Cuando Francisco Granados (54 años) se dirigía este lunes al mediodía a la Audiencia Nacional para declarar por su implicación en el caso Púnica nada hacía presagiar uno de los curiosos titulares que ha dejado su testimonio. Entre campañas en 'b', gestiones irregulares y muchos nombres propios, han aparecido en su discurso dos de gran relevancia, Cristina Cifuentes (53 años) y Ignacio González (57), que, según el imputado, no solo compartían poder en la Comunidad de Madrid sino también algo más allá del trabajo y de una simple amistad.
Granados ha insinuado ante el juez que entre el expresidente del territorio madrileño y su sucesora existió "una relación sentimental". Tal afirmación ha causado un gran revuelo mediático porque ambos dirigentes están casados. Cifuentes ha formado una familia estable con su marido Francisco Javier Aguilar Viyuela con el que tiene dos hijos, Cristina y Javier. Y por su parte, González, hace su vida con Lourdes Cavero, de quien no se separa desde que la trama corrupta les señalase a los dos; con ella tiene además tres hijas.
Según lo declarado por Granados, el estado civil de ambos no les frenaba a la hora de mantener "una relación sentimental conocida por todos". De esta manera, el exsecretario del PP madrileño ha hecho saber que su supuesto idilio se llevaba a cabo durante el periodo de 2007, cuando González era el aliado de Cifuentes en los asuntos de la financiación del partido. La madrileña ha querido contestar con rapidez a lo declarado: "Ese presunto delincuente está intentando librarse de la cárcel como sea".
La actual líder de la Comunidad de Madrid fue señalada por el propio Granados y por la UCO por su supuesta implicación en las irregularidades del PP, pero en ambos casos fue exculpada y no ha sido llamada a declarar. Desde que tomara el mando de la capital en 2015 su repunte de popularidad ha subido y muchos la definen como 'la cara amable de los populares'.
No obstante, también ha vivido trágicos episodios en lo personal, como la muerte de su adorado padre el mismo año en el que se hacía con la batuta del territorio madrileño o el terrible accidente de moto que casi le cuesta la vida. Y es que permaneció varios días en coma y aún son evidentes las consecuencias casi fatales en su cuello.
Pero viéndola, cualquiera lo diría. Porque siempre intenta irradiar vitalidad y elegancia, algo que consigue con sus comentadísimos estilismos que casi siempre presumen de color y de lucir en ella una percha envidiable. Y es que se mantiene en forma y luciendo, según ella, el mismo 'tipín' que hace décadas.
Por su parte, Ignacio González también ha vivido en sus carnes duros episodios, aunque rotundamente opuestos a los de Cifuentes. Ya que el expresidente de Madrid hizo su día a día en la prisión de Soto del Real durante seis meses y 18 días, lugar del que salió después de pagar una fianza de 400.000 euros. Durante su periodo en la sombra, una de sus hijas tenía previsto contraer matrimonio con su pareja, pero cambió de planes a la espera de que su padre saliera de la cárcel.
La locura mediática ha sido tal después de que Granados afirmara el supuesto affaire paralelo que mantenían González y Cifuentes que la presidenta de la Comunidad de Madrid va a presentar de forma inminente una querella contra el presunto cabecilla de la trama Púnica por "un cúmulo de falsedades y un grave atentado contra el honor y su imagen".