Michelle Obama ha pasado una semana de incógnito en Mallorca, donde sus amigos James Costos y Michael Smith le están enseñando los lugares más auténticos de la isla. La exprimera dama de Estados Unidos ha sido tan discreta en sus excursiones que la dueña de una de las tiendas a las que pasó a comprar en el centro de Palma, ni siquiera la reconoció.
María Visitación Hernández regenta la alpargatería La Concepción, un clásico de la capital mallorquina. La tienda lleva abierta casi 80 años muy cerca de la comercial Avenida de Jaume III. Su dueña, una tendera de las de toda la vida, también es una mallorquina de los pies a la cabeza. Eso quiere decir que es una mujer de pocas palabras. Se resiste a contar a EL ESPAÑOL cómo fue la visita de la esposa de Barack Obama el pasado miércoles a su alpargatería: "¿Qué quiere que le diga? ¿Si fue amable? Fue muy amable, si, amabilísima. Pero para mí todas las clientas son iguales y no me gusta hablar de ellas", despacha.
Precisamente esa cautela le ha hecho ganarse la confianza de su clienta más ilustre, la reina Sofía, que lleva décadas comprándole 'aubarques' y bolsos de esparto. Por eso cuesta creer que cuando el exembajador de Estados Unidos James Costos y su marido Michael Smith llegaron con Michelle Obama a la pequeña tiendecita, ella no supiera quienes eran, como ha contado su hijo a este diario.
Pero sabemos que la señora Obama y sus amigos se llevaron algo de la tienda porque el propio James Costos compartió una fotografía en su Instagram en la que escribió: "Spadrille shopping done", compra de alpargatas hecha.
Los amigos de Michelle Obama han seleccionado los negocios más auténticos de la isla y también los más alejados de la multitud para mostrárselos. Esta pequeña tienda se encuentra en una zona que, aunque se ha puesto muy de moda en los últimos años, no suele estar muy transitada hasta que cae el sol y los turistas se dejan caer por el centro de la ciudad.
Es la segunda vez que Michelle Obama visita Mallorca, pero esta vez lo ha hecho sin sus hijas ni su marido y no se ha reunido (al menos de manera oficial) con ningún miembro de la familia real española. Aunque, atendiendo a su ruta, parece que la reina Sofía le hubiera pasado su agenda de 'imprescindibles'.
Sigue los pasos de la reina Sofía
El miércoles por la tarde, el dispositivo de seguridad de Michelle Obama llegó a la fábrica Gordiola de Algaida, donde se fabrica vidrio soplado desde hace 300 años. Es uno de los negocios predilectos de la reina Sofía en la isla. De hecho, visita la fábrica todos los veranos y lleva allí a las visitas que recibe en el palacio de Marivent.
Los Obama tienen piezas de vidrio de esta empresa familiar en sus casas, decoradas por Michael Smith, el marido de James Costos. Por eso la invitada de honor quiso conocer el proceso artesanal que se sigue para elaborarlas y también adquirió algunos artículos de cristalería. La dueña de la empresa, Mar Aldeguer, que a su vez está entre las joyeras predilectas de la reina Letizia, les atendió personalmente. "Quisieron pasar totalmente desapercibidos, por lo que ni siquiera hicimos fotos de la visita", explica la empresaria mallorquina a EL ESPAÑOL. En este caso James Costos también compartió un detalle de un juego de copas de la fábrica en su Instagram.
El jueves, Michelle Obama y sus anfitriones salieron a navegar desde Puerto Portalls tras pasar la mañana paseando por el puerto de Sóller. Durante su estancia en Mallorca, han estado alojados en una de las mayores fincas de la isla, propiedad de la ganadera Marieta Salas, en el corazón de la sierra de Tramontana.
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