Por su sangre corre la creatividad. Es un don y lo ha sabido explotar. También fue una visionaria. Rosa Clará (58 años) supo aprovechar un vacío en el nicho de la moda nupcial, dejó de ser la mano derecha de Alberto Palatchi (68), exdueño de Pronovias, después de que se enfadaran y ella abrió en 1995 una pequeña tienda de prêt-à-porter en pleno Paseo de Gracia de Barcelona.
Aquélla fue la semilla para crear el segundo imperio español de vestidos de novia que a día de hoy cuenta con 140 tiendas y 3.500 puntos de venta en todos los continentes. Tanto esfuerzo le ha supuesto un cierto desgaste. Su cabeza necesita descansar. Si hace cinco años Rosa confesaba que tenía que aprender a delegar, ese punto débil ya no existe. Con su perenne sonrisa mira con cariño a Manuel Cano, CEO de la firma de novias desde enero del 2014 cuyo fichaje causó cierta polémica porque el ejecutivo provenía de Pronovias.
“Hay que saber delegar –asume convencida– es mi mano derecha y si creas un imperio no has de dejarlo caer como ha pasado en muchos casos”. También mira con orgullo a Víctor de Viguera, director de expansión. Son sus dos pilares y los que le van a permitir realizar su sueño. “Quiero vivir. Ya he trabajado mucho”, dice sonriendo a los cuatro vientos. A partir de ahora, la empresaria y diseñadora quiere saborear el presente. “Tengo 58 años y quiero disfrutar de la vida, por eso, ahora voy a trabajar seis meses año y los otros seis estaré de vacaciones. En breve me voy un mes y medio a Miami”, admite pletórica a JALEOS.
Pero eso sí, no piensa en hacer ‘un Palatchi’, que vendió su compañía por 550 millones de euros al fondo BC Partners. La Clará quiere seguir teniendo la vista puesta en el negocio, pero sin estrés. Junto a su segundo marido, el multimillonario empresario Josep Artigas, con quien se casó en 2013, quiere viajar por el mundo para conocer culturas nuevas.
Ha inaugurado franquicia en la tierra de Puigdemont
Clará ha conquistado el ‘exfeudo’ de Puigdemont en Girona, donde fue alcalde entre 2007 al 2016, al inaugurar la única franquicia de la ciudad. Vestida totalmente de negro, lo único blanco que destaca son los dos espectaculares anillos de brillantes de sus manos y los dos enormes diamantes que cuelgan de sus orejas.
Cariñosa, afable, con don de gentes y con una sonrisa inherente a su talento, Rosa Clará se siente satisfecha. Su negocio nupcial es el segundo más potente de España con una facturación de 45 millones de euros anuales, según los últimos datos del 2014. Desde entonces, la firma no rinde cuentas a nadie. Excepto a hacienda. Y en cuanto a la cuota de mercado, los especialistas aseguran que se lleva una tajada del pastel superior al 20%.
Pesadilla judicial con su ex marido
Algo que se merece porque desde que se divorciara de Rafael Martínez en el 2001, Rosa ha pasado por un sinfín de pesadillas judiciales. Su ex le reclamaba millones de euros en compensación por los servicios prestados tras haber creado hasta cierto punto la firma. Y para lograr parte de ese dinero su abogado fue Manuel González Peeters, que saltó a la fama tras defender a Diego Torres (52), exsocio y amigo de Iñaki Urdangarin (49) en el caso Nóos. La tensión entre Clará y Martínez fue tan desagradable que el único hijo de la pareja, Dani (24), se cambió el apellido y ahora se llama Daniel Clará.
El joven siempre ha sido el mejor apoyo para su madre que siempre se las ha ingeniado para pasar el máximo de tiempo libre con él. A Rosa se le llena la boca cuando habla de su pequeño. Ya ha acabado Arquitectura y en estos momentos se encuentra en la fase del proyecto final. “Estoy asombrada por la carrera tan larga, ¡son 7 años! Ahora está en Beijing (China), pero estoy contenta de que lo haga. Él es feliz”, afirma orgullosa. Y también está radiante porque tarde o temprano formará parte del negocio. En secreto, y por lo bajini, confiesa: “Siempre ha sido un empollón para las matemáticas”.
La vida no le ha ido nada mal a Rosa. Menos mal que descartó ser abogada. Siempre le ha gustado soñar y se imaginaba que vestía a Audrey Hepburn (63) y Grace Kelly (53). Esa parte del sueño no se pudo cumplir, pero está satisfecha de que sus diseños los hayan lucido Sofía Vergara (45), Mischa Barton (31), Esther Cañadas (41), Paula Echevarría (40), o Paulina Rubio (46).