Millonario, con un cuerpo cincelado por los dioses griegos, más tatuajes que Beckham (42) y caprichoso. Muy caprichoso. Gianluca Vacchi (49 años), con más de 10 millones de seguidores en Instagram, es un millonario italiano que se ha hecho famoso por sus bailes sensuales en las redes sociales rodeado de chicas guapas, mansiones de ensueño y piscinas de agua prístina.
Tarde o temprano se tenía que dejar caer por España y, por primera vez, tras la fama adquirida en todo el mundo, decidió pasar una noche alocada en Barcelona en la discoteca Sutton. Antes de llegar, como los megamillonarios de hoy en día, dejó caer su larga lista de exigencias. Tomen nota. Así viven los ricos.
Un avión privado le llevó a él y a su séquito de 14 personas desde Turquía a la Ciudad Condal; pidió un Rolls Royce a su servicio durante 24 horas; reservó toda la última planta del hotel Meliá Sarriá y la cerró a cal y canto para dar rienda suelta a su imaginación. Además, ordenó que en su habitación hubiera decenas de quilos de frutas tropicales, 10 botellas de champán francés Dom Pérignon (500€ cada una) y, por supuesto, toallas blancas inmaculadas de algodón que no hubieran sido usadas anteriormente.
Estos caprichos tenían que cumplirse a rajatabla. Si no, no hubiese ido a pinchar como Dj el pasado viernes por la noche. Al día siguiente, a primera hora de la mañana, se marchó en el mismo avión rumbo a Córcega. Entre el séquito que le acompañaba no estaba la sexy Giorgia Gabriele, su novia durante los últimos cuatro años. “Hemos roto”, confirmó sonriente mientras lucía su impresionante musculatura. Junto a ella bailaba sensualmente en Instagram algunas de las canciones de Ricky Martin (45) o Pitbull (36).
• Así vive unmillonario dedicado a disfrutar de la vida, en imágenes
De cerca, Gianluca es un gran conquistador. Es italiano. Lo lleva en la sangre. Campechano, sencillo, amable y con don de gentes. ¿El problema? Su entorno. Sus guardaespaldas y su manager protagonizaron más de un quebradero de cabeza, se comportaron de forma bastante desagradable con una fotógrafa y entorpecieron la labor de algún periodista que intentaba hacerle algunas preguntas.
El nuevo e-millonario muestra constantemente su lifestyle en Instagram donde, a sus casi 50 años, es normal verle ligerito de ropa para que el mundo entero vea qué se consigue con una dieta estricta y el ejercicio diario. Y, por supuesto, lo que hace tener en el banco miles de billetes de 500 €.
Esa noche del viernes se encontró con Jorge Lorenzo (30). A pesar de que muchos dicen que el piloto es su amigo, lo cierto es que Lorenzo le conoció en aquel mismo momento porque esponsorizaba la fiesta gracias a su marca de gafas de sol SkullRider, por lo que exigió cenar con Gianluca antes del evento en un restaurante cercano a la discoteca. Los dos se entendieron muy bien, hablaron de lo humano y lo divino y, sobre todo, de negocios. ¿Qué se traerán entre manos? El futuro dirá. Pero en ese instante congeniaron y, a la llegada a la pista, no dudaron en ponerse a bailar los dos.
Cuando llegó la hora de trabajar, Gianluca se comportó como un gran profesional y pinchó durante un rato ante una sala abarrotada de curiosos que lo dio todo en la pista. En señal de agradecimiento Gianluca salió de su caja de Dj y se tiró en plancha ante los centenares de desconocidos que le aclamaban. Es lo que tiene Internet. La celebridad es efervescente, pero dura menos que los 15 minutos que auguró Andy Warhol.