María Lapiedra (33 años) mantuvo un tórrido romance con Gustavo González (51), paparazzi de profesión, durante ocho años. La propia actriz ha comentado en varias ocasiones que se trata del verdadero amor de su vida, y ha contado algunos detalles íntimos sobre sus encuentros.
Puede ser que a María se le haya olvidado, pero en 2013 escribió un libro donde hablaba de este romance, Mi mundo de plástico. Confesiones de una actriz erótica. Aunque en ninguna ocasión menciona su nombre, da una serie de datos que identifican claramente a Gustavo González. El título donde habla de este romance se titula el paparazzi, el hombre es un colaborador televisivo del mundo del corazón, el encuentro ocurrió hace ocho años cuando ella tenía 25 años y él cerca de 50 años, además, el hombre está casado y tiene cuatro hijos. Detalles más que suficientes para identificarlo.
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Primer encuentro sexual
La actriz relata con pelos y señales el primer encuentro sexual con Gustavo. La joven le había citado en su casa tras haberse conocido el día anterior en un programa de televisión. En el domicilio, ella le enseña un vídeo que prueba que mantuvo relaciones sexuales con un 'famosísimo X', como ella misma le llama.
En un momento dado, a raíz de la excitación del paparazzi tras ver el vídeo, María le realiza la primera felación: "Tiene una buena. No me extraña que esté casado. Es lógico: buena p… y un buen sueldo en televisión. Un buen partido". A continuación, María relata con todo lujo de detalles su encuentro sexual, incluyendo sensaciones y posiciones.
Cuando el encuentro termina, él se levanta y la situación da un vuelco de 180 grados. "La magia acaba. El colaborador televisivo comienza a lloriquear. Me resulta bastante ridículo: él tiene casi 50, yo solo 25 (cuando María tenía esta edad él tenía 44 años): - Tengo mujer y cuatro hijos. Dios… ¿Qué he hecho?" pregunta en ese momento agobiado el colaborador de televisión, a lo que añade que "en 20 años de matrimonio jamás le había puesto los cuernos a mi esposa".
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Encandilada por ese hombre misterioso
Al poco de este primer encuentro, María se da cuenta de que este hombre es distinto. A diferencia del resto de hombres que han pasado por su corazón, y su cama, el colaborador televisivo es diferente. Algo que ella misma ha afirmado a raíz de la nuevas informaciones que se han hecho públicas ahora. "Ese hombre tiene algo. Ha tocado con su manera de hacerme el amor un lugar en mi interior que no ha tocado nadie. Tiene que ser mío como sea".
Sin embargo, en este sentido, uno de los puntos que más llaman la atención es el resentimiento que siente hacia la pareja del paparazzi: "Odio a su mujer. Muero por estar con él. Por primer vez en mi vida de María Lapiedra me siento usada y despreciada”. Además, añade que no "solo es deseo de mi sexo, también es deseo de mi corazón. Mi corazón está deseando enamorarse de él".
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Dispuesta a ser su amante
Tras varios encuentros, María se da cuenta de que el paparazzi se encuentra en una encrucijada, entre ella y su mujer. Por ello, la actriz asegura que llega a una conclusión: "Estoy dispuesta a ser su amante, a darle todo lo que desee para que sea feliz: en la cantidad y en el momento que lo desee. Quiero prometerle no interferir en su matrimonio. Amarle cuando él lo necesite: cuando a él se le antoje. Quiero prometerle ser su esclava a cambio de un único pago: que me penetre y bese dulcemente, como ha hecho durante este día y medio. Cuando terminamos de hacer el amor no me suelta, sino que me abraza con fuerza".
En varias ocasiones el libro da a entender que lo que siente Lapiedra por este paparazzi es algo único, que nunca había sentido. Ella misma utiliza unas palabras similares en una ocasión: "Te sonará precipitado. Pero nunca he amado a nadie con tanta pasión. Tus caricias son las más hermosas que me ha entregado nadie en la vida. Jamás di besos tan sinceros ni tampoco necesité nunca entregarme a alguien con tanta prisa y fuerza".
