Justo cuando se cumplen cinco años del trágico fallecimiento del operador de cámara Mario Biondo, su familia ha recibido una noticia que los llena de esperanza. Una juez acaba de admitir a trámite la querella que Santina y Pippo Biondo presentaron y ratificaron el pasado mes de febrero en los juzgados madrileños de Plaza de Castilla. "Madrid es un muro de goma", confesaba la madre de Mario para este periódico aludiendo a que era impensable cómo presentando tanta documentación paralela sobre el caso de su hijo, en nuestro país no la valorasen. Hasta ahora.
En los documentos a los que ha tenido acceso JALEOS consta que los Biondo han denunciado al médico forense que levantó el cadáver de su hijo por presunta falsificación de documento público. Una juez ha dado valía a esta versión y señala que en ciertas actuaciones presentadas podría contemplarse "posible existencia" de delito de falsificación de documento público. La casualidad ha querido que la familia Biondo empiece a ver la luz bajo la hipótesis que defienden, exactamente el mismo día en que se cumplía un lustro desde que el cuerpo de su hijo Mario fuese hallado sin vida en el piso de la calle Magdalena que compartía con su esposa, la presentadora Raquel Sánchez Silva (45).
Desde aquel entonces, cinco años atrás, la versión que los Biondo sostienen es que su hijo no tenía ningún motivo para suicidarse. Todo lo contrario, Santina y Pippo manifiestan públicamente que el cámara de Telecinco fue asesinado y que no pararán hasta encontrar al responsable. De momento, la justicia española vuelve a abrir el caso y da crédito, a priori, a la versión de los sicilianos. En declaraciones exclusivas para este periódico, tras haber conocido la noticia, Santina ha expresado que "después de haber peleado durante cinco años, me encuentro más tranquila".
Además, apenas días atrás, en conversación con JALEOS quiso dejar bien claro lo siguiente: "deseo dejar un mensaje a los asesinos de mi hijo y los cómplices: Si esperaban a una pobre madre siciliana que se resignara fácilmente ante este crimen infame, se equivocan: No tengo miedo, ya me han hecho el peor mal ¡Nunca me rendiré, para detenerme, también tendrán que matarme!".
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