La última carta de Pelayo Díaz a David Delfín en la que cuenta cómo fue su primera cita
El estilista se refiere al diseñador como el gran amor de su vida con el que nadie jamás podrá competir. Cuando se conocieron, el asturiano era tan vergonzoso que el malagueño tuvo que idear una estrategia para conseguir su primer beso.
3 julio, 2017 02:56Noticias relacionadas
Este lunes se cumple un mes del fallecimiento de David Delfín, pero a pesar de su adiós aún sigue muy vivo en la mente y el corazón de su círculo íntimo. Entre ellos, el que ha desplegado del todo sus sentimientos hacia el diseñador desde que se despidiera el pasado 3 de junio es Pelayo Díaz (31).
El estilista de Cámbiame estuvo en shock durante un día entero cuando conoció la noticia de la muerte de su expareja. Muchos esperaban la reacción del asturiano en una fecha tan señalada y no fue hasta un día después cuando pudo pronunciar, o mejor dicho, escribir, las primeras palabras. Lo hizo en sus redes sociales con un extenso mensaje a modo de carta en la que abría de par en par su corazón y le agradecía a Delfín el amor recibido. Esa fue su primera dedicatoria, a la que siguieron diferentes guiños, un homenaje en el programa de Telecinco en el que trabaja, fotos de rincones de su casa donde está plasmado el arte del malagueño y también ha lucido estos días ropa y complementos de la firma Davidelfín. Pero ya se ha decidido a escribir "la última carta" a su "amor eterno" que ha sido publicada por la revista Vogue y en la que narra su primera cita con el malagueño.
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"Era agosto de 2010 y te invité a pasar unos días en Asturias. La respuesta fue un mensaje de texto con un número de vuelo y una hora de llegada". Esa es la anécdota con la que comienza el escrito de Pelayo y que supuso su primer gran acercamiento entre ellos. Una vez aterrizó en Oviedo el estilista le llevó a conocer los rincones de la ciudad en los que pasó los momentos más especiales de su infancia y acabaron en su playa preferida. "Hacía mucho calor y yo estaba deseando bañarme, y saltar olas contigo como niños pequeños, pero si quería que fueras conmigo al agua tenía una condición: tenía que darte un beso. Ahora me parece una tontería, te hubiera dado mil. Pero me daba corte porque estábamos en Asturias, tenía 24 años y me hacía el vergonzoso", relata Díaz con un sentimiento que traspasa el papel.
"Hablamos de delfines, de colibríes, de ensaladilla rusa, de decoloraciones, de canciones favoritas, de películas que no podía pasar un solo día más sin ver. Hablamos del amor", explica el estilista haciendo hincapié en esa última palabra que sería la que quedaría marcada en ese día. "Y entonces le pedí a una pareja que nos hiciera una foto con mi máquina de usar y tirar a la orilla de la playa Arenal de Morís", un lugar muy significativo para el ovetense: "Te conté que mis padres tenían una foto que me encantaba en ese mismo sitio y mi padre llevaba un bañador azul como el que llevabas tú. Para mí todo eran señales".
Y es en el final de la carta donde vuelve a declarar a los cuatro vientos que Delfín fue y será el hombre de su vida: "Esa foto era el amor en mayúsculas. Tú eras el amor en mayúsculas para mí. No es la foto más bonita que tengo contigo, ni en la que estamos más guapos, pero significa tanto para mí porque fue un comienzo, pero no va a haber un final. Eres eterno en todos los que te quisimos".
Su novio y sus amigos también se niegan a olvidarle
Un mes después, Pablo Sáez (28) sigue dando las buenas noches a su novio - o a su consomé, su vida, su amor, como le llama a menudo. El diseñador dijo adiós justo a tiempo para felicitar por su cumpleaños a su pareja, y desde entonces, el fotógrafo aún no se ha despedido del todo de él. Delfín está muy presente en su día a día, en sus fotos, donde aparecen en sus viajes, en cenas con amigos o posando en su intimidad. Pero si en algún sitio está más presente que en ninguno es en la casa que compartían, la conocida como "casita rosa" se ha convertido en un acuario, porque Sáez ha querido reunir los detalles de la firma Davidelfin en una misma habitación que ha teñido de azul, como el mar donde habitan los delfines.
Otra de las personas que no olvida a David es Bibiana Fernández (63). La colaboradora de televisión se sigue preguntando por qué se fue tan pronto, al igual que hizo con Bimba Bosé. Desde el fallecimiento de su amigo le ha recordado en varias ocasiones con fotografías de él o de los complementos de su marca.
Lo mismo hace la actriz Antonia San Juan (56). Sin embargo, ella tiene una obra de Delfín que nadie más posee y que se remonta a más de dos décadas atrás. "12 de noviembre de 1996. Él acababa de cumplir 26 años, yo 35. Trabajábamos en el bar Corazón Negro de Chueca. Yo hacía monólogos y él era camarero". Entonces, en su mirada ya vio que era un artista y se lo decía mientras él le miraba con incredulidad. "Esa misma tarde me dibujó una servilleta y yo le dije que la guardaría hasta que un día, cuando fuera un hombre importante, pudiera enseñársela como recuerdo", comenta para la revista Vogue. Ese día llegó, y le volvió a mostrar la servilleta en la que se podía ver a dos muñecotes de los típicos del diseñador, uno representaba a San Juan y el otro a Delfín, ambos dándose un abrazo y un beso.
Y también Topacio Fresh (43) le recuerda con especial sentimiento porque fue uno de los grandes protagonistas del día más importante de su vida. "David fue una de las primeras personas en enterrarse de mi casamiento y automáticamente se ofreció a realizar y regalarnos nuestros correspondientes trajes para la boda, a condición de que nos casáramos en temporada de peonías. Así podía hacer coincidir el ramo con su flor favorita. Además, al final fue él el que cogió el ramo", recuerda la galerista.
Su gran amiga Alaska (54) también dedica a menudo un espacio de su perfil en redes sociales al fallecido diseñador. En una de las últimas fotos que ha subido la cantante, se puede ver a los que ella califica como tres seres maravillosos que ya no están: Bimba, David Delfín y Alice, la bull terrier del malagueño que murió en 2012.