"El ciclón hispanojordano", "El aire fresco que hacía falta en Italia", "Cómo no la hemos traído antes" son algunos de los titulares que lee con orgullo Aída Nízar (42 años) sobre su nueva aventura en el país transalpino. La ex Gran Hermana ha traspasado fronteras y ya tiene un sitio en el programa de mayor audiencia de la televisión italiana. JALEOS se ha puesto en contacto con ella para conocer cómo es su nueva vida en Italia y qué hay detrás de su transformación física.
"Aída ha ido ha hacer lo que mejor sabe hacer: entretener al público y reventar los audímetros. En los 15 minutos que tuve de pantalla, si los espectadores eran cuatro millones, durante mi intervención eran ocho. Porque Aída no solo entretiene, hace rico a quien la contrata", explica con intensidad a este medio.
Lleva cuatro programas y dice que se ha metido al público en el bolsillo. Insiste en lo mucho que ha trabajado para conseguir ser la comunicadora que hoy es: "Soy una mujer que duermo una media de cuatro horas diarias, he leído más de un millón de libros en mi vida, hablo cuatro idiomas, he estudiado Derecho aunque me quedan dos asignaturas y algún día terminaré, he estudiado Derecho Internacional, comunico de manera incansable... Todo lo bueno que tengo me lo merezco".
Aunque sí que es cierto que le ha venido todo a pedir de boca para cumplir su sueño italiano: "Mi hermana me regaló el curso de italiano en la Escuela de La Toscana, en Florencia, y alquiló un apartamento increíble en la Plaza del Señorío para poder acercarme a mi sueño". La forma en la que consiguió la ansiada silla en el programa del país también tiene una historia: "El productor se puso en contacto con mi representante cuando un día en un hotel vio en televisión a alguien que le había fascinado, indagó y dio conmigo. A raíz de eso vieron que además de ser una mujer bella también soy una persona preparada".
Nízar hace hincapié en que "en Italia le pagan lo que merece", cosa que no ocurre en Mediaset España, donde se la vio hace unos días por sus pasillos. "A mí no vale con quererme, se me tiene que pagar bien", explica. Pero los directivos italianos han visto en ella un filón en el que sí han querido invertir y parece que no le va mal: "Ya hay tres ofertas encima de la mesa. Además, me quieren aquí para el trono del programa equivalente al de Mujeres y Hombres y Viceversa en España, pero mi ambición televisiva no es enamorar. Yo no voy a la tele a encontrar novio, los novios ya me salen muchos".
Aída habla del gran respeto que le daba hablar ante ocho profesionales de la pequeña pantalla italiana que le acompañan en el programa debido a la dificultad de comprensión de un idioma desconocido y que aún no domina del todo pero por el que no ha parado de estudiar: "Yo no sabía nada de italiano, empecé a estudiarlo cuando mi hermana me hace ese gran regalo. Cojo clases particulares sola y clases en grupo. He llegado a hacer 8 horas diarias".
Cuando JALEOS habla este viernes con ella se encuentra en Madrid, casi recién aterrizada: "Por el momento me puedo permitir ir y venir desde Italia a España porque hay cuatro vuelos directos diarios. Pero ya estamos buscando un apartamento en Milán", cuenta.
Vida nueva y cuerpo renovado. Y es que Aída luce en la actualidad una figura mucho más esbelta de la que nos tenía acostumbrados: "Todo es gracias a la Clínica Bruselas y a mi responsabilidad por la confianza que tengo en ellos. Ese es el resultado. No te operan, te embellecen. Yo siempre he acudido a ellos desde hace 15 años, entiendo que los cirujanos están para embellecerte".
El éxito es lo que más le hace vibrar a Aída: "Ser lo más visto y leído, como soy yo, es orgásmico, yo tengo un orgasmo diariamente". En ese sentido le gusta recordar sus grandes 'hitos' en la televisión, como su sección de reportajes Sálvese quien pueda, o su intervención en el último Gran Hermano VIP que estaba prácticamente hundido en audiencias. "Reconozco que me pagaron una fortuna para ir, porque había 14 concursantes aburridísimos y yo subí el share de un 12% a un 21".
Bajo su inseparable lema "Adoro mi vida" pretende seguir avanzando en su 'conquista' del continente: "Puede que asalte el mercado árabe y el inglés en un futuro". La que no va a traspasar fronteras ni cruzar el Atlántico hacia Honduras es la madre de Aída Nízar, que sonaba como uno de los nombres fuertes para Supervivientes pero que finalmente no será así: "Niego rotundamente que mi madre vaya a concursar, porque no le pagan lo que merece. Pero algún día lo pagarán, porque mira dónde está y cómo están las audiencias de Mujeres y Hombres desde que ella no está".
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