Aline Griffith falleció el martes a los 94 años de edad. A sus espaldas una vida llena de lujos e intrigas: condesa viuda de Romanones, periodista, espía, modelo de alta costura... Todas estas experiencias dejaron tras de sí importantes recuerdos y, sobre todo, un considerable legado material de un gran valor.
El problema es que todas las informaciones apuntan a que la herencia de la condesa de Romanones traerá tras de sí una guerra familiar por el patrimonio, según comentó la propia nieta de la aristócrata, Carla de Figueroa y Domecq, en una entrevista para Interviú a principios de año.
Para gestionar todo este patrimonio Aline creó la Fundación Aline Condesa Viuda de Romanones, para la conservación, difusión y protección de su "legado cultural" (y parte del material). Esta organización está presidida por dos de sus neitos: Luis de Figueroa Sayn-Wittgenstein-Sayn y Juan Figueroa Sayn-Wittgenstein-Sayn.
Desde JALEOS hemos hecho un listado de los principales bienes que heredarán los familiares de la condesa viuda de Romanones: joyas, vestidos, terrenos...
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Finca Pascuelte: 46 millones y el mejor queso
La finca Pascualete es un terreno en la zona de Extremadura que pertenece al condado de Romanones desde hace 150 años. Sin embargo, empezó a adquirir valor cuando Aline lo visitó en 1950. Desde ese momento, la estadounidense cayó prendida de la tierra, razón por la cual dedicó su vida a devolverle el encanto a las tierras y el palacete.
¿El resultado? Ha conseguido crear una residencia a la que han acudido personajes de gran renombre como Lola Flores, la duquesa de Alba, Audrey Hepburn o Ava Gardner. Además de este palacete, con los terrenos colindantes han logrado constituir un coto de caza de gran valor y una empresa más que exitosa.
En este sentido, la compañía, Finca Pascualete desde 1232, centra su trabajo en la producción de quesos. Un producto que ha sido galardonado como el mejor queso de España 2017-2018, y que tiene como clientes fieles a cocineros de gran renombre como Arzak. No obstante, si hay disputa familiar no será solo por la receta de este exquisito lácteo, sino por los 46 millones de activo que posee la compañía. La finca tiene unas cuentas más que saneadas, ya que no solo tiene un gran patrimonio sino que las deudas que pesan sobre la compañía se acercan al millón de euros (una cifra que la empresa podría cubrir fácilmente solo con el dinero que tiene en el banco).
En lo que respecta al coto de caza, el terreno de la aristócrata ha logrado convertirse en uno de los más valorados. Razón por la cual son muchos los amigos y personajes conocidos (Franco era un habitual) que han querido disfrutar de una buena jornada de montería.
El otro terreno de la condesa es la casa que posee en el Viso, una mansión, con amplias estancias y una extensa zona ajardinada. La extensión del terreno junto a la exclusividad de la zona incrementan considerablemente el valor de la propiedad. En este sentido, hay que sumar que muchos de los muebles y parte de la decoración, entre otras obras posee un cuadro de Goya, son piezas únicas que alcanzarían un precio muy alto en una subasta.
Vestidos y joyas de coleccionista
A lo largo de su viuda, tanto como modelo como aristócrata, la condesa de Romanones tuvo que lucir imponentes vestidos y exquisitas joyas que con el paso del tiempo se han convertido en piezas de coleccionista.
Respecto a las prendas, la exespía siempre tuvo un gran gusto y su armario estaba repleto de los modelos de las mejores marcas. "Elio Berhanyer me mandaba su colección a casa cada temporada y yo elegía. Jamás me he puesto un traje de un diseñador que no fuera español. Mi vestido de novia fue de Balenciaga. He regalado buena parte de mi vestuario y otra está en museos, pero sigo teniendo los armarios llenos. Y eso que no salgo a comprar porque me aburre…", recordaba en una entrevista concedida a El País.
Aunque para los menos entendidos estas prendas puedan parecer simples telas apelotonadas en un armario, teniendo en cuenta la historia de esta intrépida mujer junto a la fama que alcanzaron algunas de las marcas que la vistieron, estas ropas podrían alcanzar un precio considerablemente alto.
En cuanto a las joyas, cuyo valor siempre es más universal, la colección de la estadounidense tampoco está al alcance de cualquiera. "En 1962 fui nombrada una de las 12 mujeres mejor vestidas del mundo y, como premio, el gran joyero David Webb nos hizo unas pulseras con animales. La mía es una cebra de diamantes y esmalte que ha sido copiada hasta la saciedad", recordaba la aristócrata en un tono despreocupado.
Hay que tener en cuenta que a lo largo de su vida la mujer contó con las mejores piezas de joyería, ya fuera porque ella las quería como porque se las regalaba su marido, quien "se sentía orgulloso al regalármelas".
Todas estas piezas tienen un gran valor que podrían rondar cifras astronómicas. Como referencia, en mayo de 2011 sacó a subasta siete piezas con la casa de subastas Sotheby's que alcanzaron una cifra aproximada de un millón de euros.
En definitiva, un gran patrimonio que en las próximas semanas, puede que incluso meses, se repartirá entre los miembros de la familia. Queda por ver si finalmente provocan una guerra familiar o no.
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