“¿Qué aporta María Teresa Campos en un debate de Gran Hermano?”. Esta ha sido una de las preguntas más repetidas durante el fin de semana después de que Telecinco anunciara que la presentadora malagueña se unía al debate del reality este domingo.
Los seguidores del concurso, ya de por sí enfadados porque el programa había decidido prescindir de Carmen Alcayde del debate después de doce años en el mismo, han centrado su aversión hacia Campos en redes sociales, donde han criticado tanto su fichaje como su actitud en el programa.
Y es que la presentadora se mostró bastante fría y ajena al concurso hasta el punto de que se le pudo ver más pendiente de su móvil que de lo que ocurría en plató. Tal fue el pasotismo de la presentadora que hubo un momento en el que el presentador le preguntó si una concursante se había equivocado en su actitud y ella contestaba de forma desganada que no lo sabía.
Por si fuera poco, cuando apenas había pasado una hora y media de programa y antes de la medianoche, Jordi González anunció que la presentadora tenían que abandonar el plató porque tenía que coger un AVE muy temprano ya que este lunes recibía un premio de la Diputación de Málaga. “Entendería que en este momento dirías que te vas a dormir", dijo el presentador.
Fue este momento en el que quedó constancia del débil estado físico de la presentadora, que necesitó en todo momento apoyo para caminar, en gran medida por los tacones que llevaba.
Era la gota que colmaba el vaso para que los espectadores del concurso bromearan con que a esas horas era normal que una señora de su edad tenía que irse a la cama y si era la franja más oportuna para que Campos regresara a la televisión.