Cuando el teléfono de la cantante Karina (72 años) repicó para proponerle grabar un programa especial centrado en los representantes de Eurovisión Alfred García (21) y Amaia Romero (19), la intérprete de Un mundo nuevo no cupo en sí de gozo e ilusión.
47 años después de probar suerte en el certamen, se pensaba en ella para aconsejar y guiar a los jóvenes artistas. "Mira, no sabes la ilusión que me hizo esa llamada. Tengo mis años y todo me enternece, me emociona. Pensé 'madre mía, todavía se acuerdan de mí'. Algo habré hecho bien", asegura una emocionada Karina a JALEOS.
Ella insiste, desde la modestia, que únicamente son consejos desde la experiencia, nunca desde la superioridad como artista. Sobre todo, porque esta no existe: "Ellos saben lo que hacen". Obviamente, dijo sí de cabeza a la propuesta y el encuentro con Alfred y Amaia fue "mágico y emocionante". Cuando este medio la llama para conocer todos los detalles, en la voz de la intérprete todavía pervive la emoción de esa grabación para el medio de comunicación Sky.
¿Qué sintió cuando le propusieron ser la coach de Alfred y Amaia?
Mucha ilusión, lloré de la emoción porque Alfred y Amaia son un fenómeno nacional y espero que después de Eurovisión lo sean internacional. Se lo merecen. Son muy buenos músicos de forma individual, más allá de como pareja.
¿Qué consejos les dio?
Les di consejos muy buenos, pero como experiencia, por cómo lo había vivido, porque ellos otro tipo de consejo no lo necesitan. Saben muy bien lo que hacen. Les di una sorpresa cantándoles su canción del festival y Alfred dijo 'si es una sorpresa de Eurovisión, creo que es Karina'. Les di un abrazo muy sentido, les dije que eran como mis hijos, aunque por edad podrían ser mis nietos.
¿Qué dudas les surgieron en ese encuentro?
Las habituales que se tienen sobre un escenario. Por ejemplo, si uno se cae, ¿qué se hace? Pues si te caes, te levantas con toda naturalidad. Mi lema de vida es que el espectáculo siempre tiene que seguir y más si es en directo. Además, les he dicho que si les pasa algo lo más importante es no darle mucha importancia porque cuanto más le des, es peor. Incluso en lo más gordo hay público que no se entera. También tuvo sus dudas sobre cómo reaccionar ante los doce puntos o ante ninguno.
¿Por qué cree que se pensó en usted?
Todo comenzó cuando hace unas semanas puse un mensaje en Twitter en el aniversario de mi actuación de hace 47 años deseándoles mucha suerte y escribiéndoles que ojalá consiguieran el segundo premio como yo. Yo confío mucho en ellos porque enamoran.
¿Puede hacernos una predicción?
No me atrevería a tanto porque todo depende de muchos factores, entre ellos la competencia, cómo cantan los demás países. Pero sí digo que ellos tienen algo especial, una gran complicidad como pareja y cantantes y eso se transmite muy bien. Confío en que tendrán muy buena puntuación, aunque competir es muy difícil.
¿Ha sido el concurso de Operación Triunfo?
Los he visto con mucha frecuencia, he seguido el programa. Aunque todos lo hacen muy bien, Alfred y Amaia sobresalían. Ellos me han gustado mucho, llevan una canción muy especial, atípica y eso atrae bastante. Es tranquila, especial. Yo siempre digo que hay baladas y luego está la canción de ellos. Es algo superior, no es algo al uso.
¿Cuál es el elemento infalible de Alfred y Amaia?
Lo más importante es su voz y la puesta en escena, algo que ha cuidado mucho su casa de discos y TVE. Ellos tienen mucho ganado, pero la puesta de escena será clave en el festival de Eurovisión. Me consta que enganchará y es muy bonita. Es simple, pero no hace falta que las cosas sean enrevesadas para que sean atractivas. La sencillez conquista.
Cada vez que Karina narra su vivencia en Eurovisión aflora la niña que fue al certamen. Guarda muy buenos recuerdos y, de seguro, junto a su familia es lo mejor que ha hecho en su carrera como cantante: "Solo me salen buenas palabras". Insiste con este medio en lo afortunada que es ante el hecho de que se la reclame en los medios de comunicación para contar con su testimonio musical. De un tiempo a esta parte, sus apariciones en televisión han estado más vinculadas a su faceta personal, pero ella prefiere resetear lo malo y quedarse con lo bueno de la vida. Por eso no duda en arrebatarle el teléfono a su hija para, ilusionada, atender nuestra llamada: "Siempre atenderé estas llamadas porque me regresan a un pasado muy bonito".
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