Quieren reabrir el caso de La Veneno para demostrar que fue asesinada
Una de las hermanas está dispuesta a demostrar que la artista fue asesinada y que su muerte no fue un accidente doméstico
18 octubre, 2017 14:07Noticias relacionadas
Cuando está a punto de cumplirse un año del fallecimiento de Cristina Ortiz, conocida por todos como La Veneno, el caso de su muerte podría reabrirse en las próximas semanas. Y es que hay una parte de la familia dispuesta a demostrar que Cristina fue asesinada y que no falleció por un golpe en la cabeza tras caerse en el baño de su casa.
Según ha podido conocer JALEOS, Mari Pepa, la hermana de La Veneno que más ha defendido la teoría del asesinato, no cesa en su empeño por demostrar que Cristina fue atacada. Por eso ha iniciado una nueva vía por la que demostrar que su hermana fue asesinada y pretende reabrir el caso para que sea de nuevo investigada su muerte.
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La hermana de Cristina se habría unido a Juan López, un conocido promotor de León que ya había trabajado con La Veneno en anteriores ocasiones. De hecho, fue el mismo que se llevó al novio de Cristina a León tras su muerte para intentar que ganase algún dinero extra vendiendo algunos de los objetos personales de la artista.
Según indica este promotor a este medio, él y Mari Pepa están en conversaciones con el abogado Fermín Guerrero, conocido de la familia, para que lleve el caso. Este letrado se hizo muy conocido en los medios de comunicación después de haber abandonado la defensa de Raquel Gago en mitad del juicio por el asesinato de Isabel Carrasco en León. Guerrero desapareció sin dar explicaciones y la vista tuvo que ser incluso aplazada ya que el abogado no daba señales de vida.
Tanto la hermana de La Veneno como el promotor aseguran a JALEOS que Fermín Guerrero está muy interesado en este caso y está dispuesto a llevar la defensa. De hecho, el letrado se desplazará en los próximos días hasta Granada, donde vive la hermana de la artista, para iniciar una estrategia legal para reabrir el caso.
Hay que recordar que Mari Pepa está enfrentada a toda su familia al ser la única que defendía la teoría del asesinato. La Veneno estuvo más de 40 días en la morgue tras su muerte el 9 de noviembre del pasado año debido a que la familia pedía una nueva autopsia con la que poder demostrar las teorías que defendían. El gasto que suponía mantener a la hija y hermana en el Anatómico Forense de Madrid, 360 euros al día, hizo que una parte de la familia decidiese terminar con la lucha y cerrar el caso incinerando a Cristina.
Un resultado cuestionado y el último deseo de Cristina
Aunque no se llegó a hacer una segunda autopsia en el cuerpo de Cristina, sí que se consiguió que hubiese un segundo análisis de los resultados. Finalmente, se volvió a decir que Cristina había fallecido por un accidente doméstico. Aunque fue un varapalo para la familia de La Veneno, algunos supieron aceptar mejor que otros el resultado.
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A pesar de que hubo una parte de la familia, como la propia Mari Pepa, que se negaba a coger como último testimonio de Cristina lo que la artista le había contado a su biógrafa, otros hermanos sí que sabían desde el principio que harían cumplir el último deseo de La Veneno.
De esta forma, como está escrito en su biografía, las cenizas de Cristina fueron esparcidas por el Parque del Oeste de Madrid, donde La Veneno ejerció la prostitución y donde fue encontrada por el equipo de Esta noche cruzamos el Mississippi, un programa que le cambiaría la vida.
Las fotos de su muerte
Mari Pepa lo tiene claro: quiere que se sepa la verdad sobre la muerte de su hermana. Por eso está dispuesta a hacer que las fotografías del día de su muerte vean la luz en los medios de comunicación. Su única intención es demostrar que en el informe del ingreso hospitalario no se habla en ningún momento de los hematomas que tenía por todo el cuerpo Cristina. Sin embargo, en las fotografías que se hicieron del cuerpo sí estaban presentes.
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Fue la propia hermana de Cristina la que le hizo estas fotografías cuando Cristina todavía estaba en coma. Era una manera de protegerse ante los futuros comentarios en torno a su muerte. Cuando los médicos y el equipo hospitalario se enteró de que se habían hecho fotografías del cuerpo, toda la familia fue expulsada del Hospital Universitario La Paz. Sólo pudieron acceder a las instalaciones cuando fueron avisados de que el estado de La Veneno era irreversible y moriría en horas.
Ahora, un año después, Mari Pepa quiere hacer uso de todo este material. Además, asegura que en ningún momento se hizo una investigación sobre la ropa que llevaba el día que apareció desangrándose en su casa y que fue tirada a la basura directamente sin tomar ningún tipo de huellas. Estas son las causas que la hermana pretende usar para volver a abrir el caso.