María Lapiedra (33 años) y Gustavo González (52) se han convertido en la pareja del año aunque no exista un posado oficial y público que lo confirme. La exactriz y el colaborador de Sálvame están siendo los protagonistas de la pequeña pantalla desde el mes de diciembre por su hasta entonces secreta historia de amor. Hoy no ocultan sus sentimientos mutuos, pero se niegan, por el momento, a posar juntos en los eventos públicos, ¿por qué?
Ya lo decía Lapiedra horas antes del estreno de la obra teatral de Jorge Javier Vázquez (46), el primer evento público al que acudirían juntos: "Me gustaría posar con él en el photocall porque es lo que la gente está esperando". Pero esa foto no se produjo. Gustavo declaró que "no quería hacer un espectáculo de su relación", alegato que contradice su presencia y la de su ya novia en los platós en decenas de ocasiones estos últimos 30 días en los que han contado las idas y venidas de su historia.
Se dejaron fotografiar por separado ante los medios, pero llegaron junto a sus compañeros, pero lo abandonaron solos y juntos, tal y como pudo confirmar y capturar JALEOS. Además, una vez dentro del lugar se sentaron juntos y se mostraron muy acaramelados. Así lo probó Carlota Corredera (43) con una imagen del interior que capturó alguno de sus colegas con el móvil.
Cientos de ojos pudieron observar la complicidad entre ellos, pero cuando son los fotógrafos y periodistas los que están delante de ellos sus cuerpos se separan varios metros, como si una fuerza sobrehumana se interpusiera entre los dos. Aunque en vista de sus diversas formas de actuar dentro y fuera de los platós, esa fuerza podría ser muy real, muy dorada y la que llena sus arcas económicas estos días.
Los testimonios de uno y otro son a menudo contradictorias. Mientras María aseguraba que ya había empezado su noviazgo con Gustavo, el susodicho prefería no poner nombre a lo que tenían y permanecer distanciado. Después, fue ella la que puso tierra de por medio para "meditar" en su casa de la Cerdanya, ocasión que el colaborador de Sálvame 'aprovechó' para hablar día sí y día también sobre su relación y sobre los presuntos trabajos ocultos que realizaba la todavía mujer de Mark Hamilton. Gustavo hacía caja y ella se relajaba, y tras la vuelta de la actriz, era ella la que se sentaba en el programa mientras él descansaba.
Se han turnado para conceder entrevistas del mismo modo que se han turnado para posar en el photocall, porque al generar por separado la suma es mayor que si lo hacen en pack. Por eso, tardaremos en ver a la pareja posando con naturalidad ante una audiencia, porque una vez se 'oficialice' su relación, no habrá mucho que cuestionarse, se irá el interés que está generando ahora el si finalmente acabarán 'comiendo perdices' después de echar sus matrimonios por la borda.
La duda crea misterio, el misterio crea interés, el interés se traduce en crecientes datos de audiencia y eso en televisión tiene un precio, que María y Gustavo no paran de cobrar estos días. Ese vaivén vende, y como conocedores que son del mundo televisivo, saben que tener un momento de protagonismo en este sector no pasa a menudo, y ahora que es el suyo no van a desaprovecharlo posando felices a la primera de cambio.
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