Carmen Ruiz Moragas era una mujer bella, inteligente, feminista, con carácter... Son muchos los adjetivos que podrían servir para describirla, pero comúnmente se la conoce por ser la mujer que conquistó a Alfonso XIII y con el que tuvo dos hijos, entre ellos Leandro de Borbón.
Sin embargo, a pesar de la importancia e influencia que pudo tener en el monarca, es una mujer de la que poco se ha escrito. Para solventar esta situación, Pilar Eyre (66 años) ha escrito un libro donde desvela algunos de los secretos mejore guardados de esta actriz madrileña, Carmen, la rebelde que sale a la venta el próximo 13 de febrero.
No era una mujer sumisa ni clásica que se encorsetara en las estrictas normas que pesaban sobre las mujeres en esa época. Todo lo contrario. Su vida estaba repleta de escándalos, sexo, ostentación, éxtasis y chascos que se reproducían tanto en público como en privado.
El primer encuentro con el rey
Al igual que muchas mujeres de la época, tenía el deseo de convertirse en una actriz de renombre, razón por la cual dio sus primeros pasos en escena dentro de la compañía de María Guerrero. Su talento, su descaro y su inteligencia pronto quedaron patentes y llegó a ser la primera actriz del Teatro Español.
Gracias a su profesión es que conoció a Alfonso en torno a 1920, cuando el monarca acudió al Teatro Español para ver la obra La dama de las camelias donde ella interpretaba a Margarita Gautier. Como no podía ser de otra manera, el rey quedó prendido de esa joven de piel blanca y mirada penetrante.
Para concertar una cita el rey mandó al marqués de Viana, "que era el que entonces le conseguía los planes y le cubría sus trapisondas, y me dijo en plan ordeno y mando que el rey quería saludarme en su antepalco", escribe en primera persona Pilar Eyre.
Era una proposición que a claras luces significaba que el monarca, en el fondo, lo que quería era acostarse con ella. Un hecho que no pasó desapercibida para Carmen, mujer inteligente donde las haya, y haciendo gala del fuerte carácter que tanto la describía comentó: "Bueno, yo solo digo una cosa: ya era hora", redacta Pilar.
El amor de la vida del monarca
Carmen consiguió ser la mujer de la vida de Alfonso XIII. A diferencia de la imagen regia y casi divina que se suele tener de los monarcas, lo cierto es que su vida distaba mucho de un cuento de hadas. Por el contrario, era infeliz en su matrimonio, tenía tendencia a la depresión, sobre sus espaldas cargaba una larga lista de amantes y reinaba en un país repleto de ministros y ciudadanos que le daban la espalda.
Por eso, en medio de este complicado ambiente, Carmen era un refugio. Alfonso no quería ni reinas ni aristócrata, la quería a ella. "Quiero que seas pueblo, esta teta es pueblo, esta otra también —bajó el bastón por mi vientre causándome un delicioso estremecimiento y me sometí al navajeo erótico de sus ojos—, este coño es pueblo, ¿no ves, tontuna, que si quisiera una marquesa no me movería de la corte, no ves que las tengo a puñados?", escribe Pilar Eyre.
Lo cierto es Carmen, de la que tan poco se conoce en nuestro país a pesar de la influencia que tuvo, traía loco al rey. Tanto, que incluso llegó a pensar en divorciarse de su mujer, por la sentía un profundo odio. Momento a partir del cual, según las proporciones que le realizaban a Carmen, podrían vivir su romance en público y sus hijos podrían llevar sus apellidos, convirtiendo así a Carmelilla en reina de España.
Fruto de esta relación Carmen dio a luz a dos hijos, aunque su paternidad no está clara del todo ya que la actriz mantenía relaciones con otros hombres. El más famoso de ellos fue Leandro de Borbón, quien se hizo conocido por su lucha judicial y mediática para ser reconocido como sucesor legítimo del rey. Una batalla con la que consiguió ese apellido, pero poco más.
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