Aunque Bertín Osborne (61 años) repita programa tras programa que no le gusta preguntar por la vida personal de sus invitados, siempre cae alguna pregunta sobre ello. Y este miércoles, teniendo delante a Jorge Lorenzo (30), al que se ha tachado en alguna ocasión de mujeriego, no pudo evitar preguntarle por ello.
“Yo soy tímido”, confesó Lorenzo. “Me cuesta entrar en frío. Si me gusta una chica, no tengo problemas. Pero si no la conozco y tengo que entrarle, sí (...) He estado dos veces enamorado o he tenido dos veces serias”, reconoció.
“¿Y con quién vives ahora?”, preguntó el jerezano. “Vivo con mi entrenador y mi asistente”, contestó el piloto con cierta timidez. “¿Y qué haces entonces cuando quieres pegarte un homenaje? ¿Los echas de casa?”, insistía el presentador. “Sí, normalmente sí”.
Un insistencia por saber de su vida personal ante la que el piloto decidió tomarse la venganza y ‘atacar’ a su anfitrión. “Tú también tienes una fama tremenda. Sois dos: Julio Iglesias y Bertín Osborne”, bromeaba Lorenzo. “Ojalá”, contestaba el jerezano antes de volver a interesarse si es difícil tener pareja para un piloto de motos.
“Es complicado, pero a la vez es lo que puede hacer durar una relación. Puedes tener tus momentos de echarle de menos”, comentaba Lorenzo. “Bueno se discute menos. Los matrimonios separados duran más”, reflexionaba Bertín.
La difícil relación con su padre
Pero, más allá de sus relaciones, la entrevista se centró en su carrera deportiva. Y, así, Lorenzo comenzó hablando de su infancia y recordando las primeras veces que se subió a una moto con apenas tres años, influenciado por la gran pasión de su padre por el motociclismo.
Una relación con su progenitor que no ha sido nada fácil. El primer escollo fue la separación de su madre. Entonces, Lorenzo tuvo que elegir “entre quedarme con mi madre o con mi padre. Sabía que si me quedaba con mi madre mi carrera deportiva se iba a acabar y me fui con mi padre”.
Sin embargo, caprichos del destino, su padre también veía cómo Lorenzo tuvo que elegir entre él y su mánager. “Tuve que elegir. Si me iba con mi padre perdía un gran equipo y decidí irme con mi exmánager”, contó el piloto, que explicó que después de estar un tiempo distanciados, ahora mantienen una buena relación, aunque no se ven mucho.
El piloto también repasó alguno de los momentos más complicados de su carrera, como una de las caídas más graves que ha sufrido en Holanda. “Ha sido lo más bestia que he hecho en mi vida. El GP de Holanda es el único que se disputa en sábado y eso fue en el segundo entreno del jueves. Era la séptima u octava vez que me rompí la clavícula y me dolía tanto que no me podía mover. Pedí que me llevaran a Barcelona a operarme de urgencia”.
“Cuando me despierto de la anestesia, me encuentro tan bien que digo de volver a correr y regresar a Holanda”, siguió contando Lorenzo. “Convencí a los médicos del circuito porque yo me veía fuerte. Terminé quinto en la carrera”.
Como no podía ser de otra forma, el piloto también habló de la competitividad dentro y fuera del paddock con otros pilotos como Dani Pedrosa o Valentino Rossi. “Nunca me he sentido superior a los demás”, confesaba. “Si que es verdad que, a medida que te haces mayor, vas aprendiendo, vas siendo más empático, respiras treinta segundos antes de hablar (...) Algun sponsor me ha dicho que no me metiera en problemas”.
“En la guerra con Dani Pedrosa también influyó la mala relación que había entre nuestros managers, que ya fueron rivales en su época como pilotos”, contó Lorenzo. “Ahora no somos amigos, pero casi”.
En cuanto a Rossi, “siendo compañeros de equipo, es complicado. Dicen que el primer rival es el que lleva tu propia moto. Si te gana otro con otra moto, puedes decir que es culpa de la moto”.