Tras casarse en secreto el pasado 22 de julio, Carlos Falcó (80 años) y Esther Doña (39) ya tienen todo preparado para la fiesta de boda que están organizando en su palacio de El Rincón. Un total de 150 invitados se darán cita en este maravilloso inmueble datado en el siglo XX, que posee el noble en la localidad madrileña de Aldea del Fresno. Es el mismo lugar donde celebraron su enlace matrimonial. Entre los asistentes estará el padre Ángel, fundador de Mensajeros de la Paz, que dará su bendición a la pareja. Por supuesto, también se espera que Tamara Falcó (35), hija del marqués de Griñón, esté al lado de su padre en este día tan especial.
Habrá cóctel, cena, fiesta y recena. El propietario del restaurante Locum (Toledo), Víctor Sánchez-Beato, y el jefe de cocina del hotel Cigarral de Alba se harán cargo de la restauración, según desvela la revista ¡HOLA!. El menú estará compuesto por un entrante de salpicón denominado 'Fusión' compuesto de ají, un importante ingrediente de la gastronomía peruana. El plato principal será adafina, plato típico de las gastronomía sefardita y uno de los preferidos del marqués de Griñón. Para terminar se servirá una lasaña de tartar de ciervo con una bechamel de gachas manchegas y queso. Lo que no habrá será tarta nupcial y en su lugar han elegido un postre de naranja, canela, piñones y miel.
Como en todas las bodas, el secreto mejor guardado siempre es el vestido de la novia. En este caso serán más bien los vestidos, porque Esther Doña lucirá dos: uno para la cena y otro para la fiesta, que durará hasta altas horas de la madrugada. La pareja ha contratado varios cantantes y grupos musicales para amenizar el evento. Pitingo o Pilar Jurado serán algunos de los artistas que pondrán la nota musical a la fiesta.
Este es el tercer matrimonio para Esther Doña y el cuarto para Carlos Falcó, que estuvo casado anteriormente con Jeannine Girod, Isabel Preysler y Fátima de la Cierva. El marqués y su actual mujer se conocieron en Málaga en septiembre de 2015 en una presentación con el distribuidor de sus vinos en la zona. En la cena él le pasó una tarjeta con su móvil a Esther Doña y otra en blanco para que ella le apuntara el suyo. Esta según contó él en una entrevista a la revista Vanity Fair: "¡Se quedó con las dos!". A partir de ese momento comenzaron un intenso romance perdura hasta el día de hoy.