Alicia Cao soñaba con ser costurera. Con 8 años apretó su primera aguja y aprendió a hacer punto de cruz, con quince ya dominaba su propia máquina de coser y ahora, con 23 años, se ha convertido en la primera Maestra de la costura del país.
La joven salmantina se ha alzado como la primera ganadora del concurso de la cadena pública. Un vestido de noche le daba la victoria que tanto ansiaba tras meses de trabajo. Siempre con un pie en la moda, Alicia danza entre la costura y el modelaje. Ella, que es incapaz de elegir entre una de las dos disciplinas, confiesa a JALEOS, sus planes dentro del mundo del diseño.
¿Qué ha sido lo más duro del programa?
La convivencia ha sido lo peor. La prueba real era estar lejos de mis seres queridos. Por lo demás, las pruebas más duras eran las que se hacía en grupo. De prueba individual, la del kimono japonés es la que más me costó porque no me hacía con las mangas del traje.
¿Qué es lo que ha pasado con Eduardo dentro del programa?
El conflicto como tal con Eduardo no me preocupaba. Lo que más me preocupaba era que se contagiara entre el resto de mis compañeros. Me daba miedo que la gente no viera lo que pasaba de verdad.
¿Cuál era el conflicto?
Era más una obsesión suya que otra cosa. Lo que peor llevaba era que no llegasemos a ser capaces de aunarnos en lo que pensábamos sobre él y decir lo que pensábamos. Los que de verdad han pensado bien de mí han sido mis amigos y sigo hablando con ellos.
¿Cómo lo ha vivido dentro del programa?
Si me llega a pasar fuera, lo soluciono alejándome de la persona pero ahí no podía. Lo emocional ayuda pero también perjudica, entiendo que si hubiera tenido más apoyo habría sido más fácil pero lo he sabido salvar.
¿Cree que su participación en el programa va a ayudar a ensalzar su carrera profesional o todo lo contrario?
Me ha ayudado a conocer el mundo del diseño, un ámbito en el que no quería entrar y con el que me he encontrado de cara. El diseño me gustaba pero yo no iba con aires de ser diseñadora. Ahora creo que costurera y diseñadora van de la mano, es importante conocer la figura del modista además de la de diseñador.
¿Cómo se ha visto dentro del programa?
Trabajando sin parar, sin levantar la cabeza ni el culo. Esa era mi intención desde el principio y la visión que yo tenía desde que entré porque quería hacerlo bien.
¿Cómo vive ahora el salto a la fama?
Todo me sorprende. Todavía me estoy haciendo a ello porque ha venido de golpe. Durante esta mañana después de la final no he parado y en general todo me está yendo muy bien pero me impone mucho.
¿Cómo lo vive la familia?
Lo que más he echado de menos ha sido a mi familia, lo más difícil del programa es estar lejos de los tuyos. Ellos me apoyan en lo que hago y por eso me ha costado no estar junto a ellos.
Una persona a la que desee vestir
Me encantaría repetir con Eugenia Silva. Pero no descartaría vestir a la reina Letizia. La línea que está siguiendo ahora es de un estilo elegante pero no clásico con un aire muy joven. Yo me pondría el último vestido con el que se le ha visto.
¿Para quién no diseñaría nunca?
No le diría a nadie que no vistiera algo hecho por mi. Lo que más me importa de la persona que luce mi ropa es su actitud, cómo lleva la prenda. No me gustaría vestir a alguien que no potenciara mi marca pero nunca se lo negaría a nadie.
Si tuviera que escoger a uno de los mentores del programa para trabajar junto a él, ¿a quién elegiría?
Siempre tengo en mente el atelier de Dior como posible destino o parte de mi camino. Me encantaría empaparme de lo que hacen allí. También tengo mucha curiosidad por visitar el taller de Palomo y el de Caprile.
¿Modelar o diseñar?
No puedo elegir. Los dos se pueden hacer, siempre he estado estudiando mientras trabajaba como modelo así que puedo hacer lo mismo: ser costurera y modelo. Además, es un trabajo que está muy ligado y que sería fácil de combinar.
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