En este sentido, asegura que se aman como si fueran jóvenes, con una intensidad a la que ella no está acostumbrada. "Me parece extrañísimo que una persona de casi 50 años me ame como un adolescente que ama por primera vez. Pero es que lo nuestro es amor verdadero. No nos vemos. No nos hablamos. Sin embargo y sin duda estamos conectados por un hilo mágico invisible. Allí donde estemos, está el otro. Nos amamos en la distancia, pero sin tocarnos".
Él deja a su familia por ella
Según relata la propia María Lapiedra, esta no sería la primera vez que Gustavo ha dejado a su familia. Al parecer, en las navidades posteriores al primer encuentro sexual con el paparazzi, este abandona a su familia porque "te amo. Quiero pasar estas fechas contigo".
Se citan en un hotel de Barcelona donde vuelven a mantener relaciones sexuales cual par de adolescentes. El propio colaborador de televisión dice que "sólo ahora he entendido eso que dicen que la edad es una mentira ¿Yo 50? Me siento como un niño. Para mí todo tu cuerpo es algo nuevo. Es como si nunca antes hubiera visto una teta, como si nunca antes hubiera hecho el amor".
De nuevo, la actriz relata con pelos y señales las relaciones sexuales que mantienen durante dos días encerrados en la habitación del hotel. "Entre cubatas me dice que los cuernos de su mujer se ven desde el Google Earth", recuerda la actriz.
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Relaciones esporádicas, pero continuas
Poco después de ese encuentro fueron más las veces que quedaron para mantener relaciones. "A diario nos emborrachábamos en distintos lugares para terminar en mi casa debajo de mis sábanas, entregándonos a la pasión más salvaje y más profunda que jamás habríamos vivido antes de conocernos".
Durante todos estos años mantuvieron relaciones sexuales esporádicas, pero de manera continua. Nunca dejaron de verse, y es que ella repite en varias ocasiones que lo que siente por él, tanto emocional como físicamente, es algo único: "Recuerdo el sexo con él como algo increíble".
En cuanto a lo emocional, ella era una mujer detallista, y aún conocedora que él era un hombre casado, María se hacía ilusiones, fantaseando con ser una pareja normal. Con este fin, la actriz tenía "puesta encima de la mesa del salón una foto nuestra, como si estuviéramos casados. Todo el mundo que venía a casa la veía. Todo el mundo conocía nuestra historia".
Ultimátum que no cambió nada
La relación había llegado a un punto en que los encuentros seguían el mismo patrón: a escondidas se amaban con toda la intensidad posible, pero fuera de su secreto nido de amor eran personajes que apenas se conocían. Por eso, en un momento concreto, María le dio un ultimátum al paparazzi.
- Tenemos que hablar.
- ¿Has conocido a otro?
- No. De sobra sabes que me tienes enamorada y que solo estoy contigo.
- ¿Qué pasa entonces?
- No quiero seguir así. No quiero seguir sufriendo. Quiero que estemos juntos.
- Pero… ya hemos hablado de esto.
- No. Tú habías hablado de esto. No yo. Tú dijiste lo que querías hacer. No yo. Y siento comunicarte pero no hay trato. Quiero que vivas conmigo.
- Yo… María… dame tiempo. Quiero estar contigo, pero necesito tiempo.
A partir de este momento todo parecía que iba a terminar. No obstante, como la propia María ha comentado en Sálvame, Gustavo y ella nunca dejaron la relación de manera definitiva. "El paparazzi volvió a mi vida… más adelante y con más fuerza que nunca", relata ella misma en el libro.
En este sentido, relata que poco después "seguía viendo al paparazzi a escondidas. Éste tuvo que aceptar que tuviera una relación con 'don Joan' (en relación a la época en la que mantuvo un romance con Joan Laporta)".
Al final, tras ocho años de relación en "secreto" (si puede considerarse como tal tras describirlo con pelos y señales en un libro) tanto Gustavo como María han dado un paso adelante. Ahora queda por ver si este cuento tiene es una historia feliz o una tragedia.
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