Isabel Preysler (66 años) ya disfruta de los jardines y las terapias de la Clínica Buchinguer de Marbella como en su momento lo hacía Patricia Llosa (72): junto al premio Nobel. Desde la semana pasada Mario Vargas Llosa (81) y la socialite están alojados en esta clínica-resort de curas de adelgazamiento y detox, la más glamouroso de Europa. Llama la atención que este destino era un fijo en las vacaciones del otrora matrimonio Llosa.
De hecho, la casualidad (o una gran maniobra de los responsables del centro) ha querido que se haya evitado un desagradable encuentro. Según ha podido saber JALEOS, la pareja llegaba solo un día después de que la exmujer del Nobel abandonara la clínica, lo que hubiera supuesto una más que incómoda situación. Patricia Llosa sigue acudiendo religiosamente cada verano y estos días se encontraba allí. Desde los años ochenta, el peruano y su entonces esposa se dejaban ver cada agosto en este lugar dando una estampa idílica de matrimonio feliz. Mario siempre decía que aprovecha sus vacaciones "para curarse física y mentalmente". Y salía para contárselo a los periodistas sin ningún tapujo en la puerta de la clínica. Pero ese 'modus operandi' del escritor ya no se repite. Sus rutinas de entonces han quedado eclipsadas por el 'modus exclusivas' que practica ahora junto a su novia, Isabel Preysler.
Aún sin encontronazo de por medio, la estancia de los Llosa Preysler en la Buchinguer sigue estando cargada de sorpresas, según revelan a este medio testigos presenciales de la estancia de la pareja en la prestigiosa clínica. Y es que Isabel y Mario se han llevado a Tamara Falcó (35) para que ella también se someta a la ayunoterapia de este centro de adelgazamiento que ha seducido a la crème de la crème de la jet europea. Según cuentan a JALEOS personas cercanas al matrimonio, Isabel convenció a su hija para que les acompañara unos días y se sometiera a la cura de purificación.
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Son infinidad los famosos, aristócratas y gente de la alta sociedad nacional e internacional que acuden a este centro para limpiarse por dentro y por fuera. Es el caso del actor escocés Sean Connery (86) o el dueño de Mango, Isak Andic, que se dejan caer con regularidad por la clínica para probar la técnica del ayuno. Pero, sin duda, la portada de Tamara en este centro wellness que ha sido el cobijo de su ‘padrastro’ durante tantos veranos puede ser el top del verano.
De excursión por Ronda
Pero otra sorpresa de la estancia del Nobel y la socialite en este centro marbellí es la escapada que han hecho a Ronda (Málaga). Su paso por Marbella ha sido bajo una total discreción. De momento ningún flash ha asaltado su sosiego, algo impensable dentro de la clínica. Cosa distinta es fuera. Y es que, según ha podido confirmar este medio, la pareja de enamorados realizaron la excursión a Ronda que ofrece la clínica. Como dos turistas más, Isabel y Mario se subieron al autobús del establecimiento y pusieron dirección a la ciudad rondeña. La tourné por las tierras de los bandoleros es una de las excursiones estrellas de la Buchinger y los dos tortolitos decidieron realizarla camuflados entre los demás clientes para intentar pasar desapercibidos en las ruinas de Acinipo y los lugares más emblemáticos de la ciudad del Tajo. No obstante, no hay que descartar que se puedan ver imágenes de ellos paseando por Ronda.
Otras de las actividades que realiza el escritor son las caminatas a primera hora de la mañana. Diferentes monitores de la clínica pasean con los pacientes en caminatas que duran más de hora y media. Isabel Preysler es más asidua a las prácticas de masajes y spa. Quien realmente lleva el programa multidisciplinar, que consiste en comer poco -lo esencial para no engordar- hacer ejercicio, meditación, yoga y entrenamientos cardiovasculares es el Nobel. Isabel se apunta más al sol, relax y descanso.
Vargas Llosa ya no pasea por Marbella
Sin embargo, a pesar de encontrarse en este centro marbellí, a Mario Vargas Llosa y a Isabel Preysler no se les ve por Marbella. Atrás quedaron los paseos del Nobel por el casco antiguo cuando no se ocultaba de nada ni de nadie. Muchos le recuerdan por su afabilidad y cómo se paraba en la calle para hablar con cualquier vecino de la ciudad como si tal cosa. Tal era su naturalidad, que la ciudad le otorgó el título de hijo adoptivo en un homenaje solemne. El nombre del escritor peruano se convirtió en toda una institución en el municipio; de hecho, cuenta en Marbella con una avenida, un colegio de Educación Infantil y Primaria y hasta de una estrella en el Bulevar de la Fama de Puerto Banús. Eso sí, todo ello antes de ser el novio de Isabel Preysler. Desde que es pareja de la filipina, nada ha querido saber de esa ciudad.
La relación entre el escritor y Marbella se remonta a casi tres décadas atrás, concretamente al año 1986, cuando Vargas Llosa descubrió Marbella como sitio de relajación y descanso. De ser un lugar vacacional lo convirtió en un centro para su salud. Su paso anualmente por la Clínica Buchinger era una cita anual sagrada y una obligación ineludible de ayuno y desintoxicación. Luego venían las corridas de toros y sus noches de Starlite siempre acompañado por su esposa. Pero todo eso es ya parte de la historia de un premio Nobel que ahora solo elige el anonimato en lugares donde pasar desapercibido. Marbella también fue uno de los lugares de encuentro cuando Isabel Preysler, Miguel Boyer, Patricia Llosa y Mario Vargas eran amigos.