valencia y del Real Madrid Santiago Cañizares (47) está acostumbrado a parar duros embistes que vengan directos hacia él, pero esta vez el golpe que ha recibido está siendo más difícil de frenar. El futbolista y su esposa, Mayte García, tienen cuatro hijos: Sofía, su primogénita, y los trillizos, Martina, India y Santiago. Este último, de cuatro años de edad, sufre una enfermedad que está batallando con una fortaleza digna de aplaudir.

El pequeño lucha contra los obstáculos que le pone su estado de salud y cada paso hacia adelante es alabado por los excompañeros de su padre, como Iker Casillas (36) o el club del Valencia, que le envió una camiseta oficial con su nombre al menor para mostrarle su apoyo. Ante este inesperado regalo, Cañizares colgó una foto en sus redes sociales en la que aparece su hijo posando de espaldas y dejando ver su nombre bordado en la equipación, una instantánea que aprovechó el exfutbolista para dar las gracias a su antiguo club.

Y es que nadie se ha sentido indiferente ante esta historia de superación del pequeño, que hace su día a día como un niño normal jugando con sus hermanas y disfrutando del tiempo al aire libre. Aunque también conoce la cara amarga de la enfermedad que le lleva al hospital a menudo para combatirla con ayuda médica.

Sus padres son su mejor fuente de cariño y atención. Mayte no puede evitar presumir de la grandeza de su hijo, quien, a pesar de su corta edad, está siendo un ejemplo a seguir. "Gracias por hacerlo todo tan fácil", "eres una lección de vida" o "Santi campeón" son algunas de las palabras que utiliza la esposa de Cañizares cada vez que habla de su pequeño luchador.

El matrimonio se dio el 'sí, quiero' en Ibiza en 2008 y enseguida tuvieron a su primera hija. Pero uno de los días que más marcó su vida fue cuando supieron que serían padres de trillizos. La felicidad -y la locura- inundó a la pareja cuando los tres bebés llegaron al mundo y convirtieron su casa "en una guardería". 

Pero un día la enfermedad de Santi llegó al seno de la familia. Entonces el niño demostró, y sigue haciéndolo, que los héroes no tienen edad y que se puede ser todo un icono de valentía con tan solo cuatro años. Por eso, el mundo del fútbol y el resto de testigos que admiran su lucha, han quedado rendidos a sus pies.