"Mi nombre es Javier Sánchez Santos (40 años) y llevo décadas en una encrucijada legal por obtener el reconocimiento como hijo Julio Iglesias…". Así comienza la carta que el presunto hijo del cantante ha enviado a varias organizaciones, desde el Defensor del Pueblo al Ministerio de Sanidad o a la Organización Mundial de la Salud, para pedirles ayuda en su demanda de filiación.
La misiva, de apenas una docena de párrafos, esgrime que su investigación obedece a postulados constitucionales y convenios supranacionales. Afirma también el demandante que su afirmación, la de reconocerse hijo de Julio Iglesias, "no es gratuita" y que así queda constatado después de conseguir una prueba de ADN, gracias a las pesquisas de un detective privado, que acredita que es hijo del cantante en un 99,99 por ciento. E insta a la ciencia a que lo sometan a cuantas pruebas sean necesarias para demostrar su tesis.
El caso de Javier Sánchez Santos no es nuevo, de hecho, ese es su principal escollo a salvar. Aunque su nuevo intento de conseguir la filiación con su presunto padre sorprendiera hace apenas unas semanas a la opinión pública, el litigio que mantiene para que se le reconozca como hijo del cantante viene de lejos.
Y, aunque —explica en la misiva— "científicamente" defienda que se haya acreditado que es hijo de Julio Iglesias, "al ser cosa juzgada encontraré dificultades para ejercitar mi derecho2. Sánchez Santos se refiere aa la demanda que presentó a principios de los 90 y que quedó en nada por, según explica, “defecto procedimental".
Por eso, el presunto hijo cita en su carta, a la que ha tenido accedo EL ESPAÑOL, el artículo 39.2 de la Constitución: "La ley posibilitará la investigación de la paternidad. Por eso, debería prevalecer la investigación de la paternidad sobre la cosa juzgada", explica Sánchez Santos.
La enumeración de argumentos legales no se queda en la Carta Magna, asesorado por el abogado sevillano Fernando Osuna, experto en causas de ilegítimos, el presunto hijo de Julio Iglesias echa mano de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. De la que se sirve para que su no reconocimiento como hijo del cantante "perjudica gravemente la dignidad y el respeto familiar al impedirse la reapertura del caso por un defecto procesal".
"Soy consciente de que es una situación delicada —sigue el demandante—, además de que presenta una enorme repercusión y transcendencia, sin embargo, también es cierto que me decidí a continuar con este cometido una vez que me fue acreditado científica y biológicamente la existencia de esa relación genética entre ambos".
Como ya explicó EL ESPAÑOL, Sánchez Santos se refiere a la prueba genética que un detective privado consiguió de la basura de Julio Iglesias. Un trabajo, que según explicó el abogado Fernando Osuna, no ha sido fácil de conseguir por las medidas de seguridad que rodean al cantante en su residencia de Miami. El letrado experto en causas de ilegítimos ya contó en su día que antes de llegar a esta situación se intentó en varias ocasiones hablar con la estrella musical sin éxito alguno. "Ya sabíamos que su respuesta iba a ser la negación, pero queríamos comunicárselo antes de interponer la demanda. En ningún momento hablamos con él, sino con su departamento jurídico”.
Por eso, ante las dificultades que tanto él como su defendido, han recurrido a una carta que ya está en manos de Manuel Fernández Marugán, flamante Defensor del Pueblo.
Ahí subraya Sánchez Santos que la identidad "es un derecho que todos tenemos por ley, es un derecho, irrenunciable y que no prescribe nunca". Y pide a las autoridades promover un registro genético con el fin único de saber la identidad de las personas, "sobre todo en los casos de hijos huérfanos no reconocidos por sus padres", zanja el, de momento, presunto hijo de Julio Iglesias.