El nombre de Pablo López (33 años) lleva años sonando junto al éxito musical, pero ahora suena aún más fuerte gracias a ser el coach revelación de La Voz. A sus fans y a los millones de españoles que siguen cada viernes el programa les encanta escuchar su nombre, pero le ocurre todo lo contrario a su ya exnovia, Laura Devesa: "Le destroza simplemente leer su nombre en los medios", cuenta a JALEOS una persona de su entorno.
La pareja iba a cumplir 12 años de amor el próximo mes de febrero, pero finalmente no pasarán San Valentín juntos. Han vivido más de una década unidos y han experimentado un cambio radical en sus vidas, sobre todo, desde que Pablo entrara en Operación Triunfo en 2008. En ese momento, Laura era testigo de cómo su novio cumplía su sueño y llegaba a la final. Tanta ilusión tenía ella al verle por televisión cosechando éxitos que incluso se atrevió a dejar su timidez a un lado y visitarle en la academia. Y son las imágenes de ese día prácticamente las únicas fotografías públicas que existen de ella.
Pero años antes de que Pablo se convirtiera en fenómeno de masas, la 'famosa' de la relación era ella. Desde pequeña practicó gimnasia rítmica y su buen hacer dio grandes frutos, ya que en el año 2000 se coronó como vencedora del Campeonato de España. Además, su nombre suena aún con rotundidad entre el colectivo de gimnastas profesionales y por eso no la pierden de vista cada vez que acude a algunas de las competiciones de su disciplina deportiva.
De hecho, el pasado 4 de junio, la pareja se sentó en las gradas de un polideportivo como unos espectadores más. Muchos curiosos captaron esa imagen, ya que pocas veces se dejaban ver en lugares con tanto público porque la legión de fans del cantante es muy grande y siempre hay alguien que quiere la foto. Hace hoy seis meses de esa imagen, y en aquel entonces parecía que esa instantánea daba la prueba de que seguían juntos, pero la realidad es que mientras presenciaban el campeonato nacional de gimnastas hubo varias veces en las que la pareja apenas se dirigió la palabra y preferían consultar sus móviles a comentar entre ellos lo que sucedía ante sus ojos. Quizá sean detalles, pero hoy, tras conocer su ruptura, nada pasa inadvertido.
Pero allí estaban, juntos. De hecho, su relación era idílica, o eso les parecía de puertas para afuera a sus amigos. Cada día el cantante, pese a ser famoso, acudía a recoger a Laura al trabajo. Ella trabaja en una farmacia de la zona sureste de Madrid y, según cuentan a este medio fuentes muy cercanas a la farmacéutica, es muy buena en su trabajo y destaca por lo agradable que es con todos los clientes y con todos los que le rodean. "Es perfecta", dicen, "lista, dulce, simpática y muy guapa".
Laura no es tímida, pero sí reservada para su vida personal, por eso se ha mantenido siempre al margen de los focos que alumbraban a su hasta ahora pareja. "Ella es 'antieso'", explica su entorno en referencia a que la joven no es de las que quiera relacionarse con los medios, "quiere seguir su vida en el anonimato", detallan.
No quiere que el mundo mediático forme parte de su vida y por eso estos días no lo está pasando nada bien, ya que no solo ha tenido que soportar que esta semana su ya exnovio haya salido en televisión en más ocasiones que de costumbre y en programas de mucha audiencia, sino que además la noticia de su ruptura ha sorprendido tanto que ningún medio ha querido pasar por alto su historia, por lo que está viendo su nombre en todas las cabeceras nacionales. Pero incluso con tal presión, la joven está demostrando que todo cuanto dicen sus amigos y las virtudes que destacan de ella son ciertas, pues lejos de sacar tajada de la repercusión que está teniendo el asunto ha preferido continuar su vida en el anonimato y no dañar de ninguna forma la imagen del cantante.
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