Con sus ondas capilares leoninas tan impecables como siempre, todo un gentleman atildado de zapatos brillantes y vestido con las camisas mejor planchadas de Madrid. El tiempo se ha parado para Pipi Estrada en los primeros años del segundo milenio, cuando se grabó a fuego sobre su brazo bronceado el nombre de Terelu en cursiva.
Allí estaba el periodista deportivo el pasado lunes en el Teatro de la Luz de la Gran Vía, con un micro en la mano presto a entrevistar a los futbolistas que acudieron estreno del espectáculo de José Mercé. Donde Luis Figó dejó bien claro que “Cataluña es España”. Raúl González le dejó en evidencia, cuando el exjugador del Real Madrid demostró muy poca cintura al no querer contarle de qué se reía Roberto Carlos el día de la estrepitosa derrota del Real Madrid ante el Tottenham.
Tal vez Pipi no recuerde que esa misma noche, él, que además de periodista es personaje de la farándula, también ignoró a aquellos compañeros que le intentaron preguntar. Prefirió refugiarse en Jesús Mariñas, el hombre de moda tras la noticia sobre la venta de su pisazo en Gran Vía publicada por JALEOS o la del caos y desorden que reina en ella, con ropa amontonada en el suelo, montañas de libros donde debería haber un sofá o los CD apilados en el baño junto a las cremas y fragancias de 300 euros.
Pero una servidora insistió. Como los caballos de tanda le seguí tratando como la gran estrella que un día fue, cuando protagonizó culebrones en los programas de Telecinco y hasta tuvo un impagable miniserial llamado “Terelu ya no tiene Pipi”. Por aquellos años Paolo Vasile pedía que al menos dos veces al día se incrustara en los vídeos de los programas de humor de su cadena una especie de medalla con la cara de mama Campos, entonces en Antena 3, pronunciando aquel célebre “gililpollas” dedicado a su persona. La finalidad: reírse de sí mismo y ridiculizar a la que con el tiempo se convirtió en su eterna enemiga. Eterna, sí, los hechos lo han demostrado. No hay más que ver cómo se la trató en el debate de GH en el que reapareció tras su ictus.
En plan mujer sandwich me situé entre él y Mariñas y comencé a preguntarle sobre el juicio sumarísimo al que se sometió a Terelu y Lydia Lozano como colaboradoras de Sálvame. El cerebro privilegiado que mejores titulares daba, el ángel caído de Mediaset que grababa vídeos corrosivos junto a Coto Matamoros parece ahora una hermanita de la caridad cuando le preguntan por su ex. “Si ella está feliz en Sálvame y es un medio para ganarse la vida de una forma cómoda me parece muy bien” . Y es que Pipi respeta a Terelu, afirma el presentador, porque “es ella quien puede adoptar al final sus decisiones, aunque esté claro que el formato Sálvame es destructor, ácido y no tiene ningún tipo de humanidad”.
No cree Pipi que Terelu haya perdido la dignidad ante las humillaciones recibidas: “La dignidad se entrega, no se pierde. Terelu sabe perfectamente lo que quiere, y yo confío en que al final saldrá de esta fase indemne”.
Tras las demandas por aquellas memorias sexuales que Pipi narró en Interviú, Terelu y él atraviesan por una fase de dulzura. Cuando mamá Campos fue ingresada en el hospital, él le mandó un mensaje a su hija. “Digamos que estamos pasando un momento amable, respetuoso y con un punto de cariño, no hay que olvidar que hemos estado tres años juntos”, cuenta el periodista deportivo a este medio. Y aunque niega que siga enamorado de ella, es de sobra conocido que solo se llega a odiar con una intensidad salvaje cuando se ha amado mucho.
“Lo paso mal cuando hacen daño a Terelu o la hacen sufrir”, dice. ¿Dónde ha quedado el exnovio vengativo y batallador que destilaba vitriolo contra las Campos? Pero eso no es todo. Ahora dice que tendría una cena romántica con ella… “No me importaría ir a cenar con ella a un sitio tranquilo. Los dos juntos. Solos. La invitaría yo, por supuesto”. Esperemos que Terelu haya olvidado eso de “si hubiera un terremoto en la Tierra y sólo quedásemos Terelu y yo, cavaría un agujero profundo para meterme dentro. Terelu no es buena para la salud mental”.
¿Caerá Terelu rendida de nuevo ante los encantos del hombre que lo dejó todo por ella? Los más jóvenes tal vez no se acuerden, pero tras más de veinte años de casados, la esposa de Pipi le tiró la ropa por la ventana tras saber lo suyo con la entonces presentadora. A pesar de ser cosecha del 54, como dice una amiga mía mucho más joven que él, aún se cree que está muy bueno, y la autoestima ayuda mucho a la hora de tener predicamento entre mujeres de todas las edades. Y lo tiene…
A su llegada al teatro, otro ex de de Terelu, el correcto y jovencísimo Kike Calleja, observaba a Pipi como quien mira a un insecto molesto. ¿Será que el periodista deportivo aún tiene posibilidades? Piénsatelo, Terelu… Un hombre que, como dice él, es capaz de hacer raíces cuadradas para provocar orgasmos si es menester no se encuentra por ahí todos los días.
Pero su mejor frase fue la que pronunció cuando se conoció su affaire con Terelu: “Estoy harto de los que piensan que coherencia es un perfume, dignidad una flor y el honor el número de la selección de Trinidad Tobago, y estoy harto de todos los que hablan de moralidad como si fueran vírgenes”. Todo cambia, pero hay cosas que permanecen inmutables. La afición por las minis y los vestidos reventones de Terelu y las habilidades legendarias del dueño del famoso “pipón”.