Jesús Mariñas (75 años) y su marido Elio ya han comenzado una nueva vida fuera de su piso de la calle Gran Vía de Madrid. Tras de sí dejan casi 20 años de recuerdos, una mudanza interminable debido a la cantidad de enseres acumulados y unas obras que ahora sufren sus antiguos vecinos. Según ha podido saber JALEOS, el comprador del piso del afamado periodista de corazón ya ha comenzado con la reforma de la vivienda. La casa que ha dejado Mariñas necesita una transformación total y el nuevo propietario ya se ha puesto manos a ello. "La reforma está siendo grande. Están tirando tabiques y de todo. Los golpes son insufribles", comentan a este medio. Ya no queda nada del gallego.
Mariñas compró este inmueble, en efectivo, durante su época de mayor efervescencia profesional. El periodista lo adquirió con el dinero obtenido por su colaboración fija en el programa de Telemadrid Tómbola, que estuvo en antena desde 1997 hasta el año 2001. Aunque su excelente localización en el corazón de la capital es indiscutible, lo cierto es que se trata de una casa antigua. Según consta en el catastro, tanto la finca como el piso se construyeron en el año 1932.
El colaborador de televisión ha vendido la propiedad como él la compró. Lo más moderno son los focos en los techos que vuelven a estar de moda. En el resto de la vivienda impera el estilo de los años 90 con los suelos de parqué espigado, molduras de escayola y muebles clásicos. Además del millón de euros que el nuevo inquilino ha invertido en la compra, ahora tendrá que desembolsar una cantidad importante de dinero para adecuar su nuevo hogar a su gusto y modernizarlo.
Dos en uno: Piso y domicilio fiscal
Situado en la novena planta del edificio, el piso de 242 metros construidos, dispone de un gran salón, un recibidor de entrada, cuatro dormitorios (el principal con vestidor), dos baños y una cocina con unas espectaculares vistas a Malasaña. Los techos de la casa son de más de tres metros de altura y tiene grandes ventanales a la calle con vistas espectaculares.
Aquí Mariñas no sólo vivió los mejores años de su vida. También convirtió su hogar en domicilio fiscal. El periodista fundó Valdemarja en 2006 para la "colaboración con medios de información, el análisis y la realización de trabajos periodísticos, ya sea en soporte papel, informático, telemático o audiovisual".
La compañía no se encuentra en una buena situación económica. ¿La razón? Lleva varios años sin ingresar ni un solo euro, con las consiguientes pérdidas registradas ejercicio tras ejercicio. Aún así, hay que resaltar que esta compañía puede aportar a la economía del tertuliano un patrimonio de 300.000 euros.
Ahora el lugar de residencia y el domicilio fiscal cambian de lugar. La idea del periodista es buscar una casa más pequeña en las afueras de Madrid para compartir con su esposo alejados del ruido de la gran ciudad.
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